Sin dudas, Natalie Portman es una consagrada en Hollywood. Aunque empezó su carrera como modelo (a los 11 fue descubierta mientras comía en una pizzería neoyorquina), su talento para la interpretación la llevó a forjar una larga y reconocida trayectoria en la industria cinematográfica.
A pesar de haber cosechado varios éxitos a lo largo de estos 25 años de camino transitado, la película El cisne negro, de Darren Aronofsky, fue una bisagra en su carrera: no sólo le dio la posibilidad de interpretar uno de los papeles más interesantes (de hecho, fue premiada con un Oscar y un Globo de Oro por ello), sino que la llevó a conocer al gran amor de su vida, Benjamin Millepied.
Sin embargo, antes de conocer al padre de sus dos hijos, la actriz de origen israelí (nació en Jerusalén, aunque desde los tres años vive en Estados Unidos) tuvo un gran historial amoroso, que incluye varios romances mediáticos, relaciones jamás confirmadas y algún que otro escándalo. Y si bien siempre fue muy recelosa de su intimidad y ha intentado mantener su vida personal lejos de los flashes, la popularidad de algunos de los hombres con los que salió hizo que esas relaciones ocupen la primera plana de las revistas del corazón y hasta la trajeran alguna vez, triste y enfurecida, a la Argentina.
¿Ficción o realidad?
Dicen que la línea que separa el mundo real del de ficción es bastante delgada y, al parecer, casi inexistente en la vida de Portman. Según lo que muestra su experiencia, la química entre ella y varios de sus compañeros de trabajo traspasó la pantalla en más de una oportunidad y siguió fuera de los sets.
Aunque en algunos casos no hubo confirmación oficial, los rumores no tardaron en salir a la luz. Tal es el caso de Hayden Christensen, su coprotagonista de Star Wars, con quien mantuvo una relación amistosa y, según muchos, amorosa de 2000 a 2001. Al romper con él, varios aseguran que la licenciada en psicología -recibida con honores en la Universidad de Harvard- salió con el también actor y músico Lukas Haas, aunque su relación duro menos de un año.
Mientras filmaba la película Closer, las versiones de un acercamiento con su compañero Jude Law también sonaron fuerte, sin embargo los actores nunca confirmaron nada, pero sí dieron muestras de su muy buena química en la pantalla y detrás de ella. El cantante del grupo Maroon 5, Adam Levine,también forma parte de la lista de "los supuestos", aunque ella siempre lo reconoció como un buen amigo.
Sin embargo, no todos sus romances se mantuvieron a la sombra. Hubo varios hombres, muy conocidos, que dejaron una huella imborrable en su corazón y de los cuales Portman aún tiene un gran recuerdo... o quizás no tanto.
Mi novio mexicano
Además de ser admirada por su talento y su belleza angelical, Natalie es envidiada por haber salido con los galanes más codiciados de Hollywood. Tal es el caso del mexicano Gael García Bernal, a quien conoció en el año 2003 en una de las fiestas posteriores a la entrega de los premios Oscar. Por ese entonces, él estaba rodando La mala educación y ella, la tercera y última parte de la saga galáctica de George Lucas en la que interpretaba a la reina Amidala. Al parecer, el flechazo fue inmediato y esa noche nació uno de los romances más comentados de Latinoamérica.
Un año más tarde, la feliz pareja ya se encontraba festejando el Día de San Valentín en México y se volvió inseparable. Súper enamorados, desfilaban su amor por las principales alfombras rojas, festivales y hasta viajaron juntos a la ciudad de Madrid, el lugar perfecto para disfrutar del ocio y de la vida nocturna sin miedo al asedio de los paparazzi. Mientras él promocionaba el film de Pedro Almodóvar, ella estaba en tratativas para filmar Los fantasmas de Goya, de Milos Forman. Fue, en ese entonces, que se los pudo ver paseando por el Museo del Prado, por la Feria del Libro o cenando en Casa Lucio, uno de los restaurantes más emblemáticos de la capital española.
A pesar de que todo parecía marchar sobre ruedas, ambos vivieron una crisis que desembocó en una breve ruptura en 2006. Sin embargo, eso no impidió que siguieran compartiendo tiempo juntos. De hecho, a los pocos meses de separarse, fueron vistos juntos en el Festival de Berlín y en 2007, nuevamente en la fiesta posterior a los premios Oscar celebrada por la revista Vanity Fair. Y aunque trataban de disimular la buena onda entre ellos, un periodista vio cómo ella se quejaba sobre un dolor en su hombro y él la brindaba "un suave masaje" con bastante complicidad.
Noche de furia en Buenos Aires
Sus idas y vueltas daban indicios de que la historia entre ellos no estaba cerrada. De hecho, todos recordamos cuando el actor se instaló en Buenos Aires para filmar El pasado (con dirección de Héctor Babenco) y Portman aterrizó tras sus pasos, en busca de una segunda oportunidad.
Sin embargo, las cosas no salieron como ella esperaba. Por ese entonces, ya se hablaba de un nuevo nombre, el de una argentina, que había hechizado el corazón del mexicano. Los rumores de un incipiente romance con Dolores Fonzi comenzaron a crecer con fuerza, aunque no frenaron las intenciones de la protagonista de V de Vendetta.
Para entonces, García Bernal había participado como invitado en el episodio final de la accidentada serie Soy tu fan, producida y protagonizada por Fonzi. Eran viejos conocidos: en 2001, habían participado del rodaje de la película de Fito Páez, Vidas privadas, y algo parecía haber quedado latente entre ellos. En ese reencuentro, la llama volvió a encenderse.
A pesar de que en los medios ya se hablaba de un triángulo amoroso, Portman no bajó los brazos y siguió con su plan de conquista. De hecho, se la vio junto al intérprete de Diarios de motocicleta cenando en un exclusivo restaurante del barrio de Palermo, visitando el Museo de Arte Latinoamericano y hasta en un viaje al sur para el avistamiento de la ballena austral. En el medio, ella se enfureció con los fotógrafos que la seguían por suelo porteño, y una noche llegó a mostrar su costado más oscuro frente a las cámaras.
Tras varios intentos fallidos y harta de las preguntas e insinuaciones de la prensa (todos recordamos ese titular "Gael García Bernal, entre dos amores"), la actriz que debutó en la pantalla grande con la película El perfecto asesino se dio por vencida y decidió ponerle punto final a su relación.
Amigos con derechos
En el medio del primer impasse que tuvo con García Bernal, a Portman se la pudo ver muy cerca de otro actor: Jake Gyllenhaal. Aunque ellos nunca oficializaron su romance, la prensa del corazón se encargó de asegurar que esa "gran amistad" que los unía se había tornado en pasión y que estaban viviendo una intensa aventura amorosa.
De hecho, en una oportunidad los actores no pudieron escapar al lente de los fotógrafos y fueron captados muy acaramelados, con ramo de flores incluido, a la salida de un club neoyorkino. Pero lo que este romance tuvo de intenso, lo tuvo de fugaz, ya que solo duró unos pocos meses; aunque los actores siguieron siendo amigos cercanos, a tal punto de coprotagonizar juntos la película Hermanos, en 2009.
La buena onda entre ellos siempre fue evidente. Incluso el cowboy de Secreto en la montaña habló muy bien de ella cuando le tocó entregarle un premio en el Festival Internacional de Cine Palm Springs: "Ella es elegante, cortés, talentosa, divertida, fina, trabajadora e increíblemente buena (...). Es la Audrey Hepburn de nuestra generación", fueron algunos de sus elogios frente al público presente. Y luego, en tono de broma, añadió: "Pero también es vegetariana, lo que hace que sea muy frustrante buscar un sitio para invitarla a cenar".
La era de los músicos
Luego de vincularse con actores y modelos (algunas versiones también la relacionaron sentimentalmente con el modelo y diseñador Nathan Bogle), la actriz decidió cambiar de rumbo y fijar su atención en los hombres de otras ramas del arte.
El primero en conquistar su corazón fue Devendra Banhart. Aunque no parecían tener nada en común, la chica que habla seis idiomas cayó rendida bajo los encantos del excéntrico rockero durante el rodaje de "Carmensita", uno de sus vídeos musicales donde la estrella de cine se metió en la piel de una princesa hindú e interpretó una coreografía al mejor estilo Bollywood.
Fiel a su espíritu caritativo y activista, Portman no quiso cobrar por su participación, y a cambio le pidió al cantante que done los beneficios de la descarga de uno de sus temas en Internet a causas humanitarias. Se ve que este gesto terminó por enamorar a Banhart y la pareja hizo pública su relación luego del lanzamiento del video.
Con un perfil totalmente distinto al resto de sus ex, el cantante y compositor hizo que ella cambie su visión y modo de actuar frente a la prensa, ya que se empezó a mostrar mucho más en público. De hecho, en varias ocasiones fueron fotografiados a los besos en la Gran Manzana o cenando en un conocido restaurante de sushi, llamado Jewel Bako. Sin contar los viajes que compartieron juntos al festival de cine de Cannes o a Israel, donde visitaron a la familia de la intérprete de Closer. Un gran indicio de que estaba realmente enamorada fue cuando -a pesar de vivir siempre en Nueva York- Nat (como le dicen sus más íntimos) se mudó a Los Ángeles para estar más cerca de su novio. Pero la cosa no resultó, y al cabo de un año la relación llegó a su fin.
Mucho tiempo antes, otro nombre que asegura haber tenido un paso en la vida de la actriz fue Moby. A pesar de que ella niega haber mantenido una relación sentimental con él, el músico asegura en sus memorias tituladas Then It Fell Apart que tuvo "algo" con ella en el año 1999, aunque luego sólo siguieron siendo amigos.
"Nos besábamos debajo de árboles que tenían muchos siglos. A la noche, me llevó a su habitación y nos acostamos uno al lado del otro en su pequeña cama. Luego de que se durmiera, me alejé cuidadosamente de sus brazos (...). Por algunas semanas traté de ser su novio, pero no funcionó", recuerda el artista en su obra autobiográfica, donde relata una de las visitas que le realizó a la joven mientras estudiaba Psicología en la Universidad de Harvard.
Por supuesto que esto no le gustó nada a su supuesta ex, que enseguida lo acusó de "mentiroso" y se refirió a él como un "hombre mayor que se comportaba de una manera muy perturbadora cuando ella recién terminaba la secundaria". Sin embargo, el acusado de usar la fama de la actriz para vender su libro nunca se retractó por sus dichos. "Me gusta Natalie. Respeto su inteligencia y su activismo. Pero para ser completamente sincero, no consigo entender por qué trataría de ocultar la verdad sobre nuestra historia de amor", reflexionó el artista, 15 años mayor que ella. Y agregó: "Respeto que pueda arrepentirse de haber salido conmigo (para ser honesto, probablemente yo también me arrepentiría de haber estado con alguien como yo), pero eso no cambia los hechos".
Su mejor partenaire
Al parecer, la chica tímida que siempre prefirió resguardar su intimidad, no supo lidiar con el ego y la fama de sus hombres, ni con el asedio de la prensa cada vez que iniciaba un romance mediático. Será por eso que, tras estos "fracasos amorosos", decidió cambiar el perfil de sus conquistas y, contra todos los pronósticos, se enamoro de un hombre del ballet. Benjamin Millepied parecía ser el hombre indicado, aquél de bajo perfil y poca exposición que la hacía sentir segura y tranquila entre sus brazos.
El gran flechazo ocurrió en 2010, durante el rodaje de El cisne negro. Él -un reconocido bailarín y coreógrafo francés- fue el encargado de ayudarla a darle credibilidad a Nina Sayers, una bailarina de elite en una prestigiosa compañía de ballet de Nueva York. Entre adagios y demi-pliés, nació el amor y, desde entonces, la pareja se volvió inseparable. Lo malo es que el romance no le fue ajeno al escándalo en un comienzo: al momento de conocer a la actriz, él se encontraba en pareja con la bailarina principal del American Ballet, Isabella Boylston.
¡Y vaya que el amor fue intenso! En diciembre de 2010, la revista People anunció que la pareja estaba esperando a su primer hijo Aleph, que nació el 14 de junio de 2011. En febrero de 2012 y durante la entrega de los Premios Oscar, los flamantes padres fueron por más y sorprendieron a todos los presentes con un hermoso anillo de compromiso. Seis meses después, la pareja Portman-Millepied celebraba su casamiento en una velada íntima para familiares y amigos, sin saber que en 2017 se convertirían nuevamente en padres con la llegada de Amalia, la segunda hija del matrimonio.
Mi gran casamiento judío
El 4 de agosto de 2012 en su casa de playa de Big Sur, California, Natalie y Benjamín dieron el sí bajo el ritual de la religión judía. En una ceremonia súper íntima y frente a unos 60 invitados (entre familia, amigos y celebridades como Macaulay Culkin, Mike Nichols, Ivanka Trump y Rashida Jones), la pareja intercambió votos y selló su amor para siempre.
Fiel a su estilo, la novia escogió un diseño sencillo pero muy elegante, con algún toque hippie. El modesto vestido a la altura del tobillo tenía cuello alto, mangas largas y un fino encaje de organza. Para completar el look, la actriz eligió llevar el pelo suelto con una corona de flores.
Siendo vegana estricta desde 2009, la anfitriona ofreció una cena vegetariana seguida de una fiesta increíble que duró hasta la madrugada. Según amigos cercanos, lo más destacable de esta boda fue la felicidad de los novios, que estaban muy emocionados de poder celebrar ese día tan especial con sus seres queridos.
Vida a la francesa
En 2014, Portman sorprendió a todos con una noticia inesperada: dejaba su casa en la meca del cine para seguir a su marido en sus proyectos laborales. Junto a su pequeño de dos años, el matrimonio hizo las valijas y se mudó a Francia, donde Benjamín se convirtió en el nuevo director de ballet de la Opera de París.
Muy emocionada con la experiencia de vivir en el Viejo Continente, Portman confesó: "Soy muy afortunada. Cuando Ben me preguntó si yo querría vivir en París, enloquecí. Todo el mundo sueña con vivir en París". Y tras admitir que le fascinaría trabajar allí, la actriz no dudó en pedirle trabajo a los directores europeos: "¡Contrátenme, necesito trabajo!", bromeó por aquel entonces.
Sin embargo, el paso de su marido por la ópera parisina duró poco, y un año después de asumir esta responsabilidad, el coreógrafo abandonó su puesto, alegando razones personales. Al parecer, sus funciones le tomaban demasiado tiempo.
Al cabo de unos meses, y tras vivir una gran experiencia en la capital francesa, la directora de A Tale of Love and Darkness regresó al país que la vio crecer y comenzó una nueva vida junto a su familia. Su retorno no pasó inadvertido, ya que -como una especie de auto regalo por su cumpleaños- la estrella del cine compró una mansión por 6,5 millones dólares en uno de los mejores vecindarios de California: las colinas de Santa Bárbara, donde tiene como vecinas a la presentadora Oprah Winfrey y a la cantante Katy Perry, entre otras personalidades.
Tras una constante búsqueda, Natalie encontró al hombre de sus sueños donde menos lo esperaba y pudo escribir su propia historia, esa de amor con final feliz que tanto anhelaba. Hoy, nueve años después de aquel primer flechazo, la fórmula Portman-Millepied sigue intacta y es sinónimo de éxito por donde se la mire: están tan enamorados como el primer día, son padres de dos hermosos hijos y profesionalmente, se admiran el uno al otro. ¿Será esto, sumado a su sencillez y bajo perfil en los medios, el secreto de su feliz matrimonio?
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