Mirtha Legrand se confiesa antes de volver a la televisión: "A Goldy la lloro todos los días, no lo puedo superar"
Cuando este sábado suenen los acordes de "Brillando Mirtha", volverá a suceder algo que fue rutina durante 52 años y que, pandemia mediante, se interrumpió el último domingo 15 de marzo. Este sábado, a las 21.30 por la pantalla de eltrece, se escuchará la canción del maestro Luis María Serra que anticipará, como una profecía autocumplida, que "Mirtha ya volvió, nuevamente está, brillando fuerte llegó, la Legrand". Así será. Mirtha Legrand volverá a su programa luego de tantos meses de ausencia en los que se recluyó en su piso de Palermo para sortear este momento inusual que azota a la humanidad. "Estoy ansiosa por volver, con muchas ganas", reconoce la diva a LA NACION con un tono de voz que deschaba su ansiedad por regresar, aunque sea por una noche. Tiene ganas de hablar y no se priva de reflexionar sobre cada uno de los temas que se le propone.
"Se hizo muy largo este tiempo sin ir a mi programa, fueron nueve meses que estuve ausente". Sabido es que Chiquita es adicta al trabajo y que es la actividad laboral su verdadera fuente de lozanía y vitalidad. Salvo cuando su ciclo estuvo fuera del aire por decisión propia o por prohibiciones políticas, las ausencias de la conductora fueron muy ocasionales y solo ocurrieron cuando falleció su marido Daniel Tinayre, en 1994; cuando partió su hijo Daniel, en 1999; luego de haber sufrido una caída en el estacionamiento de su edificio, en 2014 y con motivo de una intervención debido a una obstrucción intestinal en 2019. Casi nada, tratándose de una rutina de 52 años y que durante más de 30 tuvo una regularidad diaria.
"Cuando estoy un tiempo sin hacer televisión, siempre me pasa lo mismo: pienso por dónde tengo que entrar, dónde debo sentarme. En mi casa repaso mentalmente los detalles artísticos, pero una vez que estoy en el aire, me acuerdo de todo, como si hubiera hecho el programa el día anterior". Acaso para evitar la adrenalina de la vuelta, Mirtha le sugería a su marido cineasta, que oficiaba de productor del programa, que no debían dejar de salir al aire, ni siquiera en verano: "Siempre le decía que había que seguir y nunca parar. No hay que cortar la televisión porque, cuando uno vuelve, es dramático".
-Mirtha, con 52 años al frente de su programa, ¿aún hay temores antes de enfrentar la cámara?
-Sí, pero los miedos siguen hasta un segundo antes de aparecer. Una vez en el aire, estoy feliz.
-El sábado, ¿conducirá o será la invitada estelar en su propia casa?
-… Voy a conducir.
Duda en su respuesta. Está claro que algo oculta. Aún no está definido o, al menos, no se dijo públicamente cuál será la dinámica de la cena. Nacho Viale y Diego Palacio, responsables de StoryLab, la productora que lleva adelante los dos programas de Legrand, barajaban diversas opciones: Mirtha anfitriona de su nieta Juana, la diva como invitada especial, y hasta una entrada triunfal compartida. La vuelta de la estrella será solo transitoria. Tanto la emisión de Almorzando con Mirtha Legrand de este domingo como los dos programas de despedida de año del próximo fin de semana serán conducidos por Juana Viale.
Mañana, poco antes del mediodía, Mirtha partirá desde su domicilio en Avenida Del Libertador. En tan solo diez minutos, su chofer la conducirá hasta Ravignani y Cabrera, la esquina de Palermo donde se encuentran ubicados los sets de Estudio Mayor, el lugar donde se graban los programas.
-¿Cómo serán las medidas sanitarias para su ingreso a Estudio Mayor?
-Nacho me ha desinfectado todo, hasta la calle.
-¿Utilizará camarín o irá lista desde su casa?
-Iré maquillada y peinada, pero me voy a vestir en el camarín.
Allí la esperará un vestido con cristales diseñado por Claudio Cosano. Su nieta, como es habitual, lucirá un modelo de Gino Bogani.
Pandemia
El flagelo que azota al mundo la encuentra con muy buena salud. De todos modos, sus 93 años la ubican en uno de los grupos más vulnerables de la población: "Estoy asustada, tengo miedo, pertenezco a un grupo de riesgo", confiesa y por primera vez, su tono se modifica.
Faltaba poco para que los argentinos se familiarizaran con palabras como coronavirus, Covid y cuarentena. Luego de conducir su almuerzo del 15 de marzo, Mirtha Legrand llegó a su departamento alrededor de las 16.30. Descansó una hora, se cambió y salió a recibir a sus amigos para tomar el té, como lo hacía cada semana. Desde ese día hasta la fecha, solo abandonó en tres ocasiones su casa: dos para consultas médicas y una para posar para la tapa de una revista. Este sábado saldrá de su piso para volver a cumplir con esa rutina digna del Guinness.
-¿Confía en la vacuna? ¿Se vacunará?
-Sí, me voy a vacunar, me gustaría ponerme la de los americanos, la de Pfizer.
-¿Por qué?
-De la rusa no estoy muy segura.
-Usted es una mujer hiperactiva, ¿cómo transitó este año tan atípico y aletargado?
-Fue un año espantoso, me la pasé encerrada y eso me hizo un daño enorme. Me cambió mi humor, mis ganas de vivir. El aislamiento es una cosa espantosa. Quizás me lo tomé demasiado en serio, pero tenía que hacerlo. No salí ni al balcón. Hablé con un neurólogo para comentarle que hasta la voz me había cambiado.
-¿Qué le dijo?
-Que trabaje. "Lo único que la va a cambiar es el trabajo", me dijo. Y tenía razón.
-¿Está de acuerdo con las decisiones que el Gobierno Nacional tomó en torno a la pandemia? ¿Hizo un buen manejo de la situación?
-Era algo nuevo, no se sabía muy bien cómo actuar. Creo que copiaron a países como Italia y España, pero fue muy larga la cuarentena. Hablo con médicos y me cuentan que a la gente le cambió el cerebro, la mentalidad. Hace mucho daño el encierro.
-Usted, ¿cómo transcurrió el encierro?
-Hice mucha gimnasia y, para cuidarme, reduje al máximo la cantidad de gente que puede ingresar a casa. Solo viene el kinesiólogo. ¿Quiere que le diga algo?
-Soy todo oídos.
-Antes de morir, mi hermana me pidió que le hiciera un juramento.
-¿Un juramento?
-Me pidió que le prometiera que no entraría nadie a mi casa mientras durara la pandemia. Y cumplí. Estamos viviendo momentos dramáticos, muy difíciles. Pero qué notable que es el argentino, debe pensar que ya se terminó todo. Amigos míos me dijeron que la gente ya no usaba barbijos, pero no es así. Yo pienso todo lo contrario, estoy sorprendida por el alto acatamiento del uso del barbijo.
-¿Sabe quiénes son los que menos se cuidan y evitan el barbijo?
-Los jóvenes. Es como un desafío, se creen poderosos.
La diva transita su tiempo con lucidez envidiable y un gran manejo de la ubicación. Se cuida, consciente de su lozana madurez de 93 años. Ya no lo oculta ni juega ese juego cómplice sabiendo que todos conocían su año de nacimiento. Confesar su edad le quitó un peso de encima. El secreto a voces dejó de alimentarse y frente a cámaras, como no podía ser de otra manera, confesó lo que tenía que confesar: "No me gusta decirlo, pero lo tengo que decir", dijo al comienzo de la gala con la que celebró sus 50 años de programa en 2018. Sin eufemismos se plantó y anunció, por primera vez en público, su edad. "El 23 de febrero de 2019, esta persona que ustedes ven aquí, me voy a poner bien erguida para decirlo, va a cumplir 92 años".
Adiós, hermanos
El 1° de mayo en horas de la tarde, su hija Marcela Tinayre y su nieto Nacho Viale se acercaron para darle la peor de las noticias: Silvia, Goldy, su hermana gemela había fallecido mientras dormía la siesta en su chalet de Olivos. "Fue tremendo, eso me hizo mucho daño". Atardecía en Buenos Aires y con las primeras luces de la noche también se acercó el productor Carlos Rottemberg, quien se sumó al pedido que ya su familia le había hecho. El coronavirus avanzaba veloz, la cuarentena era estricta, y no estaban dadas las condiciones para que Mirtha pudiese despedir a su hermana. "Fue tan inesperado, había hablado con ella la noche anterior. Pobrecita, era mi mitad". Mirtha se quiebra. Demasiado dolor para una mujer que aún no se había repuesto de la muerte de José Martínez Suárez, su otro hermano fallecido el 19 de agosto de 2019. "Se fue lo mejor de la familia", atinó a decir Mirtha con dolor, emulando aquella frase que con Josecito en vida tenía un sesgo de humor.
Y si el cineasta era "lo mejor de la familia", Goldy se había convertido en el otro yo de Chiquita. "Te digo la verdad: a Goldy la lloro todos los días, no lo puedo superar". Compartieron la infancia en Villa Cañás, el amor por el cine en la juventud, y en la adultez se habían convertido en confesoras insuperables: "Cada cosa que necesitaba saber o cuando había algo que no recordaba, ella lo sabía".
Más de una vez la salvó el trabajo. Los momentos más difíciles de su vida los transitó frente a las cámaras, confesándose ante el público. El duelo por Goldy la encontró sola y recluida, sin poder hacer catarsis a través de esa vocación férrea que nació cuando su niñera le ponía un inmenso moño para pasear por la calle principal de Villa Cañás. "A Goldy la extraño, la extraño, no pude llevarle ni una flor, pero pronto voy a ir a verla. Ahora se puede; la extraño tanto". Y se quiebra. Encontrarse con el camposanto donde reposan los restos de su gemela acaso le permita materializar la pérdida sorpresiva e injusta, como son todas las pérdidas.
Herencia
Reemplazar a Mirtha Legrand no es un desafío menor. Con el correr de las semanas, Juana Viale se afianzó en el rol de conductora y hasta le imprimió un estilo propio a las legendarias mesas que presidía su abuela. "La veo fantástica, con una evolución maravillosa. Es extraordinario cómo ha evolucionado desde los primeros programas hasta hoy, tuvo un cambio magnífico. Se maneja con gran soltura, segura, sabe lo que dice y qué preguntar. Además, está bellísima. Juana Viale es la revelación del año. Además, el público la adora, algo muy meritorio porque no es fácil conquistar a la gente". Mirtha pide un momento para poder bajar la televisión cuyo volumen elevado la desconcentra. Genio y figura, la diva vive conectada a la actualidad y se informa desde las más diversas fuentes. Cuando está al frente de su programa, Mirtha marca agenda como una cronista avezada. Lo es.
-Estábamos hablando de Juana Viale.
-Es muy complejo este oficio: no solo es hacer bien el trabajo, sino que a la gente le guste, lo acepte y te siga. La televisión es mágica. Uno nunca sabe por qué te quieren, por qué te admiran, por qué te siguen. Siempre me lo he preguntado.
-¿Qué se ha preguntado?
-¿Por qué me seguirán durante tantos años?
-Daniel Tinayre decía que su carrera era "milagrosa".
-Eso mismo. Y cuando yo le decía que era mi último año en televisión, me respondía: "Hacé lo quieras, Chiquita, hacé lo que te guste". Durante 30 años le dije que era el último año.
-Esta noche, ¿será su despedida definitiva o ya piensa en la reentré de marzo?
-No sé, no sé. Si vuelvo voy a hacer un solo programa semanal, no volveré a hacer noche y mediodía.
-¿Con qué programa se quedará?
-Seguramente haré los almuerzos del domingo.
-¿Qué pasará con las cenas de los sábados?
-Si Juana quiere, estará al frente de ese programa, pero no será sencillo porque hará teatro en Uruguay con la obra El ardor. Está un poco cansada, así que ya se verá qué hacemos. Además hay que ver cómo sigue la pandemia.
La diva aún no renovó su contrato con eltrece, aunque se descarta que, si su intención es seguir en actividad, su espacio lo tiene garantizado. En las últimas horas se rumoreó sobre la presencia de Adrián Suar en el programa de este sábado, pero la versión quedó totalmente descartada.
-Como siempre, Argentina tuvo una actualidad muy caliente y zigzagueante. ¿Extrañó entrevistar a funcionarios y políticos?
-No, no demasiado.
-¿Le gustaría tener en su mesa al presidente Alberto Fernández?
-Estuvo poco en mi programa, una o dos veces. Pero lo veo tanto en televisión, nunca vi un presidente que apareciera tanto en televisión. Todos los días da un mensaje. Desde ya, me hubiera gustado tenerlo, lo llamé antes de empezar este ciclo.
-¿Qué le respondió?
-Fue muy gentil, cordial y amable. Recuerdo que me dijo: "Mirtha, puede ser más adelante".
-¿Se sigue comunicando con Susana Giménez por WhatsApp a la madrugada?
-Hace mucho que no hablamos, pero siempre tengo noticias de ella porque tenemos amigos en común como Pet Figueroa y Teté Coustarot, que siempre viene a tomar el té. Fue muy hábil Susana.
-¿Por qué?
-Cuando la pandemia subía acá, se fue a Punta del Este. Y cuando comenzó a subir en Uruguay, viajó a Miami.
-De todos modos, en Estados Unidos no se vive un buen momento en lo que respecta a la pandemia.
-Está muy brava la situación allá y en Europa también se complicó. Francia está terrible. Mi hija Marcela tiene amigos franceses que la llaman y le cuentan que París cambió muchísimo. El mundo ha cambiado. Que aparezca la vacuna pronto, la que sea, pero que aparezca.
En pocas horas, Mirtha Legrand volverá a su programa. Con tanta ausencia, su nieta deberá esforzarse por hablar ya que la diva tendrá mucho para decir, más de lo habitual que ya es mucho. La Legrand es la dueña y señora de ese lugar que construyó año tras año a lo largo de 52 temporadas y que se emitió por todos los canales, menos por el viejo Canal 11 y el actual Telefe. Este verano no habrá temporada desde Mar del Plata, así que la de este sábado será la única oportunidad de volver a ver a Mirtha hasta dentro de varios meses.
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