Nancy Anka: "Cuando vos te vas vienen cien y cuesta mucho volver"
A Nancy Anka no le molestaban tanto los cargosos que le interrumpían la cena en busca de un autógrafo para ellos, otro para sus tías y otro más por si perdían el primero. Las fotos (en aquel momento no hablábamos de selfies, sino de posar abrazado a un desconocido ante una cámara con rollo que solía fallar) eran gajes del oficio: nada por lo que quejarse. Lo que sí le destrozaba la paciencia a la actriz que encarnaba a Jose, la hija mayor de Arturo Puig en ¡Grande Pa! eran todos esos romances que se suponía que tenía, pero en realidad –a veces a su pesar– no tenía.
Por experiencia, a Nancy la fama no la agarró tan a contrapierna. Hizo Annie ("uno de los primeros musicales de Broadway que se trajeron") cuando tenía once años, después de infinitos actos del colegio en los que demostró su histrionismo. Pasó por ATC durante toda su adolescencia, en programas como La culpa fue de Gardel, Chicas y chicos, Polenta y Los copiones. Su primer coqueteo con la popularidad fue gracias a un papel en Clave de sol, la recordada tira juvenil con Pablo Rago, Cecilia Dopazo, Leo Sbaraglia y muchos más. Pero nada de eso se comparaba con lo que le pasaría a partir de que el productor Jorge Gerardi la convocara para lo que se suponía que sería un programa fugaz de verano que terminó siendo uno de los éxitos más grandes de la historia de la televisión argentina.
La bisagra en su vida tiene fecha exacta: el miércoles 2 de enero de 1991. ¡Grande Pa! se emitía por primera vez en la pantalla de Telefe a las 21 horas y, a la mañana siguiente, ya se veían los cambios. "Fue de un día para el otro", dice. "Desde el comienzo era salir a la calle y ver que pasaban cosas que desde los 11 años hasta los 19 no me habían pasado. Y después ya fue una locura".
Cuatro temporadas duró al aire esta comedia blanca que paralizaba al país de una manera que hoy es inimaginable (para dar una idea: el Trece pasaba a la Argentina jugándose la clasificación para el Mundial 94 contra Australia y ese día ¡Grande, Pa!, que iba a la misma hora en Telefe, hizo 25 puntos de rating con un capítulo en el que el personaje de Nancy se casaba). En medio de eso, a Josefina Aráuz, la "chancle" más grande, le pasó de todo: ¡hasta su debut sexual fue parte de la trama! ("el director de cámaras era director de cámaras de ballet, y lo hizo muy contemporáneo, muy romántico: así Jose tuvo su primera vez", dice).
Cuando promediaba la cuarta temporada se enteraron de que al programa se le bajaría la palanca a fin de año. "Con el tiempo me di cuenta de que estuvo bueno, porque si no hubiera sido matar al mito", dice Nancy hoy. En aquel momento el elenco no se lo tomó con tanta serenidad: hubo llantos y abrazos a rolete en la filmación de la última escena. Y después sí, ya menos apesadumbrados, una gran cena en un restaurant de Recoleta en la que se vio el episodio de despedida.
Para empezar a transitar el tan temido después, hoy Nancy reconoce que se equivocó. "En ese momento yo estaba muy convencida de dedicarme a la música. Había sacado mi segundo disco [editó Nancy Anka en 1993 y No me empujes en 1996] y tuve la ilusa idea de decir: ‘bueno, por un tiempo no voy a hacer televisión, voy a dejar descansar la cara’, y fue un error. Eso no se hace, porque cuando vos te vas vienen cien, y te cuesta mucho volver", dice. Pasaba el tiempo y las propuestas no llegaban, y esa Jose Aráuz que era una bendición se convertía gradualmente en un estigma. "Llegué a renegar del programa porque estaba muy pegada", dice.
Casi afuera de la tele (pasó volando por Son o se hacen, de Diego Kaplan; por Trillizos, con Guillermo Francella; por Cuando me sonreís, con Facundo Arana y Julieta Díaz...), se dedicó fuerte al teatro. Primero hizo pie en el musical infantil con obras como Cenicienta, La bella y la bestia y El jorobado de Notre Dame, y después integró el elenco de comedias como La pulga en la oreja y Fiesta de casamiento. Hace apenas días terminó en Villa Carlos Paz El plan, la comedia dramática que coprotagonizó con René Bertrand, Fabián Rendo y Sandra Villarruel, y –dice, sin muchas precisiones– la espera un 2020 sobre las tablas en Buenos Aires.
Más de un cuarto de siglo pasó desde el final de ¡Grande, Pa! y Nancy todavía sigue luchando por dejar atrás su papel más célebre, más que nada ante los productores. "Creo que hasta hoy todavía siguen descubriendo que puedo hacer otras cosas. Como que todavía no terminé de convencerlos", dice. Con todo, los años la reconciliaron con la "chancle" y hoy sólo tiene gratitud hacia ella: "Siento un profundo agradecimiento a ese personaje porque es lo que me mantiene vigente hoy. En su momento me costó no renegar de eso pero hoy por hoy está en mi ADN, viene conmigo".
Las tres hijas de don Arturo (Nancy, Julieta "la del medio" Fazzari y Gabriela "la más chica" Allegue) comparten grupo de WhatsApp con María Leal, la que fuera la mucama y el interés romántico de su padre de la ficción. "Estamos al tanto de la vida de las cuatro. Pero todos no nos volvimos a juntar", dice. Hace unos años la reunión completa estuvo a punto de suceder y no precisamente en un restaurant. "Se habló de hacer un especial ‘veinte años después’, pero después se cayó la idea", cuenta. Y no parece lamentarlo: quizás no sea tan fácil reencontrarse con la jovencita híper expuesta que supo ser, aquella de los récords de audiencia y los romances inventados.
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