Nick Nolte: cuatro matrimonios, varios escándalos y un amor platónico sin final feliz para un espíritu indomable
El actor, de 80 años, cuenta con un largo historial amoroso en Hollywood
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Tenía todo para convertirse en una estrella del deporte, sin embargo, su falta de constancia y disciplina se interpusieron en su camino. Fue así como este rubio de figura maciza y carácter aguerrido cambió las canchas de béisbol por las tablas y no le fue nada mal. De la mano del teatro, Nick Nolte inició una carrera actoral que terminó convirtiéndolo en estrella.
Famoso por sus protagónicos en cine y televisión (El príncipe de las mareas, Cabo de miedo y La delgada línea roja se encuentran dentro de sus grandes éxitos), también dio que hablar por su vida amorosa y sus escándalos, muy a su pesar.
¡Sí, quiero!
Nacido el 8 de febrero de 1941 en Omaha, Nebraska, Nicholas King Nolte es hijo de un ingeniero y una vendedora de antigüedades. Si bien en un primer momento creía que su futuro estaba en el mundo del deporte (más precisamente en el fútbol americano y el béisbol), su adicción al alcohol derribó sus planes por completo. Tres veces llegó alcoholizado a las prácticas hasta que lo terminaron echando de todos los equipos.
Pésimo alumno y muy propenso a romper las reglas, Nolte se cansó de que lo expulsen de todas las universidades, armó las valijas y decidió probar suerte en Los Ángeles. Su evidente atractivo físico, su melena rubia y su porte le abrieron camino en una industria que lo vio debutar primero como modelo y luego, como actor. El resto es historia.
Considerado como “el más sexy del mundo” por la revista People en 1992, este galán no paro de cosechar éxitos en la pantalla y entre las mujeres. Se dice que cuando protagonizaba la serie El rico y el pobre (uno de sus proyectos más recordados) recibía alrededor de dos mil cartas por mes de parte de sus admiradoras.
“Más que el fútbol o la actuación, las mujeres han sido la mayor pasión de mi vida. Me fascinan”, reconoce en sus memorias My Life Outside the Lines. Las pruebas están a la vista: a lo largo de su vida, pasó cuatro veces por el altar y ha conquistado a algunas de las figuras más atractivas de la industria.
Su primera novia fue la aspirante a actriz Sheila Page, a quien conoció en la Universidad. Tras una intensa relación, la pareja se casó en 1966, pero sólo se mantuvo unida por cuatro años. Casi sin respiro, la lista siguió con Karen Louise Ecklund, con quien inició un vínculo en 1970; los tortolitos convivieron durante siete años, pero nunca llegaron a legalizar su historia de amor.
Si bien para el afuera eran la pareja perfecta, la fama de mujeriego de Nolte arruinó todo. Parece que el protagonista de El Abismo no pudo resistirse al encanto de su compañera de reparto, Jacqueline Bisset. El chisme rápidamente llegó a oídos de Ecklund, quien decidió terminar la relación. Con su bella amante tampoco prosperó la cosa, ya que ella lo terminó acusando de acostarse con “todas las mujeres de Peter Island”, lugar donde se rodó el film.
Mientras su carrera seguía en ascenso, su adicción al alcohol y su mote de infiel crecían a la par. “Bebía porque quería beber. Tenía que ver más con la celebración que con la depresión o el trago social”, explicó en alguna que otra entrevista. Se dice que en 1978, en la barra de un bar de mala muerte, una nueva mujer se le acercó y lo conquistó entre copa y copa. La historia entre el actor y la bailarina Sharyn Haddad fue tan intensa y pasional que terminó en el altar. Sin embargo, los celos y las adicciones terminaron con este amor cinco años después.
El amor platónico que se volvió escándalo
Fóbico a la soltería, al año siguiente Nolte apareció del brazo de una bella modelo 20 años menor llamada Rebecca Linger. No fue una aventura más: con ella, este rebelde no sólo se convirtió en padre por primera vez (en 1986 nació su hijo Brawley) sino que encarriló su vida como nunca lo había hecho antes.
Mujer de armas tomar, Linger lo alejó de la bebida con la ayuda del movimiento hindú Hare Krishna. “Fue una decisión absolutamente íntima y personal. Llegué a mi marca. Bebí todo lo que me fue posible hasta alcanzar mi tope. Y cuando uno alcanza su tope simplemente se levanta de la mesa”, reconoció el actor, quien logró mantenerse sobrio durante un buen tiempo.
Sin embargo, en sus malos hábitos no fue en lo único que Becky tomó decisiones. La modelo comenzó a intervenir en las decisiones laborales de su marido, a llevarle la agenda y a cerrar sus contratos. Así fue como en el año 1992 le llegó la oportunidad de protagonizar El príncipe de las mareas, film dirigido y coprotagonizado por Barbra Streisand. Si bien este proyecto fue un nuevo acierto en su carrera, lo llevó a un nuevo fracaso matrimonial en su vida personal.
Es que la química con su coprotagonista traspasaba la pantalla. “Me sentía profundamente atraído por ella de la misma forma que ella hacia mí, tanto que sabía que teníamos que hablar de las razones por las que no debíamos caer en una relación romántica y sexual mientras trabajábamos”, reconoció el actor tiempo después. De hecho, se rumorea que Streisand le pidió irse a vivir juntos, algo que Nolte no aceptó.
Cansada de las continuas infidelidades, Becky le pidió el divorcio. Si bien el galán hizo todo lo posible para no romper con la madre de su hijo, su matrimonio tenía fecha de vencimiento desde hacía tiempo. En 1994, el artista volvió a recuperar su soltería.
Tras su ruptura con su tercera esposa, el artista comenzó una relación de nueve años con la actriz Vicki Lewis. Con ella, vivió sus peores años, ya que sus malos hábitos retornaron y le ocasionaron varios problemas con la ley. En 2002, Nolte fue detenido por la policía en Malibú cuando conducía bajo los efectos de una potente droga conocida como GHB. “Me dijeron que unos seis conductores llamaron a la policía para denunciarme mientras conducía por el lado contrario de la autopista de la costa”, recordó.
Las fotos de un Nolte completamente desalineado comenzaron a circular por la prensa del mundo, volviendo a instalar su nombre en los principales titulares. “Parecía un loco que se había escapado del manicomio”, reconoció avergonzado el propio actor.
¿La cuarta es la vencida?
No hace falta aclarar por qué terminó su affaire con Lewis pero sí contar que, al año siguiente, el corazón de Nolte ya estaba nuevamente ocupado. Esta vez, la elegida era la actriz británica Clytie Lane. Con ella, las cosas fueron muy en serio: en 2007, y luego de cuatro años de convivencia, nació su hija Sophie.
Trece años después de haberse conocido, la pareja decidió sellar su amor en una íntima ceremonia civil frente a amigos y familiares. Contra todos los pronósticos, el matrimonio sigue unido hasta el día de hoy. Si bien se los suele ver juntos en estrenos, premiaciones o alfombras rojas, lo cierto es que -a diferencia de sus relaciones anteriores- Nolte ha mantenido en privado su intimidad familiar durante estos últimos años.
“Tengo cierto pudor sobre lo que se escribe sobre mí. Me siento incómodo. Para evitar ese sentimiento decido contar historias que no son ciertas y no tener la incomodidad de ser mal entendido”, confesó tiempo atrás reconociendo que suele mentir en las entrevistas cuando le preguntan por su intimidad.
Hoy, a sus 80 años, Nick Nolte reside junto a su familia en Malibú, está completamente alejado de las drogas y el alcohol y cada tanto suele despuntar el vicio de la actuación en algún que otro proyecto. “En mi interior me siento como si tuviera 4 años. Uno puede envejecer, pasar de los 20 a los 40, a los 60. Y entonces, ¿qué? El tiempo siempre se te escapa, pero el sentimiento de estar vivo es eternamente joven”, aseguró hace algún tiempo.
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