Murió Luke Perry, el actor de Beverly Hills 90210
Luke Perry , el actor que triunfó en los 90 como el rebelde Dylan McKay en la serie juvenil Beverly Hills, 90210 y que actualmente formaba parte del elenco de Riverdale, murió hoy, a los 52 años, tras haber sufrido el viernes pasado un derrame cerebral. A través de un comunicado de prensa, su familia informó que el artista se encontraba junto a su familia cuando falleció en el Hospital St. Joseph en Burbank, en Los Angeles.
"Perry estaba rodeado de sus hijos Jack y Sophie, su novia Wendy Madison Bauer, su ex esposa Minnie Sharp, su madre Ann Bennett, su padrastro Steve Bennett, su hermano Tom Perry, su hermana Amy Coder y otros familiares cercanos y amigos", reza el comunicado a la vez que destaca: "La familia aprecia el flujo de apoyo y las oraciones que se han extendido a Lucas de todo el mundo, y solicita respetuosamente la privacidad en este momento de gran luto. No se darán a conocer más detalles en este momento".
El rodaje de Riverdale –que aquí se ve por Warner Channel y Netflix – fue suspendido al conocerse la noticia de la muerte de Perry. La semana última se había confirmado que la serie que lo dio a conocer en el mundo regresaría a la pantalla con buena parte de su elenco original.
Aunque los adolescentes de hoy conocen al actor por su Fred Andrews, padre del protagonista de Riverdale, Archie (KJ Apa), para quienes crecieron en los 90 Perry será siempre Dylan McKay, el epítome del chico malo con buen corazón de Beverly Hills 90210. En aquella serie de 1990 creada por Aaron Spelling, el personaje de Perry funcionaba como contrafigura del buenazo de Brandon Walsh (Jason Priestley). Dylan era pura fantasía adolescente: rebelde, millonario e independiente a los 16 años. Pero también tenía un lado oscuro, de abandono y soledad, que hacia el final de la serie se manifestaría en distintas adicciones. "Voy a estar conectado a él hasta que me muera pero está bien. Yo creé a Dylan McKay: él es mío", dijo Perry hace unos años, una de las pocas menciones que hizo sobre el personaje que lo hizo famoso alrededor del mundo, en un tiempo en que los fenómenos globales no eran cosa de todos los días.
Cuando el actor consiguió el papel que marcaría su carrera para siempre no sólo ya no era el adolescente que buscaban los productores (tenía 24 años en 1990) sino que en realidad ni siquiera pensaba que podía interpretarlo. De hecho, se presentó al casting para interpretar a Steve Sanders, el papel que luego quedaría en manos de Ian Ziering. Sin embargo, el olfato de Spelling para descubrir talentos hizo que lo convocaran para interpretar a McKay, que no estaba contemplado como uno de los protagonistas de la historia. El eje de la ficción eran los mellizos Walsh, Brenda (Shannon Doherty) y Brandon, quienes se mudaban de Minnesota a Los Ángeles, más precisamente a Beverly Hills, la tierra de ricos y famosos repleta de autos caros y adolescentes con tarjetas de crédito sin límite de compra.
Se suponía que el personaje de Perry aparecería como invitado. Su aparición, recién en el tercer capítulo de la serie, causó tal sensación que eventualmente fue incorporado al elenco central, aunque el canal no estaba muy seguro. Cuenta la leyenda que, para convencer a los ejecutivos de que se estaban equivocando y él tenía razón con respecto al carisma de Perry,el productor se ofreció pagarle el sueldo de su propio bolsillo.
Casi diez años antes de conseguir su gran papel, Perry habia llegado a Los Ángeles desde su Ohio natal apenas terminada la secundaria. Sus primeros papeles fueron pequeñas apariciones en las telenovelas Loving y Another World, así como algunas voces en series animadas como El increíble Hulk y Biker Mice From Mars. Sin embargo, el trabajo que conseguía como actor no era constante ni bien remunerado y por lo que Perry trabajaba como obrero de la construcción, una de las historias que repetían una y otra vez las revistas que luego se peleaban por tenerlo en su tapa. Y no eran sólo las publicaciones dedicadas al público adolescente. En julio de 1992, desde la portada de la revista Vanity Fair, aparecía un Perry sin camisa y con el jean desabrochado con el título de Is Luke a Fluke?, un juego de palabras con su nombre y la definición de una racha de suerte de corta duración.
Fue un título profético. Lo cierto es que con el final de Beverly Hills, en 2000, Perry –que había dejado el programa entre 1995 y 1998–, ya no pudo repetir el éxito que había tenido hace ese momento. Aunque nunca dejó de trabajar en televisión y hasta protagonizó series como Jeremiah y Windfall y participó en Oz, What I Like About You, Body of Proof, Will & Grace y Major Crimes, fue recién en 2017, cuando se sumó al elenco de Riverdale que consiguió volver a participar en una serie "fenómeno", aunque ahora como el padre del ídolo adolescente del neozelandés Apa.
Aunque muchos soñaban con su retorno al universo de Beverly Hills 90210,gracias al relanzamiento de seis episodios anunciado por Fox el mismo día que Perry sufrió el ACV, lo cierto es que el actor no formaba parte del revival que será en realidad una especie de falso documental. Antes de que se conociera la noticia sobre su salud y del anuncio oficial de la nueva serie, Tori Spelling (hija del legendario Aaron) había dicho que más allá de sus problemas de agenda por las grabaciones de Riverdale, ella creía que Perry participaría de algunos episodios.
Aunque su regreso como Dylan Mckay no podrá ser, Perry tendrá una despedida a lo grande: aparecerá en la nueva película de Quentin Tarantino, Once Upon a Time in Hollywood, interpretando al actor Wayne Maunder, uno de los personajes verídicos del film que gira en torno al Hollywood contemporáneo a los asesinatos cometidos por Charles Manson.
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