Misterio eterno: cinco estrellas de Hollywood cuyas muertes siguen sin ser esclarecidas
Algunos eran íconos del cine, adorados y aclamados por el público de todo el planeta, otros comenzaban a brillar con luz propia en la industria del entretenimiento; sin embargo, ni la fama ni el dinero los ayudaron a escaparle a sus trágicos y enigmáticos destinos
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Los reflectores de Hollywood iluminan los sueños que se vuelven realidad y tienen el efecto de agigantar los éxitos, pero también proyectan largas y extrañas sombras sobre tragedias inexplicables. A pesar de décadas de exhaustivas investigaciones, especulaciones y teorías, algunas muertes de sus estrellas más brillantes siguen envueltas en un halo de misterio.
Marilyn Monroe: los caballeros las prefieren rubias
La muerte de Marilyn Monroe, el símbolo sexual por excelencia, ocurrida el 5 de agosto de 1962, fue declarada un suicidio por sobredosis de barbitúricos. Sin embargo, las circunstancias que rodearon su fallecimiento a los 36 años siguen generando controversia. Una de ellas es la posición en la que fue encontrado su cuerpo. Otra, la ausencia de un vaso con agua o algún líquido que la ayudara a tragar las pastillas. Y, quizá, la más difícil de explicar: la falta de huellas dactilares en los frascos de medicamentos. Tras la muerte de la protagonista de Los caballeros las prefieren rubias, las miradas se posaron en dos de los hombres más poderosos de los Estados Unidos en aquel tiempo: los hermanos John F. y Robert Kennedy, con los que se rumorea que la diva del cine mantenía sendos romances, lo que alimentó teorías de encubrimiento y posible asesinato para silenciarla.
Lo que se sabe al respecto es que Robert Kennedy se había reunido con la diva de Hollywood el día de su muerte. Los relatos de testigos cercanos a la actriz y las grabaciones de micrófonos ocultos indican que Monroe estaba molesta porque el hermano del entonces presidente estadounidense quería cortar la relación entre ellos. En ese último encuentro, ante esta nueva situación, ella habría amenazado con hacer público el vínculo que los unía. Una de las versiones más escuchadas es que tras la muerte de la estrella, Peter Lawford, cuñado del entonces primer mandatario, hizo desaparecer una nota escrita a mano por la actriz; aunque no está muy claro si en ese texto Marilyn incriminaba a alguno de los hermanos en su potencial asesinato o si simplemente hacía referencia a la aventura que mantenía con alguno o con los dos poderosos hermanos.
Todas las irregularidades que se sucedieron luego de la muerte de la actriz no hicieron más que abonar las teorías conspirativas. Mientras que algunos informes indican que se envió una ambulancia después de que Monroe ya fuera declarada muerta, otros señalan que la actriz murió mientras era trasladada el centro de salud. Algunos peritos, además, indicaron que es extraño que se detectaran drogas en su sangre, pero no restos de pastillas en su estómago.
Natalie Wood: terror a bordo
El cuerpo sin vida de Natalie Wood, la estrella de West Side Story y Rebelde sin causa, fue encontrado cerca de la Isla Catalina, al sudoeste de Los Ángeles, el 29 de noviembre de 1981. Aunque los peritos determinaron que la reconocida actriz, que no sabía nadar, y que se había ahogado accidentalmente, siempre sobrevoló la idea de que aquella fatídica noche había ocurrido un hecho mucho más oscuro y violento.
Dennis Davern, el capitán del Splendour, la embarcación en la que Wood se encontraba junto a su esposo Robert Wagner y el actor Christopher Walken, declaró que escuchó una fuerte discusión la noche de su muerte. Otros testigos aseguraron que Wagner acusó a su colega de tener un amorío con la actriz. La hora en la que el protagonista de Ladrón sin destino alertó a las autoridades sobre la desaparición de su pareja también sembró más dudas sobre lo sucedido: la llamada se realizó a la 1.30 de la madrugada, dos horas después de que personas que se encontraran en un yate cercano escucharan gritos de auxilio.
Además, el cuerpo de Wood presentaba hematomas que sugieren una posible agresión previa a su caída al agua. Al respecto, un oficial de la Oficina Forense de Los Ángeles argumentó en aquel momento que los moretones en las piernas de la actriz eran tan notorios que resultaba imposible que las autoridades no hayan reparado en ellos. “O no les prestaron atención adrede o simplemente intentaron ocultarlos”, indicó.
La versión oficial, que aseguraba que Natalie murió accidentalmente, no convenció a nadie. Y tras décadas de insistencia, su hermana Lana consiguió que en 2011 se reabriera el caso. La mujer contó que el capitán de la embarcación la llamó por teléfono más de una década después de aquella trágica noche para confesarle algo que nunca había contado: que vio a Wagner empujar a su esposa con tanta fuerza que la hizo caer accidentalmente por la borda. Davern le habría dicho, además, que el actor se negó a ayudarla a salir del agua para “darle una lección”. A pesar de este nuevo intento de echar luz a lo ocurrido aquella noche, el crimen sigue sin resolverse.
George Reeves: crónica de una muerte anunciada
El 16 de junio de 1959, George Reeves, el actor que interpretó al Superman televisivo de los años 50, fue encontrado muerto desnudo en su cama con un disparo en su cabeza y una pistola a sus pies. A pesar de que los vecinos aseguraron que solo escucharon un disparo, la policía halló otros dos agujeros de bala en el piso y las posiciones de los casquillos de las balas encontrados en la escena del crimen no eran concluyentes para determinar el móvil y autoría.
Sin embargo, su prometida tuvo una explicación. Leonore Lemmon declaró ante la policía que las marcas en el suelo de la mansión de Los Ángeles se habían producido días antes de la muerte del actor, de manera accidental. Lo curioso es que la mujer abandonó con urgencia la ciudad poco después de la muerte, llevándose el dinero que el actor había reservado para la luna de miel.
Pero Lemmon no era la única mujer en la vida de Reeves. El actor acababa de dar por terminada su tumultuosa aventura con Toni Mannix, la esposa de un ejecutivo de MGM que, se rumoreaba, tenía estrechos vínculos con el crimen organizado.
Sin investigar demasiado, las autoridades declararon rápidamente que Reeves se había suicidado. Sin embargo, desde el primer momento, esa versión generó gran controversia. Decenas de personas cercanas al intérprete aseguraron que, debido a su personalidad y a su feliz presente, era imposible que hubiese decidido quitarse la vida. Además, quienes estuvieron presentes en la cena que el actor brindó en su casa la misma noche de muerte aseguran que Lemmon predijo lo que pasaría. Después de que el intérprete de Superman subiera las escaleras hacia su cuatro, escucharon a su prometida decir: “Se va a pegar un tiro”.
Christa Helm: diario de una pasión
Con su melena rubia, sus ojos claros y su figura escultural, la modelo Christa Helm habí Así, dramática y violentamente, terminaba su corta pero vertiginosa existencia. A los 16 años, Christa había quedado embarazada. Ya con su pequeña Nicole en brazos, abandonó Wisconsin con la idea de perseguir su sueño de convertirse en estrella. Primero recaló en Nueva York y consiguió trabajo en un club nocturno. Allí se cruzó con Lenny Baron, una reconocida vestuarista que la ayudó a dar sus primeros pasos como modelo en las exigentes pasarelas de la alta costura.
Pero sus planes se truncaron apenas el nuevo año comenzó. La noche del 12 de febrero, Helm salió de juerga con su amiga Stephanie y luego tenía previsto ir a visitar a Stanford “Sandy” Smith, un manager de actores y productor musical con el que la actriz mantenía un romance. Tomó su auto, se dirigió a la mansión del exclusivo barrio de Lloyd Place, en West Hollywood y al llegar, encontró la muerte.
Recibió al menos treinta puñaladas. Su cuerpo sin vida fue encontrado debajo de un auto. Así, dramática y violentamente, terminaba su corta pero vertiginosa existencia. A los 16 años, Chista había quedado embarazada. Ya con su pequeña Nicole en brazos, abandonó Wisconsin con la idea de perseguir su sueño de convertirse en estrella. Primero recaló en Nueva York y consiguió trabajo en un club nocturno. Allí se cruzó con Lenny Baron, una reconocida vestuarista que la ayudó a dar sus primeros pasos como modelo en las exigentes pasarelas de la alta costura.
En 1972, de mano del productor Stuart Duncan, consiguió su primer papel en el cine, en la película Let’s Go For Broke. Y al mudarse a Los Ángeles comenzó, efectivamente, una nueva vida: su nombre comenzó a aparecer asiduamente en las columnas de chimentos, asociada a figuras importantes como Mick Jagger, Warren Beatty, Jack Nicholson y el Sha de Irán. Paralelamente, comenzó una relación con el polémico financista Bernard Cornfeld y se mudó a la mansión del magnate.
En esa misma mansión se llevaban a cabo cuestionables fiestas, similares a las que montaba Hugh Hefner. De cada uno de los encuentros sexuales con mujeres y hombres poderosos con los que se relacionó antes y durante su estadía en aquella residencia quedaron meticulosamente plasmados en un diario íntimo. A pesar de que la actriz lo guardaba celosamente, su círculo íntimo estaba al tanto de su existencia.
Justamente, lo que llamó la atención de sus amigos y familiares es que en el momento de su muerte, ese comprometedor diario se esfumó en el momento de su muerte. No fue la única pertenencia de la actriz que desapareció. Tony Sirico, un actor con supuestos vínculos con el crimen organizado -y que terminaría interpretando a un mafioso en la serie Los Soprano- se encargó de llevarse de la casa en la que vivía Helm varias de sus pertenencias, incluidos algunos videos caseros.
Según las autoridades, Sirico solo respondió al pedido de Lennie Barin de llevarse cualquier objeto personal que pudiera manchar la memoria de la actriz. El caso nunca avanzó, y por más que los medios cuestionaron el desinterés y el desgano de las instituciones por esclarecer lo ocurrido e instalaron la idea de que detrás de aquel sangriento crimen había figuras importantes, el asesinato de la actriz sigue impune.
Haing S. Ngor: sueños de libertad
Tras la guerra de Vietnam, el Partido Comunista de Kampuchea tomó el poder de Camboya desatando el fatídico genocidio camboyano. En ese momento, Haing S. Ngor era un respetado ginecólogo en Phnom Penh, Camboya, pero debido a sus raíces chinas, comenzó a ser perseguido por el régimen. Acorralado, decidió escapar hacia los Estados Unidos y cambió radicalmente su vida: se convirtió en actor y consiguió ganar un Oscar y un Globo de Oro por interpretar en Los gritos del silencio a un personaje que tenía bastantes puntos en común con su vida personal: Diith Pran, un sobreviviente de la matanza desatada en el país del actor.
Además, utilizó su fama para concienciar sobre las atrocidades cometidas por los Jemeres Rojos. Su carrera y su activismo se vieron truncados el 25 de febrero de 1996. Ese día, fue brutalmente asesinado. Su cuerpo fue encontrado al lado de su automóvil, cerca de su casa de Los Ángeles.
En este caso, sí hubo detenciones. La policía atrapó a tres adolescentes miembros de la banda Oriental Lazy Boys, conocida por cometer atracos en la zona. Y si bien existe un consenso general de que seguramente fueron ellos los que cometieron el crimen, no son pocos los que se atrevieron a levantar la voz para acusar al dictador camboyano Pol Pot como el autor intelectual del asesinato.
La versión oficial indica que se trató de un robo a mano armada que terminó de la peor manera. Los tres ladrones se llevaron el reloj de Ngor y se habrían violentado hasta el extremo cuando el actor se negó a entregarles un camafeo que contenía la foto de su esposa fallecida. Sin embargo, ni siquiera tocaron su billetera, que contenía una suma considerable de dólares ni intentaron robarse el Mercedes Benz del que la víctima acababa de bajarse.
Tiempo después, un testimonio alcanzó para darle un giro a la historia. Kaing Guek Eav, conocido como el “Camarada Duch” fue un militar de alto rango que desempeñó el cargo de director del principal centro clandestino de detención, tortura y desaparición de personas de la ciudad de Phnom Penh entre 1976 y 1979. Por allí, se calcula, pasaron unas 14.000 personas que fueron interrogadas y luego ejecutadas. En 2009, decidió abandonar su identidad secreta y confesar ante un tribunal que se encargó de examinar los crímenes de guerra cometidos por los jeremes rojos. Allí, declaró que, efectivamente, Pol Pot había organizado el asesinato.
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