Montecarlo se vistió de fiesta una vez más con motivo de una de sus celebraciones más importantes: su Día Nacional. Como cada 19 de noviembre desde 1949, la familia Grimaldi casi en pleno se reunió en el Palacio del Príncipe para festejar y saludar al pueblo. La ocasión fue perfecta para presentar en sociedad a tres de los nietos menores de Carolina: los hijos de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo , Stefano (1) y Francesco (nació el pasado 21 de mayo), y el tercer hijo de Andrea y Tatiana, Maximilian (nació el pasado 19 de abril), que fueron aclamados apenas aparecieron en el balcón. El hijo mayor de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo enamoró a todos con sus ojos azules, sus mofletes y sus labios carnosos, que recuerdan a los de su tía Charlotte, que esta vez no fue de la partida, ya que hace dos semanas dio a luz a Balthazar, su segundo hijo (fruto de su relación con el productor de cine Dimitri Rassam).
En brazos de su padre, Stefano se mostró alegre y sereno. A su lado, su abuela Carolina, muy cariñosa y orgullosa, cargó en brazos a los bebés de la familia. Sin embargo, eso no le impidió contarles a los mayores, Sasha (5) e India (3) –hijos de Andrea– todo lo que iba sucediendo ante sus ojos. El príncipe Alberto II de Mónaco, que presidió temprano la misa oficial que se celebró en la Catedral de Nuestra Señora Inmaculada, estuvo rodeado por su mujer, la princesa Charlene, y sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella (en diciembre cumplen 4 años), que fueron los más espontáneos y divertidos. A pesar de que a su corta edad tienen cierto conocimiento del protocolo, no pudieron evitar entristecerse cuando se les cayó por el balcón un globo y un muñeco. A la noche, la familia volvió a darse cita en el Foro Grimaldi para vivir una noche de gala. Esta vez, los chicos, quedaron durmiendo.
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