Murió Julian Howard, uno de los actores de Los volatineros

"He tenido muchas aventuras en mi vida" solía asegurar el actor y director Julian Howard cuando repasaba algunos momentos de su carrera. Es que desde muy joven estuvo ligado a proyectos de experimentación, investigación y durante los años 80 supo guiar el camino de muchos jóvenes que comenzaban a ligarse a la actividad teatral como La organización negra, Los macocos, el grupo Del Teatrito, entre los más reconocidos.

Lamentablemente el creador murió ayer en Buenos Aires, a los 67 años. Su salud se había deteriorado notablemente en el último tiempo.

Howard, nacido en Rosario en 1952, supo construir una sólida carrera de casi cinco décadas en teatro, cine y televisión, y era, además, un reconocido maestro de actores. Egresado de la Escuela Nacional de Arte Dramático, desde sus inicios combinó su labor sobre los escenarios con el dictado de clases de interpretación y acrobacia.

Sus inicios actorales se dieron de la mano del director Francisco Javier. Junto a los intérpretes Roberto Saiz y Román Caracciolo crearon el grupo Los volatineros en los años 70 y dieron forma a un espectáculo que marcó al grupo. Se trataba de Qué porquería es el glóbulo, del uruguayo José María Firpo que representaron durante varias temporadas en La Casa de Castagnino, en el barrio de San Telmo.

El grupo estuvo en actividad durante una década. Crearon además, Hola Fontanarrosa, de Roberto Fontanarrosa; Caxamarca, de C. Demarigny; y El argentinazo, de Dalmiro Sáenz.

Como docente del Conservatorio Nacional de Arte Dramático supo transmitir esa impronta que caracterizaba a Los volatineros a sus alumnos. La Organización Negra primero lo tuvo como coordinador, luego el Grupo del Teatrito (integrado por Jorge Suárez, Claudio Martinez Bel, Julia Calvo, Alicia Muxo y Eduardo Gondel) siguió su impulso.

Con Roberto Saiz y Alberto Catán crearon El Parque, una escuela de teatro en la que formaron a jóvenes que luego desarrollaron caminos sumamente atractivos como Los Macocos.

A partir de los años 90 Julian Howard comenzó a trabajar en teatros alternativos, comerciales y oficiales, también en televisión y en algunas producciones cinematográficas. Montó además experiencias de gran formato en espacios como el Parque de la Costa.

Si bien las diversas producciones en la que participó, como actor o director, fueron muy eclécticas hay una línea que estaba interesado en desarrollar y se ligaba al campo popular a partir de textos clásicos del teatro y la narrativa nacional. Entre otros, Los casos de Juan, de Bernardo Canal Feijóo; Don quijote de los pampas, de Martín Salazar y Luis Pescetti; El Martín Fierro, creación que compartió con el actor Carlos Durañona; El inglés de los güesos, a partir de la novela de Benito Lynch; El herrero y el diablo, de Juan Carlos Gené.

Formó parte de diferentes ciclos de Teatro Abierto. Una de las piezas que protagonizó fue Chau Rubia, de Víctor Pronzato, dirigida por Francisco Javier.

Entre algunas de las mucha obras en las que participó como actor o director se destacan El protagonista, de Luis Agustoni; Más que amigos, de Daniel Dátola; Extraña pareja femenina, de Neil Simon; Dis pater, de Luis Cano; La razón blindada, de Arístides Vargas; El otro, de Eduardo Rovner; Sueños de una noche de verano, de William Shakespeare; Sombras nada más, de Vicente Zito Lema; Noches de tilo y rosas, versión de Las criadas, de Jean Genet; Pinocho, de Hugo Midón; Pequeño papá ilustrado, de Los Macocos; El potrero no está más, de Ricardo Talesnik; Cuentos en el jardín y Cara de barro.

Dirigió, además, puestas de Furia salvaje, Expreso Ollantay, Ataúdes, Martín Fierro, Sueño de una noche de verano, De cómo aman los muertos, Sombras nada más, La canción de Cam, y El inglés de los güesos, entre otras.

En televisión trabajó en Tato en busca de la vereda del sol, El mundo de Antonio Gasalla, Yo fui testigo, Hombres de Ley, Los buscas. En cine, Los chicos de la guerra, de Bebe Kamin; Pinocho, de Alejandro Malowicki; y La campana, de Fredy Torres. Además, se desempeñó como productor artístico de los programas infantiles Recreo Satelital y Verebó TV.

Entre 2000 y 2001 Julian Howard se desempeñó como director de fiscalización del Instituto Nacional del Teatro y en el período 2002-2003 integró el Programa Cultura y Compromiso de la Secretaría de Cultura de la Nación.

En 2018 publicó el libro Querido teatro (Editorial Leviatán). En su contratapa se destaca, "Howard recorre su vida teatral y con igual persuasión y desparpajo deja entrever distintos ítems para el abordaje de la actuación".

Entre sus últimos trabajos como actor se recuerda Reikiavik, de Juan Mayorga, dirigido por Enrique Dacal, espectáculo que compartió con Julio Ordano y Nicolás Martuccio, en la sala del Celcit.

Dueño de una simpatía singular se lo recordará por su entrañable carisma, por ese humor que naturalmente aparecía en su conversación y con el que cargaba todas las situaciones de su vida.

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