Mirta Busnelli, sobre sus problemas de salud: "Me dicen que fui muy valiente, pero no me quedaba otra opción"
"¿Dónde está Mirta?", preguntan en el salón del mirador del CCK. La melena rojo furioso no la deja pasar desapercibida. Pero, claro, no es sólo su melena lo que llama la atención. Mirta Busnelli está en la sala y todos la saludan. La escena se da en el marco de la presentación de Noche de Amor, la segunda temporada de la serie web que ella protagoniza y que se puede ver por Contar. Muchos la felicitan y comentan cómo se la veía de feliz cuando fue distinguida en la Asociación Argentina de Actores por sus 50 años de trayectoria. Y ese es sólo uno de los tantos reconocimientos que recibió gracias a sus dotes, esos que la transforman en cuestión de segundos de actriz cómica a dramática. Dos Cóndor de Plata, dos Martín Fierro y más galardones dan parte de su prestigio.
Uno de los jóvenes integrantes de Macaco Films -la productora responsable de Noche de amor-, habla ante la prensa y hace referencia a Busnelli como "el alma matter del grupo". Antes de hacer unas fotos, Mirta se abre paso entre un tumulto de actores y fotógrafos; camina lento porque su pierna le molesta desde que un auto la atropelló hace un par de años. Cuando llega al productor, le dice: "Gracias por lo que dijiste, qué lindo".
Segundos después, el elenco posa frente a los flashes. La actriz, de 72 años, en el centro de la foto, despliega el pañuelo verde que es símbolo de la lucha por el aborto legal. Luego, atravesará nuevamente el salón para charlar con LA NACION. Radiante, se sienta en una mesita y se pide el segundo té de la jornada para conversar sobre la serie en la que dice que se sintió muy feliz. También habla de su presente, de su salud, de la importancia de su familia y de su militancia dentro del feminismo.
Busnelli, en su esencia
Noche de amor cuenta las peripecias de los Brunetti, una familia que se embarca en la organización de distintos eventos familiares. El año pasado, la serie web se detuvo en cómo se enfrentaban a la Navidad, por eso la temporada se tituló "Noche de Paz". En cambio, este año se retratan los preparativos de la boda de la hija mayor de la familia, interpretada por Maida Andrenacci. Mirta es Norita, la madre del clan que, desde el amor, quiere manejar o manipular, cada detalle.
Esta segunda parte, que consta de siete capítulos de 12 minutos de duración cada uno, fue seleccionada para participar de la competencia oficial del Festival Canneseries 2019, en la categoría "Short forms". Si bien no ganó, cuando se proyectó, las risas de los presentes fue el premio que recibió su director, Pablo Levati.
En estos nuevos episodios, al igual que en la anterior temporada, Busnelli nadó hábil en el agua de la comicidad, con sus guiños y sus tonos tan característicos.
-Trabajaste en tele, en teatro, cine, y ahora en la web, ¿cómo es para una artista con 50 años de trayectoria moverse en estas nuevas plataformas?
-Fue un gustazo. La web ha posibilitado la aparición de nuevas plataformas y formatos, lo que no está mal. Es diferente. La factura de la miniserie es muy buena, no se nota que hay poco presupuesto. El formato te da la posibilidad de grabar algo de calidad en poco tiempo relativamente, 10 o 15 días. Nosotros los actores, los directores y los productores nos tenemos que adaptar al poco apoyo económico. Sobre todo me gusta trabajar donde hay buenos proyectos y actores y actrices que admiro, así que estoy feliz. Yo me dije: "Me lleva menos tiempo y ejerzo mi profesión, así que bienvenida la propuesta". No voy a negarte que hacer un teleteatro implica otro dinero, una llegada más grande quizás... Aunque ya no hay tanta gente siguiendo las telenovelas y es curioso porque hay buenas producciones.
- Los ratings reflejan que menos gente mira televisión abierta, pero antes se decía que si no estabas en la pantalla chica no existías. ¿Creés que eso sigue corriendo?
- Eso de si no estás en tele no existís... Yo me miro al espejo y estoy. Mis amigos están y las cosas que me gustan y las que no me gustan también. Siempre tuve trabajo, por suerte. La gente se me acerca mucho a hablarme, así que no me doy cuenta si necesito la tele para estar. Claro que estar en un unitario o participar en telenovelas me gustaría.
-¿Sos de ver series en la web o en plataformas como Netflix?
-Veo muchos documentales. Hace poco vi uno de una feminista que dio una charla en la Universidad de Tres de Febrero, Judtih Butler. También veo películas, pero me gustaría sentarme a ver una miniserie. Las de acción no me gustan. Me gustan las temáticas que muestran la manera en la que las personas resolvemos los problemas y, sobre todo, cuando se demuestra que los seres humanos somos capaces de hacer cualquier cosa, tanto en el orden de lo negativo como de lo positivo. Me gusta cuando te muestran ese tipo de argumentos en los que un tipo se enfrenta ante una decisión ética o moral, o que puede o no torcer su destino.
-Hay como una fiebre por ver series y películas en continuado, por eso el éxito de plataformas como Netflix... ¿Por qué creés que pasa eso?
-Creo que a todos nos gusta que nos cuenten algo. Es una manera de encontrarse a uno mismo, de parar con la vorágine en la que vivimos; se trata de sentarte y ver algo que te dé un aire nuevo. Leer un libro también hace bien.
Busnelli, en su cuerpo
"Por favor, no me filmes desde ahí", le dice a un camarógrafo de un medio que espera impaciente su turno. "No estoy filmando", le contesta. Coqueta, sonríe. "¿En qué estábamos?". Mirta quiere decir muchas cosas y no se quiere repetir. Habla atenta a cada una de sus palabras. También pregunta mucho "Y vos, ¿qué pensás?". Así, la charla duraría horas, si no fuera por la mirada atenta de todos los que esperan para hablar con ella. Todos. El lente de esa cámara inquieta, incluida.
Pero ella se toma su tiempo. Lo tiene. Mirta pasó en los últimos años por varios problemas de salud: después de superar un cáncer de útero , fue sometida en 2017 a una angioplastia coronaria. Luego ocurrió el accidente en el que se le fracturó el fémur cuando cruzaba la calle, un auto la tiró y le arrolló una pierna.
-Recién hablabas de que te gustan las series donde una persona logra torcer lo que parece un destino ineludible. Vos misma sos un ejemplo de eso, pero siempre contás que lloraste recién cuando tuviste ese accidente. ¿Por qué en ese momento y no antes?
-Es que cuando caí en el asfalto sentí como un: "Zafé de todo, de la enfermedad y... ¿ahora me pasa esto?". Además, el auto pasó literalmente por encima de mi pie y tuve suerte porque sino me llevaba por delante totalmente. Sentí un dolor muy intenso y me salió un grito como salido de una tragedia griega. Empecé a llorar y paré. Paré porque me iban a decir que estaba actuando, pero me salió un grito enorme. Y no lloré con el cáncer, pero recordando me doy cuenta que en ese momento lo negué un poco. A mí me dicen que fui muy valiente, pero no me quedaba otra opción. No sé si es valentía o simplemente que sólo tenés que seguir adelante.
-Cuando te dijeron que tenías cáncer, ¿en qué pensaste o en quién pensaste?
-Mirá, estaba frente a la ginecóloga y no sabía que avanzaba tan rápido la enfermedad, entonces le dije que tenía que filmar una película y si me podía operar más tarde, que en un mes volvía. Me dijo: "No, usted no se va y no va a hacer ninguna película". Ahí caí en la cuenta de que era en serio. Yo estaba con una de mis hermanas, que me ayudó muchísimo. Entonces fui viviendo un proceso donde tenía que aceptar lo que me pasaba con mucho dolor. Te agarrás igual de la posibilidad de una cura, pero me defendía pensando que todos nos vamos a morir. Y vos me dirás que no es lindo saber que uno se va a morir en uno o dos meses. Pero a lo que más le temía no era a no estar más, sino al momento de la muerte. Yo pensaba: "En ese momento voy a tener morfina, no voy a sufrir". Eran recursos que buscaba. La cuestión era que yo me iba a morir antes y sabiéndolo, lo cual es más difícil: es mejor morirse de un infarto en la cama.
-Después que superaste todo eso, seguiste trabajando. ¿La gente que te rodeaba, familia y colegas, te trataron diferente?
-Sí, me trataron diferente, todos me preguntaban si estaba bien, eran más amables en cada lugar al que iba, siempre con mucho respeto y cariño. Eso me hizo bien. Porque al principio lo sentís como una vergüenza, que no se tiene que enterar nadie, incluso por un tema laboral. Pero después ya no podía negarlo, no me importaba negarlo.
-Saliste victoriosa...
-Nunca se sabe, por ahora sí. Y tengo ganas de hacer más cosas.
Busnelli y la familia
Mirta es mamá de la actriz Ana Pauls, quien tiene una participación en Noche de amor. Fruto del matrimonio de Busnelli con Axel Pauls, actor y productor de cine que falleció hace 10 años, Ana es media hermana de los actores Gastón y Nicolás Pauls, y del escritor Alan Pauls. Toda una familia de artistas.
"Carlos, mi hermano, falleció. Ahora quedamos cuatro hermanas", dice sobre su núcleo originario mientras mueve un poco las manos, serena. Más allá de la pantalla del espectáculo, junto con su hija, Busnelli protagoniza divertidos videos en Instagram. La joven le dice "mamir" y la química, en esos pequeños sketches, se nota. El amor, también.
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-Hablás de tu familia como algo muy importante... ¿Cómo es tu lugar ahí? ¿Sos como Norita, la jefa del clan que quiere que todos estén juntos siempre?
-No soy tan invasora ni tan patotera, soy permisiva con mi hija. Pero tengo que aprender cosas de Norita, ella se sabe organizar bien a ella misma. Igual está loca, no creo que la familia tenga que estar siempre junta en toda situación.
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-¿Cómo son las reuniones en tu familia?
-A veces las reuniones familiares me hinchan, pero siempre es lindo juntarse. Nos reunimos con mis hermanas, algunas veces con mi hija y sus hermanos. También tengo una hermana que es actriz, pero mayormente la familia de artistas es por parte del padre de mi hija. Es lindo juntarnos porque podemos compartir muchas cosas con ellos, también con mis hermanas, cada una tiene su profesión. Las quiero mucho, son extraordinarias, me ayudaron en todo lo que me pasó.
Busnelli y el feminismo
"Yo me pregunto, ¿quién paga las cuentas todos los días? Las mujeres. Las mujeres nos hacinamos en colas interminables para que después nos atienda un cajero hombre, patrón, que nos atiende con cara de asco. ¿Y quién inventó eso? Un hombre. ¿Por qué no podemos pagar todas las cuentas en un solo día, en un lugar con miles de cajas y que nos atienda un ser humano, joven, que nos agradezca el dinero que le llevamos? Queremos igualdad de trabajo, de sexo, de todo, repitan: '¡Viva la mujer!'". Esas eran algunas de las líneas de Busnelli cuando hacía por los 80 su personaje de feminista en Matrimonios y algo más, el exitoso ciclo de Hugo Moser. El latiguillo, mientras ella se golpeaba el pecho, era: "¡Mujer, mujer, mujer, libérate!".
- Hoy sos parte del colectivo de Actrices Argentinas, pero cuando trabajabas en Matrimonios y algo más, hacías una suerte de parodia de la mujer feminista. ¿Te sentías cómoda haciéndolo?
-Mirá, casi no acepto hacer el sketch porque no me quería burlar de las feministas. Pienso que quedé en el medio. Cuando me lo propusieron, pensaba que era como una burla, pero por otro lado me gustaba actuarlo, entonces fue un momento de decisión difícil para mí.
-¿Le cambiabas el guion a Moser?
-Sí, lo cambiaba mucho. Él escribía situaciones muy hilarantes, muy buenas, tenía una capacidad enorme. El director era a veces el hijo de él y nosotros teníamos ensayo en el piso, de cámara y grabación. Entonces yo, no sé cómo, en el ensayo de piso hacía el 95 por ciento de lo que decía el guion, en el de cámara agregaba un 20 o un 30 mío, y en la grabación ya agregaba mucho más. Sola se me fue dando esa estrategia. Nadie me decía nada.
-En esa época, ¿creés que el feminismo era diferente al de ahora?
-Creo que el que surge ahora lo hace por la gran cantidad de femicidios que se están dando, no sé cuántos había en esa época, pero lo que ocurre ahora es espeluznante. Las mujeres desde principios de siglo pasado, y en la década del 70, han llevado una lucha, y nosotras gozamos de algunas cosas que hicieron ellas. Ahora es como un renacimiento, como una tercera ola feminista que empezó a crecer como una catarata, sin parar, se hizo mundial, y hay ciertas cosas que ahora se visibilizaron que estaban naturalizadas. Desde Actrices Argentinas trabajamos con casos de femicidios y violencia contra las mujeres, también trabajamos por la educación sexual en las escuelas y por el tratamiento en los trabajos de las cuestiones de género, del trabajo infantil, la legalización del aborto... Son muchas cosas.
-Te sentís cómoda en ese espacio...
-Y, el movimiento que se crea en nuestro grupo es admirable, no porque esté yo, sino porque hay pendejas que discuten, que piensan y pensamos todas juntas, y tratamos de ver y cuidar los pasos que vamos a dar. Cuando pasó lo de Thelma Fardin [quien denunció a Juan Darthés por violación ], se hizo un antes y un después porque la gente empezó a preguntarte y preguntarse: "Qué alguien me haga esto, ¿está mal?", o "Lo que hago, ¿está mal?". Incluso entre los hombres ya se preguntan cosas de su accionar. El año pasado en Senadores se paró la Ley del aborto no punible, este año se presenta de nuevo; creo que a la larga se va a aprobar, pero hay movimientos muy reaccionarios y muy pro iglesia y es increíble porque cuando ellos hablan sus argumentos son muy endebles. Están las estadísticas que muestran que en los países en los que el aborto se legalizó disminuyeron las muertes de mujeres, entonces, ¿qué quieren decir esos grupos, que una chica o una chiquita que fue violada tiene que ser obligada a seguir con un embarazo que no desean? ¿Con el horror que significa una violación?
-¿Creés que hay funcionarios presidenciables que realmente quieren que la legalización del aborto se dé?
-Nadie lo puso en la campaña nunca y no creo que lo quieran tocar. Tanto en el PRO como en el resto de los partidos, tienen miedo de perder votos. Por otra parte, seguimos siendo personalistas: votamos a la persona, no a un grupo de personas. Se cree que va a aparecer una persona que nos va a salvar y tendemos a creer que es como dios, y eso es imposible.
-¿Se vota más pensando en la persona que en las causas reales que defiende esa persona?
-Es que los políticos tampoco muestran sus verdaderos programas de gobierno. Dicen una cosa y hacen otra o tratan de hacer algo. El gobierno anterior hizo algo con la cultura, la educación, hizo volver a los científicos de afuera, pero también tuvo su complejidad y su lado oscuro.
-¿Tenés definido a quién vas a votar?
-No tengo idea.
-¿No te interesa meterte en esos temas?
-Yo sí hablo de lo que está pasando, creo que es una olla tan grande y tan difícil que cuando se llegue a desmoronar va a tomar a este Gobierno, al anterior y a los que vendrán. No voy a votar si es así, si tengo que votar por lo menos malo no es bueno.
-En medio de esta crisis económica, ¿aún se nota la grieta en el ambiente artístico?
-Hay diferencias, pero tenemos que saber que los políticos necesitan tener un enemigo, les sirve para echarles la culpa, para desacreditarlos, para no hacerse cargo de lo que les corresponde. Todos buscan un enemigo.
-¿Ese el arte de la política?
-No, eso no es el arte, y no debería ser así la política.
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