Murió la actriz Sally Kellerman, musa de Robert Altman, a los 84 años
Dueña de una belleza imponente, un fuerte carácter y una voz inconfundible, supo mantenerse en la industria del entretenimiento durante más de seis décadas
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Sally Kellerman, la actriz nominada a los premios Oscar y Globo de Oro por su recordada interpretación de Margaret Houlihan en la película de 1970 M*A*S*H, murió a los 84 años. Según informó su hijo a través de un comunicado, el fallecimiento se produjo este jueves a la mañana, en la residencia para adultos en la que se encontraba internada, como resultado de complicaciones de su cuadro de demencia.
Bella, inteligente y con una fuerza que sabía imprimirle también a sus personajes cuando el guion así lo requería, Kellerman se mantuvo en la industria del cine y la televisión por más de seis décadas; de hecho, dos películas que la tienen como protagonista (Underwater Upside Down y Flycatcher) están próximas a estrenarse.
Sally Clare Kellerman nació en Long Beach, California, el 2 de junio de 1937. Su madre, Edith Baine, era profesora de piano y su padre, John Helm Kellerman, ejecutivo de una compañía petrolera. Su infancia transcurrió en el Valle de San Fernando, donde compartía largas horas de juego con su hermana y otros chicos del lugar. Si bien siempre se mostró histriónica y muy segura de sí misma, su vocación artística se despertó luego de ver actuar a Marlon Brando en la película ¡Viva Zapata!, de 1952.
Su formación comenzó en la renombrada Escuela Secundaria de Hollywood y, ya en su adolescencia, se destacaba cantando -con su particular voz ronca- y bailando en las producciones musicales de aquella institución educativa. Luego de graduarse, siguió sus estudios en el City College de Los Ángeles, donde quedó cautivada por las clases del gran maestro Jeff Corey.
Curiosamente, su altura, su porte y su belleza le jugaron en contra durante los primeros años de su carrera. La mala suerte amagó con abandonarla en 1957, cuando Otto Preminger la tuvo en cuenta para ponerse en la piel de Juana de Arco en su película Santa Juana. Sin embargo, cuando todo parecía encaminarse, el realizador decidió darle el papel a su compatriota Jean Seberg.
De todos modos, ese mismo año se produjo su debut en la pantalla grande, pero con una producción mucho menor: personificó a una de las reclusas que amenazaba a la protagonista en el drama adolescente Reform School Girl. Y paralelamente, comenzó su carrera como cantante, otra de sus grandes pasiones.
En los años 60, participó de algunas de las series más vistas de aquel tiempo, como Bachelor Father, My Three Sons y Star Trek. Luego, llegarían La dimensión desconocida, The Outer Limits, Hawaii Five-O y Bonanza. En cine, en tanto, comenzó a conseguir mejores papeles en filmes de primera clase a finales de aquella década: participó de El tercer día (1965), El estrangulador de Boston (1968) y The April Fools (1969).
Los setenta le traerían la revancha de la mano de Robert Altman. A diferencia de lo que ocurrió al comienzo de su carrera, el realizador no estaba muy convencido de contratarla porque le parecía muy atractiva para el rol de Major Margaret “Hot Lips” Houlihan en M*A*S*H. Ella, en tanto, se sorprendió al leer el guion final y darse cuenta de que el personaje había sido demasiado “sensualizado”. Primero, pensó en abandonar el proyecto, pero luego decidió confrontar al director para hacerlo cambiar de parecer. Esa actitud desafiante fue la que, finalmente, hizo que Altman sintiera que era la actriz indicada para el papel.
M*A*S*H se convirtió en un éxito de taquilla y la crítica aclamó su actuación. Fue nominada a los premios más importantes de la industria, y aquellas escenas de las que ella renegó en un principio, incluido un icónico desnudo en la ducha, se convirtieron en lo más comentado del film.
La actriz y el director comenzaron allí una larga amistad que también tuvo su correlato en la pantalla grande: juntos volvieron a compartir set en El volar es para los pájaros (1970), The Player (1992) y Prêt-à-Porter (1994). Su carrera ya había despegado y a partir de ese momento las buenas películas comenzaron a sucederse en una catarata sin fin: Last of the Red Hot Lovers (1972), Slither (1973), Bienvenidos a Los Ángeles (1976), de Alan Rudolph; Un pequeño romance (1979); Foxes (1980); Esto no es vida (1986); De vuelta al colegio (1986); Boris and Natasha (1992) y Younger and Younger (1993).
En el último milenio, participó en las películas Women of the Night (2001), Open House (2004), The Boynton Beach Bareavement Club (2005), Night Club (2011), A Place for Heroes (2014), A Timeless Love (2016) y The Remake (2016).
En 1980, tras divorciarse de su primer marido, el guionista y director Rick Edelstein, volvió a pasar por el altar junto al productor Jonathan D. Krane y adoptó a sus dos hijos, los gemelos Jack y Hanna. También era madre adoptiva de su sobrina de sangre, Claire. Sin embargo, su segundo matrimonio no fue nada fácil; catorce años más tarde, decidieron separarse, pero tras unos meses, reconsideraron la decisión y volvieron a apostar al amor.
Tres años después, la actriz estaría por primera vez ligada a un escándalo, cuando se descubrió el romance que su marido mantenía con Nastassja Kinski. Debido a esta situación, volvieron a tomar caminos separados. Sin embargo, en 1999 se unieron nuevamente y permanecieron juntos hasta la muerte del productor, en agosto de 1996. Ese mismo año, también moriría la hija adoptiva de ambos.
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