Soñaba con ser actriz pero durante años se ganó la vida como bailarina; la popularidad llegó de la mano de las redes sociales; está a punto de estrenar un unipersonal de humor en el que interpreta a varios personajes, al estilo de Juana y sus hermanas
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De chica soñaba con ser actriz y humorista. Fan de Juana Molina, Momi Giardina encontró la manera de acercarse a sus sueños a través del baile. Se anotó en la escuela de Julio Bocca y con el titulo de bailarina debajo del brazo trabajó con Susana Giménez, Antonio Gasalla, Enrique Pinti, Midachi, Nicolás Repetto y fue parte del staff de bailarinas de ShowMatch durante 14 años, hasta que sintió que necesitaba dar un paso más y no lo dudó.
El próximo 7 de enero estrena Cualquier cosa te llamamos, un unipersonal que podrá verse los viernes y sábados a la medianoche en el Teatro Picadero y que estará de gira por la costa argentina durante el resto de la semana. “Cualquier cosa te llamamos es una frase típica que te dicen en cualquier lugar al que vayas a buscar trabajo y yo la escuché muchas veces”, se sincera Momi, en diálogo con LA NACION. “Por eso en el unipersonal desdramatizo el fracaso y le doy un tono de humor. Le pierdo el respeto porque no es tan grave fracasar y, después de todo, es parte del proceso del camino al éxito”.
-Pero no es fácil aceptar un fracaso...
-Por eso lo ridiculizo. El unipersonal es un poco autobiográfico, porque tiene que ver con mi historia. Siempre quise actuar y fui a miles de audiciones. En Cualquier cosa te llamamos la gente entra a una audición, se les da un número en la entrada y yo hago seis personajes. Interactúo mucho con una pantalla, porque es un espectáculo multimedia muy moderno, con dirección de Santi Talledo. A veces me cambio en el escenario y otras hay separadores que son videos. El humor pasa por la identificación y todos se van a sentir identificados con muchos de los personajes. Me río mucho al hacerlo y estoy segura de que el público también lo va a disfrutar. Soy como una especie de Juana Molina del 2021. Y no lo digo yo: la gente que me sigue en redes me compara con Juana y es verdad porque el humor que hago es parecido.
Momi y el éxito
-Es tu primer show sola en el escenario, ¿es el éxito que buscabas?
-Es algo que anhelé desde muy chica pero el éxito puede pasar por muchos lugares, desde lo más simple como formar una familia o tener el oficio con el que soñaste. Estar sola sobre un escenario y con las primeras funciones agotadas es un éxito. Me siento exitosa porque siempre fue un sueño. Tengo unos nervios tremendos, mucha ansiedad, es una sensación hermosa. Es la primera vez que hago un unipersonal, aunque en otras oportunidades estuve en el escenario acompañando a figuras, como Guillermo Francella y Adrián Suar en La cena de los tontos, cuando reemplacé a Carla Conte. Pero llegó el momento, es ahora. Me espera un verano muy movido, pero estoy súper contenta.
-¿Qué te hace reír?
-El humor inteligente, costumbrista, con tono de comedia. No me gusta el humor obvio ni la mala palabra. Me hacen reír Verónica Llinás, Jorgelina Aruzzi, Darío Barassi. Pero Juana Molina me fascinaba, no había programa de ella que me perdiera.
-¿Tu sueño era ser bailarina o actriz?
-Desde que tengo uso de razón, mi sueño siempre tuvo que ver con la actuación y el humor. Me acuerdo que a los 5 años me subía a la mesa para imitar a Tita Merello y a Isabel Pantoja. Y durante un tiempo fui boy scout y me dieron insignia de artista, que no existía pero la hicieron para mí. Siempre tuve el hambre de actuar y toda la vida me perfeccioné pensando en el teatro y me dije: ‘como actriz tengo que saber cantar y bailar’. Entonces me anoté en la escuela de Julio Bocca e hice toda la carrera, pero siempre como complemento. Las oportunidades se me dieron por el lado de la bailarina, y dentro de la productora de Marcelo Tinelli pasé por muchos laburos: bailarina, coach, actriz, conductora. Me desvinculé en el 2017 porque sentí que había cumplido un ciclo después de 14 años de trabajar con ellos, y me di cuenta que era el momento de empezar a mostrar lo que sé hacer. En éstos años hice Todo por hoy, en Canal 9, con el Pelado López, que fue muy generoso conmigo, y reemplacé a Nara Ferragut en Nara por hacer, y también a Zaira en un ciclo que hacía con Diego Pérez, también en Canal 9, Tu mejor sábado. A partir de ahí no paré y en redes sociales pude mostrar mi humor y todo lo que aprendí.
Un sueño hecho realidad
-Las redes sociales son tus aliadas porque mucha gente te conoció en Tik Tok o en Instagram...
-Totalmente. El año pasado había quedado para un personaje en Separadas, la ficción de eltrece. Pero con la pandemia y la cuarentena por el Covid-19 eso no se dio y me quedé sin trabajo, encerrada en casa con mi familia. Entonces empezamos a hacer videos con mi hija Julieta (17), que me abrió Tik Tok y ahora tengo más de un millón de seguidores, y diez millones de reproducciones de videos. No entendía mucho pero pronto se convirtió en mi fuente de trabajo. Hoy vivo de eso. Tengo 39 años y me di cuenta que las personas más grandes nos tenemos que aggiornar porque las redes son el nuevo currículum. Este año se me abrieron muchas posibilidades de trabajo, grabé la serie Privier con Alberto Ajaka, Mónica Antonopulus y Claudio Tolcachir y una participación para la película Una flor en el barro, con Nicolás Francella.
-¿Por qué crees que las oportunidades con las que soñaste llegan ahora?
-Creo que cuando uno pone el foco en algo, las cosas se dan. Antes la pasaba tan bien en ShowMatch porque era un trabajo seguro, lo que me daba de comer, y además compartía con mi grupo de amigas, y me sentía en una zona de confort. Cuando dejé de sentir esa seguridad necesité usar mis herramientas para ver cómo seguir en el medio. Ahí fue que les redes me ayudaron a mostrarme desde otro lugar. Una de las primeras en darme una mano enorme fue Lali Espósito, que compartió mis contenidos en sus redes y así se fue abriendo un nuevo camino en el que no paré de remarla, de ir a castings. Siempre me animo a todo.
-¿Cómo es la relación con tu hija Julieta? Parecen muy compinches.
-Es mega talentosa, tiene muchísimos seguidores. Este año hizo un espectáculo en el que arrasó y tenía que salir del lugar con personas de seguridad. Una locura todo. Julieta canta, baila, actúa, está muy preparada. Tenemos una relación muy linda. Con su papá, Diego Castro que es actor, director y productor, nos separamos hace muchos años. Estoy en pareja desde hace 14 años con Esteban Pusak Laborde, también productor, y somos una familia ensamblada.
-¿Costó ensamblar la familia?
-Cero. Desde el día que nos separamos nos pusimos de acuerdo en que lo más valioso que tenemos es nuestra hija y lo mejor que podemos hacer por ella es respetarnos, valorarnos. Diego es un excelente padre y persona. El papá de mi hija es como mi hermano, nos llevamos increíble. Y Esteban tiene un hijo de otro matrimonio, que se llama Bautista y todos nos llevamos muy bien.
-¿Seguís bailando?
-No, pero el espectáculo es muy físico... así que ahí sí, bailo y canto. Pero ya perdí la vigencia de la bailarina.
-¿Tenés otras pasiones?
-Todas tienen que ver con mi trabajo. Me apasiona viajar y ver teatro en otras partes del mundo. El año que viene queremos ir a Nueva York con Julieta, para tomar clases. Ojalá se cumpla.
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