El actor escocés de origen ruandés habló con LA NACION sobre su ascendente carrera y el impacto que tuvo en esta el haber sido elegido como el decimoquinto doctor en la gran serie de Russell T Davies, que vuelve este viernes a Disney+
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En su adolescencia, Ncuti Gatwa ya sabía cómo combatir la angustia. Al talentoso actor, una de las figuras en ascenso de Hollywood, le adjudicaron en su juventud el rol de outsider. En 1994, sus padres escaparon del genocidio de Ruanda y se instalaron en Oxgangs, un suburbio en el suroeste de Edimburgo, Escocia, donde debieron comenzar de cero. No fue fácil.
La familia se vio obligada a mudarse en varias ocasiones según las posibilidades laborales que surgieran. Finalmente, cuando Ncuti tenía 15 años, fijaron residencia en la ciudad de Dunfermline y el joven fue inscripto en la escuela secundaria del lugar, epicentro de la marginalización y la estigmatización. Cuando sus compañeros abrieron una página de Facebook en su contra, Ncuti supo que debía afrontar esa realidad y no evadirla. Esa vida itinerante que había experimentado con sus padres le hizo adquirir la templanza con la que pudo navegar esa época oscura. “Yo era el único chico negro de la ciudad y les resultaba más sencillo atacarme que conocerme, me preguntaba por qué no me querían, pero tampoco buscaba camuflarme para que lo hicieran”, reconoció el actor, quien se define como una persona “auténtica”, alguien que no necesita de la aprobación constante.
Ncuti tenía dos opciones: dejarse llevar por los comentarios agresivos o encontrar el modo de integrarse. “La herramienta que utilicé fue la de ser siempre genuino con los demás, entonces seguí siendo yo mismo, y terminé agradando a todo el mundo”, recordó. Una de las razones por las que Gatwa subyuga tanto dentro como fuera de la pantalla es por ese carisma arrollador que le permitió moverse en situaciones complejas. “La adolescencia fue una etapa bisagra en mi vida”, reconoció. “Yo sabía que si no diferenciaba el odio de la ignorancia, iba a entablar una batalla perdida, entonces empecé a escuchar a los demás”, le declaró a los medios. Así, Gatwa entabló conversaciones con sus compañeros que resultaron reveladoras. “Muchas cosas que me hicieron no fueron propulsadas porque me detestaban sino porque nunca habían visto a un chico negro en sus vidas, entonces generé charlas con esos jóvenes que luego se convirtieron en grandes amigos”.
Cuando las aguas parecían calmas, Ncuti sufrió un fuerte golpe. Su padre, el periodista y teólogo Tharcisse Gatwa, debió mudarse a Camerún tras no encontrar un trabajo estable en las ciudades escocesas en las que había intentado echar raíces. El hombre emprendió el viaje a África dejando atrás a su esposa y a su único hijo. El dolor del actor por la ausencia de su papá fue contrarrestado por la lucha diaria de su madre, quien le inculcó ser un luchador. “Nada de lo que hice en mi vida hubiese sucedido sin el apoyo incondicional de mi mamá, una guerrera”, aseguró Ncuti, quien intentaba comportarse “de manera correcta” en su casa para no sumar conflictos. “Cuando salía de ese contexto, era una persona bastante alocada, bastante salvaje”, llegó a afirmar.
Así como los comentarios sobre sus orígenes fueron neutralizados con la empatía, lo mismo sucedió cuando se definió como hombre queer y aceptó su orientación sexual sin temor a una nueva ola de ataques. Cuando terminó la secundaria, dejó atrás Dunfermiline y se mudó a Glasgow para estudiar actuación. El dinero era escaso, entonces aplicó para un trabajo de bailarín en un bar LGBTQI+.
El peso del legado familiar hizo mella en Ncuti, quien no quería defraudar a sus padres. Por lo tanto, empezó a abordar cada casting como “una prueba de fuego”, como si “la audición del día” fuese el único ticket hacia el éxito. “Mis papás sobrevivieron a muchas cosas como inmigrantes, y si bien no pudieron darme respaldo económico, no quería que sus palabras de aliento quedaran en la nada”, manifestó en una oportunidad.
Tras un período de desolación por no obtener los papeles que estaba buscando, Gatwa resignificó esa culpa que no le permitía a avanzar, e inició su propia odisea para conquistar la estabilidad laboral. Los dos episodios de la serie Stonemouth para los que había sido convocado en 2015 no le garantizaron la continuidad esperada. Cuatro años después, el desánimo lo estaba quebrantando. “Iba a tirar todo por la borda, pero Eric me salvó”.
Sex Education, el trampolín al éxito
“Eric” es Eric Effiong, uno de los personajes creados por Laurie Nunn para la serie que se convertiría en una cantera de talentos: Sex Education. A lo largo de cuatro temporadas, Gatwa interpretó con una mezcla de charme y vulnerabilidad a ese joven que disfrutaba de su sexualidad incluso cuando un vínculo tóxico lo apabullaba. El actor aseguró que arrojar luz sobre la importancia de la inclusión, de la aceptación de la diversidad, fue tan importante para él como el aspecto religioso que atravesaba la vida de Eric y que tenía puntos de contacto con su propia crianza. Como si ese personaje se tratara de un espejo, Ncuti recorrió con él un camino que él mismo ya había transitado años antes. El rol le valió una nominación a los premios Bafta.
En un diálogo vía Zoom con LA NACION a propósito del estreno este viernes en la plataforma Disney+ de los nuevos episodios de Doctor Who, serie en la que interpreta al decimoquinto doctor de la ficción –que comenzó a emitirse por la BBC en 1963–, Ncuti explica cómo intenta trabajar con realizadores que lo saquen de su zona de confort. Desde su colaboración con Greta Gerwig en Barbie -film en el que interpretó a uno de los tantos Ken, más precisamente “al Ken artista”- hasta su flamante simbiosis con Russell T. Davies para la serie con la que, a sus 31 años, toma el protagonismo absoluto, Gatwa se muestra decidido a aceptar proyectos que lo obliguen “a romper moldes”.
Un Doctor más sentimental ingresa a la TARDIS
“Siento que estoy en un momento surrealista”, le expresa Ncuti a este medio al ser consultado sobre la importancia que tiene un rol como el del Doctor. La serie regresa con Russell al mando para celebrar su 60º aniversario y con la actriz británica Millie Gibson en el rol de Ruby Sunday, la compañera de este Doctor que el showrunner y guionista trabajó en función del actor que lo personifica. Por lo tanto, en sus ocho episodios, la decimocuarta temporada de la serie ncontrará a la dupla viajando a través del tiempo y el espacio con figuras que pondrán en peligro su misión, pero también con momentos de reposo, sobre todo en una encantadora odisea ambientada en los 60. “Quise que el personaje estuviera en contacto con sus sentimientos”, le manifiesta el actor a LA NACION sobre esta relectura de la serie para la Generación Z.
“A diferencia de otros doctores, este se encuentra muy pendiente de lo que le pasa en su interior, trata de procesar esto, de conectar con los demás, de hacer muchas cosas por el otro, pero a la vez se pone una coraza y por eso necesita de Ruby –remarca Gatwa–. Es ella quien lo termina de humanizar, así que sí, seguramente me vean derramando alguna que otra lágrima en los capítulos”, adelanta entre risas.
Por otro lado, Ncuti cuenta cómo el estilo de Davies, creador de ficciones televisivas extraordinarias como A Very English Scandal, It’s a Sin y la profética Years and Years, entre otras, marca el pulso de Doctor Who y su narrativa. “Él es uno de los grandes escritores de nuestra generación –asegura Gatwa–. Continúa quebrando los moldes y abriendo el camino para los demás y con Doctor Who lo que hizo fue concebir al personaje siempre con un ojo puesto en la sociedad actual, aprehendido las luchas cotidianas que entablamos, y eso lo logra de una manera muy natural, como si no se esforzara, es realmente maravilloso ingresar a su espacio y trabajar con él”, añade el actor que le aporta a su Doctor el carisma que en su juventud lo rescató de circunstancias adversas y que traspasa la pantalla, al igual que su química con Gibson, con quien forma una tándem de una incuestionable efervescencia.
Él mismo lo manifestó en una ocasión: no hay nada más valioso que la autenticidad. Como consecuencia, avanza en la industria sin la necesidad de ser prolífico sino más bien fiel a sus necesidades como intérprete, como cuando fue al casting de Sex Education sabiendo que Eric era un rol con el que iba a poder comprometerse desde varios lugares. Lo mismo sucede con Doctor Who, una ficción a la que le imprime su sello desde la primera vez que lo vemos. “Es increíble ser parte de este mundo”, le comparte a LA NACION. “Ahora soy parte de una institución cultural y me resulta muy extraño por momentos, como si no fuera cierto, estoy en un momento mágico”, remarca y le revela a este medio cuál fue su primera reacción cuando obtuvo el preciado rol. “La llamé a mi mamá y le pude contar: ‘Hola Ma, ¿sabés qué? ¡Ahora soy doctor! Y se sintió bien decir esas palabras (risas)”.
Los dos primeros episodios de Doctor Who se estrenan el viernes 10 en Disney+, y luego todos los viernes se sumará un nuevo capítulo a la plataforma.
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