Tras su accidentado paso por El hotel de los famosos, la vedette habla de su relación con los integrantes del programa y del chat que comparte con los que fueron eliminados; su carrera, sus afectos y sus metas laborales, una charla íntima con LA NACION
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Vedette, actriz, modelo, Mónica Farro nació en Uruguay y se mudó a nuestro país hace 14 años, convocada por Gerardo Sofovich. Desde ese momento no paró de trabajar en revistas, comedias y programas de televisión. Hace algunas semanas salió de El hotel de los famosos, el reality de eltrece, por un accidente en uno de los juegos y del que todavía se está recuperando. En diálogo con LA NACION, Farro cuenta detalles del programa, recuerda sus inicios como conejita de Playboy y habla de su hijo y de sus amores: cuáles le dejaron buenos recuerdos y cuáles prefiere olvidar.
-¿Cómo estás de tu lesión?
-Mejor. Salí hace casi cuatro semanas del aire, pero en realidad fue hace dos meses, por la lesión que tuve en el pie que no fue un esguince sino una rotura de dos ligamentos y tiene una recuperación de un mínimo de 70 días, así que ahora estoy haciendo magnetoterapia y kinesiología tres veces por semana, antes de poder volver a hacer vida normal. Mi meta es ponerme los tacos y caminar bien. En este tiempo perdí bastante trabajo, lamentablemente. Pasé por una situación traumática, por bastante tristeza, y por emociones que no están buenas. Cuando vi la lesión en la tele lloraba de la angustia porque sabía que podía haberme quedado mucho más en El hotel de los famosos en el que gané todos los juegos que hice. Nadie me ganó, nadie me sacó, nadie me votó. Salí orgullosa de todo lo que hice, de cómo me llevé con todos aunque estuve solamente quince días.
-Estuviste poco tiempo en el reality pero le sacaste provecho...
-Si, estuve 15 días pero fueron tremendos. Hice todos los juegos porque entré con ganas de probarme a mí misma. La competencia es conmigo porque entreno todos los días, pero no alto rendimiento sino para verme linda físicamente y poder subirme al escenario y estar bien. Tampoco tengo 20 años sino 46 y todas las lesiones llevan más tiempo de recuperación. Pero me sentía muy bien y entendí que era algo distinto a ir al gimnasio todos los días. Eran juegos con agua hasta el cuello, barro hasta las rodillas, levantar tanques, fardos, todo muy pesado. Son cosas que nunca hice y me metí porque tenía muchas ganas. Me mostré como soy, muy tranquila, aunque la gente pueda tener una idea distorsionada sobre mí. Todos decían que parecía la más loca y en cambio era Heidi.
-Te llevaste bien con todos adentro pero ahora que saliste, ¿qué pensás de los participantes?
-Entré en un repechaje y quienes ya habían estado adentro se metieron con furia con ciertos participantes. Yo era ajena a todo eso porque era nueva. Tuve la suerte de poder hablar con todos, conocerlos y la verdad es que conmigo fueron correctos. Menos con el Chanchi hablé con todos. Con él nunca se dio, no accedió a ser simpático, a abrirse y conectar conmigo en nada, y si él no se arrimaba, yo tampoco. Vi agresiones verbales, modos feos de Martín Salwe, sobre todo con Majo (Martino) y Silvina (Luna) y era altanero con ellas. Hay que hacerse cargo de cómo uno es. Todos se portaron bien conmigo, pero observé comportamientos que no me gustaban y hay que tener respeto siempre, aunque a veces uno dice cosas que no están buenas. Locho (Locciano) la pasó re mal y lo entendí porque cuando yo me lesioné se burlaron porque yo grité mucho. Me dolió, es lo que viví. Grité del susto porque sentí que algo se había roto.
-¿Quién te gustaría que gane?
-Locho fue muy servicial y simpático desde el primer día. Y Alex me pareció una persona muy ubicada, que sabe jugar, que dice las cosas sin maldad. Me parece un tipo bárbaro y me gustaría que gane Alex. Los que estamos afuera tenemos un grupo y todo el tiempo comentamos lo que sucede y está bueno.
-Estuviste como angelita invitada en LAM, ¿acaso se viene una nueva panelista?
-Ojalá. Me tocó estar una semana y me encantaría quedarme fija porque me siento cómoda. Ángel (De Brito) siempre dice que quiere trabajar conmigo y sería una oportunidad.
-Siempre fuiste picante...
-Si. En las redes sociales dicen que soy una de las que mejor opino, pregunto y hablo. Todas tienen lo suyo y yo soy nueva en esto, pero me encantaría ser panelista. Hablo desde la curiosidad de cualquier televidente. Tengo cierta cancha en esto, no es que empecé ayer.
De conejita de Playboy a vedette
-Tus inicios fueron como vedette, ¿te interesa seguir usando conchero y plumas o ya fue?
-Vedettes nuevas no hay y la revista es un género que se está muriendo un poco. Me llamaron para Cobra K cuando terminé la temporada en Carlos Paz pero decidí entrar a El hotel de los famosos. Y volvieron a llamarme, pero no puedo bailar todavía. Quizá vuelvan a convocarme. Este verano hice El juego de Carlos Paz, donde hice sketches y monólogos y también bailé. Siento que puedo seguir bailando y mostrándome y en el final no saludaba con conchero sino con un vestido muy lindo, entonces ya no era vedette solamente sino una figura. Y me encantó y nos fue genial. Hay una gira que quizá se haga en julio o agosto. Sigo vigente.
-Nunca estuviste alejada del medio mucho tiempo, ¿no?
-Nunca. Hace 14 años que vivo en Argentina. Los primeros años iba y venía porque trabajaba para el canal Playboy y las producciones y series se hacían acá. Fui conejita de Playboy durante tres años, viajando por el mundo y representando a Uruguay. Y justamente en un certamen de Playboy me vio Gerardo Sofovich y me convocó para hacer No somos santas, en octubre de 2007, en el Tabarís. Las seis protagonistas aparecíamos totalmente desnudas en un momento y era muy gracioso. Seguí con Gerardo, después entré a Bailando por un sueño, hice revistas con Carmen (Barbieri). En estos 14 años trabajé con los mejores capocómicos argentinos. Poco a poco fui haciendo mi camino y todos los octubres le agradezco a Gerardo que me haya traído y que cumplo un año más en la Argentina. Estoy feliz de todo lo que hice, porque en estos años estuve en 19 espectáculos. Nunca paré.
-¿Qué recordás de esa jovencita que estaba en Playboy?
-Me encantó todo lo que hice. A los 14 años me recibí de modelo profesional y empecé a trabajar en Uruguay haciendo comerciales, y mi mamá me acompañaba. Me casé a los17 años con el papá de mi hijo (Enrique Ferraro) y me fui a viajar por el mundo porque era jugador de fútbol. Trabajaba para marcas, me abrí mi camino, hice televisión, teatro, radio y hasta daba el tiempo en un noticiero, en Chile. En Uruguay trabajé en todos los canales haciendo conducciones y participaciones. Cuando vine ya tenía hecho mi caminito.
-Fue un volver a empezar. ¿Tuviste miedo?
-No. Estoy en un escenario desde mis 6 años, cuando hacía ballet. Después hice patín artístico, atletismo. Siempre estuve en competencia, juzgada por jueces y con público. El escenario era lo mío. Cuando Gerardo me trajo fue como entrar a jugar en Boca, de 9, como goleadora. Vine a hacer una comedia musical con Nazarena (Vélez), que era muy popular entonces y me dio un lugar muy lindo. Hoy mi sueño es conducir y estar fija en la televisión. Pude mostrar que no solamente soy un cuerpo, también tengo cabeza (ríe). Estoy en un momento tranquilo de mi vida en el que quiero hacer un montón de cosas, pero ya no con la vorágine de cuando vine al país.
Sus amores
-¿Tu marido Leandro Herrera sigue siendo tu entrenador? Hace un tiempo tuvieron una crisis...
-Sí, seguimos. Entreno de lunes a sábados con más ganas que antes porque estuve 40 días quieta y el cuerpo te va cambiando. Soy muy exigente conmigo misma, y siempre digo que cuando estás quieta, crías celulitis y no es para mí (ríe). Voy a la estética, acá y allá y por eso puedo mostrarme. Siempre bailo sin medias, no me pinto el cuerpo y ojalá pueda seguir haciéndolo. No soy capocómica y creo que eso no se aprende sino que se nace, como Carmen Barbieri, pero me gustaría tener mis monólogos, recorrer el país hablando de mi vida, con alguien más que me acompañe y un cuerpo de baile chiquito. Ahora estoy en un momento muy tranquilo, casada hace tres años, cinco que estamos de novios y siete que nos conocemos. Tuvimos una crisis complicada el año pasado, pero ya está superada, estamos juntos y bien. Cuando te separás entendés un montón de cosas y esta vez fue para estar bien y avanzar y no retroceder. Estamos pasando un momento muy lindo de nuestra vida.
-Tuviste varias parejas, ¿te quedaron recuerdos buenos de todos?
-Con el padre de mi hijo tuve 17 años muy buenos y felices y también ahora con mi marido. Pero sacándolos a ellos, tuve un golpeador, un cordobés que me engañó y lamentablemente falleció hace no mucho en un accidente de moto y tuve a uno que estuvo preso. Fueron tres parejas horribles que me hicieron perder nueve años de mi vida. Otras parejas no tuve, apenas estuve sola un año y me divertí mucho acá en Argentina. Era todos los días uno diferente.
-¿Tenés buena relación con tu hijo Diego? La mitad de su vida vivió con su papá en Uruguay.
-Diego tiene 27 años, estudia educación física y tiene novia argentina, o sea que viene más seguido. Vive en Uruguay con su papá y posiblemente cuando termine de estudiar, el año que viene, se mude a la Argentina. Y yo feliz de la vida. Cuando vine no pude traerlo porque prefirió quedarse en Uruguay. Milagros, la novia, va a cumplir el milagro que yo necesito y lo va a traer.
-Debe haber sido difícil decidir mudarte y dejarlo con el papá...
-Diego tenía 13 años cuando me vine. Los primeros dos años yo iba y venía mucho y ellos también. Después nos divorciamos y el juez le dio a elegir dónde vivir. Y Diego no eligió a la madre o al padre sino al país. Creo que hizo bien porque allá tiene a sus abuelos, sus primos, sus tíos, sus amigos. Y acá yo trabajaba mucho y no podía haber compartido tanto con él. Tuve que aceptarlo, pero venía a pasar las temporadas conmigo los tres meses, siempre fuimos muy unidos y nunca dejamos de vernos, ni siquiera en pandemia porque al tenerme a mi acá, podía entrar con una carta. Me hubiera gustado tenerlo conmigo, obviamente, pero también me gusta dejarlo elegir. Si lo hubiera forzado, él no me lo hubiese perdonado. Mucha gente me criticó diciendo que había dejado a mi hijo tirado por venir a mostrar el culo y no fue así. Primero que no era un bebé y después, él eligió y tuve que respetarlo.
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