Anoche, la diva de eltrece presenció la función de Bossi Live Comedy, una de las propuestas más atractivas de la actual temporada de teatro de Mar del Plata
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MAR DEL PLATA. -Fue un regalo de Reyes. Anoche, con toda la pompa que se merece, Mirtha Legrand fue recibida por Martín Bossi en la función de su espectáculo Bossi Live Comedy, uno de los más vistos en el inicio de la temporada de teatro de Mar del Plata y de impecable factura artística.
Acorde al rango estelar de la estrella, Martín Bossi y su equipo de producción no se limitaron al agradecimiento de rigor, sino que, con mucha inteligencia, montaron un entramado ad hoc para agasajarla. Luego de algunas idas y vueltas y la postergación de unos pocos días, finalmente “La Chiqui” se dio el gusto de aplaudir al creativo showman que ofrece una propuesta cuidada tanto desde sus guiones como en su puesta en escena.
Poco antes de las 21, Mirtha, impecablemente vestida con un diseño de Claudio Cosano, llegó al teatro ubicado en la avenida Luro, en el corazón de Mar del Plata, donde fue recibida por su amigo Carlos Rottemberg, propietario de la sala, la más nueva del circuito comercial de la ciudad, levantada donde antes existía un terreno que era utilizado como estacionamiento de vehículos. Aún hoy hay que agradecerle al empresario tal proeza. También recibieron a la diva Ezequiel Corbo, Federico Hoppe, Román Vargas y Claudio Salomone, productores del espectáculo.
La diva estuvo acompañada por sus amigos Alejandro Veroutis, jefe de prensa de Martín Bossi; María del Carmen y Claudia Álvarez Argüelles, propietarias del hotel Costa Galana de Mar del Plata; Amalia Idoyaga Molina y Esteban Dottavio.
Desde ya, en el mismo vehículo que trasladó a Chiquita, conducido por Marcelo -su histórico chofer- también lo hicieron su asesor de vestuario Héctor Vidal Rivas y su maquilladora y asistente Gladys Andrade. Antes de retirarse de su suite en el Costa Galana, Mirtha fue peinada por Humberto Mejías, su estilista en la ciudad.
Una gran ovación
En la vereda del teatro Mar del Plata, Mirtha fue saludada por el público y, ya en el foyer -al que llegó del brazo de Carlos Rottemberg- fue interceptada por los cronistas de los medios que aprovecharon la oportunidad para entrevistarla.
Fue dentro de la sala donde recibió, como es habitual, una gran ovación. La estrella -quien regresará el sábado 20 de enero a conducir su programa en eltrece- fue ubicada en la fila 5, un lugar preferencial, mucho más cómodo que el que le asignaron cuando visitó Fátima 100%.
“Olé, olé, olé, Mirtha, Mirtha”, cantó la popular -en este caso la platea y el pulman de la sala-, mientras ella, muy emocionada, saludó a todos antes de sentarse. Con anteojos con brillantes que coronaron su outfit impecable, la diva siguió atentamente el espectáculo de casi dos horas, donde Martín Bossi apela a la música y sus habituales monólogos que, en este show, tienen atmósfera nostálgica.
El show dentro del show
“En esta sala hay un pedazo de nuestra cultura”, dijo Martín Bossi, cuando bajó a la platea para saludar a la invitada de honor de la noche. “Un aplauso a la heroína enorme de nuestro país”, arengó el artista y le dedicó un tramo de “Let It Be”, el himno de los Beatles.
Si Bossi es un creativo en el escenario, también lo fue para saludar a la diva y no dudó en apelar al ida y vuelta que hubo hasta su llegada a Bossi Live Comedy. No fue recriminación, sino parodia para reflejar todo lo que sucedió durante la primera semana de enero.
“Chiqui de mi corazón, primero me complicaste la vida; que el martes venías, que el miércoles venías, anduvimos con una alfombra para todos lados, porque no hay plata para tres alfombras”, dijo con algo de ironía ante la situación económica que atraviesa el país y también fue un tiro por elevación hacia Fátima Florez, su competidora y novia del presidente Javier Milei, quien impuso la frase “no hay plata”.
Siguiendo con la ironía sobre la austeridad, con creatividad y osadía, le regaló a la gran estrella un ramo de flores de plástico –”sale mil dólares una rosa”- y cuatro churros de una conocida cadena de restaurantes de la ciudad.
Finalmente, continuando con las indirectas para el bando contrario, Bossi le explicó que no podían cortar la calle para recibirla porque, “el que corta, no cobra”. “La Chiqui” no salía de su asombro y celebraba cada una de las ocurrencias del humorista. Más allá del chiste, el ida y vuelta en torno a la llegada de la diva, hizo que, en la noche del sábado, no se pudiera contar con la icónica Guardia del Mar, un grupo de mariachis y otro de violines, todos ocupados con compromisos contraídos con anterioridad.
Los churros fueron consumidos por la diva durante la madrugada, mientras observaba desde su suite la inmensidad de Playa Grande y las rosas de plástico ya ubicadas en su mesa de luz.
Un momento para la emoción
Luego del gran momento de humor, Martín Bossi se puso serio y le agradeció formalmente la visita a la gran estrella: “Tenés una gran ´mesaza´ acá, de mil personas que te aman. Compartiste una noche de amor y quiero saber qué sentiste en mi casa”, la interpeló.
A esa altura de la noche, Mirtha estaba visiblemente emocionada. “Martín, yo no puedo decir con palabras lo que sentí”. La diva se quebró y logró que su anfitrión también llegara a las lágrimas, ante una nueva ovación del público. “Estoy tan emocionada, este jovencito es un genio. Un genio absoluto. Nos hace pensar, nos hace reaccionar, nos hace querer a nuestro vecino. Es extraordinario lo que hacés. No sé cómo se llama esto, pero es extraordinario, maravilloso”. Bossi le respondió con “te amo” y sellaron el momento con un beso, ambos con lágrimas en los ojos.
Frutilla del postre
La salida de la estrella no fue nada convencional. “Siempre quise casarme con Chiquita”, dijo el humorista, tomando del brazo a su invitada y, con la “Marcha Nupcial” sonando de fondo, acompañándola hasta la puerta del teatro, donde nuevamente la esperaba el público y los medios. Hasta el Trencito de la Alegría, un clásico de “La Feliz”, se detuvo para que sus pasajeros vivaran a “La Chiqui”.
Cerca de la medianoche, Mirtha Legrand llegó hasta un restó exclusivo de la ciudad, donde Carlos Rottemberg había organizado una cena para agasajarla. Del encuentro también participaron Martín Bossi y algunos amigos de la estrella.
Así cerraba una noche en la que se ponía fin a la polémica en torno a la visita de Mirtha Legrand a Martín Bossi, quien marcó la cancha y la homenajeó de una manera sumamente creativa.
Aún resta que la diva disfrute de los espectáculos de otras compañías, antes de su regreso a Buenos Aires para volver a conducir su programa que, inusualmente, saldrá en vivo durante el verano, pero ya no desde los salones del marplatense hotel Costa Galana.
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