Murió Juan Padrón, el maestro de la animación cubana y gran socio de Quino
A los 73 años murió en La Habana Juan Padrón, la figura más relevante del cine animado en toda la historia de Cuba. Ilustrador, historietista, guionista, director y hasta actor de voz, cuando ya tenía ese reconocimiento bien ganado en su país y su obra empezaba a conocerse fuera de la isla encontró en Joaquín Salvador Lavado (Quino) a un socio ideal para llevar todavía más lejos su talento y su imaginación.
De esa sociedad, nacida en 1984, nació primero Quinoscopio, una secuencia de seis cortometrajes elaborados a partir de 52 chistes de Quino. Y más tarde, los 104 cortos de un minuto cada uno sobre Mafalda, que Padrón animó y dirigió en Cuba a través de una coproducción con televisiones españolas.
Había nacido como Juan Manuel Padrón Blanco en Matanzas, el 29 de enero de 1947. Siempre recordó su carrera como animador desde unos primeros tiempos de enorme escasez hasta sus obras más logradas, con el aporte de la animación digital.
"Usábamos una cámara para las animaciones que se había caído de un avión estadounidense en los años treinta. Llegamos a hacer películas con solo tres colores", recordaba en una conversación con el diario español El País a propósito de las dificultades que tenía la Cuba de los años 60, en los comienzos de su carrera, para desarrollar y estimular la creación animada. Allí recordaba también que sacaba el acetato del envoltorio de los medicamentos y los colores de tachos de pintura ya vencidos de marca norteamericana, que recuperaban agregándoles goma arábiga o talco.
En sus constantes visitas a Buenos Aires jamás pasaba inadvertido. Derrochaba una simpatía natural (entre sus múltiples oficios estaba el de humorista) y su estampa, presidida por un frondoso bigote, resultaba inconfundible. Todos sabían de su amistad con Quino y querían escuchar las anécdotas y los comentarios de esos innumerables encuentros.
Cuando se produjo el encuentro con el creador de Mafalda, Padrón ya era una figura de enorme popularidad en su país gracias al éxito de Elpidio Valdés, un personaje surgido de la historieta y que llegó al cine en 1979. Valdés es un militar que ocupa un lugar destacado en las guerras que libra Cuba para su independencia de España a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. La difusión de sus heroicas aventuras animadas siempre contó con la identificación y el respaldo del gobierno revolucionario de la isla.
Quino viajó a Cuba en 1984 para integrar el jurado del Festival de Cine de La Habana y allí conoció a Padrón. Un año después, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica empezó a producir los primeros cortos luego compilados con el título de Quinoscopio. Una década después, en 1993, Padrón llevó adelante en ese mismo espacio la producción de algo más de un centenar de cortos dedicados inspirados en las tiras gráficas de Mafalda, con el apoyo de tres televisiones autonómicas de España: Andalucía, Cataluña y País Vasco.
El humorista argentino siempre encontró en Padrón el mejor intérprete posible de algo de lo que siempre había desconfiado: poner en movimiento a su personaje más famoso. No había quedado satisfecho por los resultados de los cortos producidos en la Argentina durante la década de 1970 y prefirió siempre los de Padrón, sobre todo porque allí Mafalda y sus amigos aparecían sin voz y se apoyaban sobre todo en gags visuales. Esos cortos fueron emitidos hace dos décadas en los ya desaparecidos canales de cable Locomotion y Fox Kids.
Además de Elpidio Valdés, que tuvo varias continuaciones, Padrón logró con su siguiente largometraje otro éxito notable. Vampiros en La Habana, realizado en 1985, se convirtió en un film de culto dentro de los festivales de animación, lo que llevó a Padrón a hacer en 2003 una secuela: Más vampiros en La Habana. Fue el último largometraje de un artista múltiple.
Otras noticias de Mafalda
Más leídas de Personajes
Del encuentro de Julia Roberts con Daniel Craig a la felicidad de Jude Law por ser parte del mundo de Star Wars
“No hay otra hinchada así”. El particular detalle que Campanella incluye en todas sus películas y que está relacionado con Racing
"Estaba enamoradísimo". Las confesiones de Casán y Alfano en La divina noche de Dante: de Pablo Escobar a sus romances con presidentes
El adiós a Roberto Giordano. Muestras de dolor y palabras de admiración en la despedida al estilista