La actriz habló con LA NACION sobre su nuevo proyecto laboral que la tiene muy entusiasmada y cómo lleva la relación con su hija Anita Pauls y su nieta, que están viviendo en Los Ángeles
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Mirta Busnelli vuelve a la ficción con El buen retiro, una serie de 8 capítulos que se estrena en la plataforma Flow, el próximo 15 de septiembre. Mientras saborea un té de frutas con una cucharadita de azúcar solamente, la actriz habla sobre esta historia de amor y suspenso, y le confiesa a LA NACION que extraña mucho a su hija Anita Pauls y a su nieta, Bendi, que viven en Los Ángeles. También se explaya sobre un tema que la preocupa y la ocupa, el cambio climático y el cuidado de nuestro planeta.
Entusiasmada con su regreso al set de grabación, Busnelli explica la complejidad de su personaje: “Arranca en coma y tiene muchos flashbacks. No quiero spoilear nada, pero mi personaje conoce a un hombre que resulta ser un ladrón que le pide que guarde un dinero en su casa. Y, por otra parte, el hijo le cumple el sueño de pasar los últimos tiempos con sus amigas porque esta mujer siempre soñó con tener un geriátrico que se llamara El buen retiro. La historia es compleja, un poco policial, otro poco de amor, fraternidad, amistad, maternidad. Y hay muchas situaciones de suspenso. Además el elenco es fabuloso: Claudia Lapacó, Betiana Blum, María leal, Luciano Castro, Raúl Rizzo, Gustavo Garzón, Mónica Cabrera”, enumera.
-¿Alguna vez pensaste en un buen retiro?
-No, únicamente por salud. Si es por mí, voy a trabajar hasta el último día. Quizá hago todo más lento porque estoy más grande y más cansada. Y por ahí, si estoy grabando almuerzo en el camarín y no con todo el elenco, así descanso un poco. Y no me meto muchas actividades en el día. Antes de grabar El buen retiro filmé una película que se llama La estrella que perdí, y la hice con mi hija. Eso me dio mucha felicidad. Vino con la nena, Bendi, que ya tiene un año. Había viajado en diciembre para las fiestas y después vino en abril, para filmar.
-¿Cómo fue la experiencia de compartir esos días y, además, trabajar juntas?
-Fue un regalo compartir trabajo con mi hija. Muy lindo. Y aparte estaba la nena, a la que veo poco porque viven en Los Ángeles. Es una santa, se porta bien y no llora, así que no había ningún obstáculo para que nos acompañara a la filmación. Estoy contenta porque la veo muy bien a mi hija. ¡Es tan singularmente madre! No me la imaginé así. Todavía la veo como una nena y me conmueve verla con su hija. Y Bendi es preciosa. ¡Qué voy a decir si soy la abuela!
-Las extrañas mucho...
-Muchísimo. Ahora vuelve para filmar una película y si todo sale bien, viene con la nena por un par de meses. La verdad que fue duro pasar estos años con ella lejos. La extraño mucho, pero está muy bien allá. Ahora yo viajo a Chile para filmar, voy a hacer una película con dirección de Martín Rejtman, junto a Esteban Bigliardi y actores chilenos. Se llama La práctica. Si me da el ánimo me quedo un poquito para pasear.
-Con 50 años de trayectoria, hiciste muchos personajes, ¿cuáles llevás en el corazón y por qué?
-Hice personajes muy disímiles. La gente me recuerda el de Los exitosos Pells, Tumberos, Matrimonios y algo más, Graduados, La niñera y coincido con la gente. Pero los llevo en el corazón no solo por el personaje sino por el contexto. El personaje de Los Pells era una atorrante y tenía situaciones divertidas, por ejemplo. Si me divierto y le gusta a la gente, ya está. Hice tantas cosas en cincuenta años o más que, a veces, hasta me olvido de algunas. Por eso admiro a las actrices que guardan el archivo de su historia. Yo soy una desamorada total.
-Empezaste muy joven a trabajar.
-Sí, estudié teatro y me llamaron para trabajar. También yo me acercaba a los canales para llevar mis fotos. Era otra época, mucho más fácil acceder. Me acuerdo que de chica me ponían a decir poesías en las reuniones familiares. Un bodrio.
-Ya eras histriónica de chiquitita...
-La pasaba muy mal. Me aterrorizaba, terminaba y sentía que había hecho un papelón. No lo vivía con alegría, para nada. Pero evidentemente algo notaron porque me dijeron que estudiara teatro, me mandaron al Lavardén.
-Cambiando de tema, en 2015 estuviste muy enferma (cáncer de útero), ¿mirás la vida con otros ojos ahora?
-Absolutamente. Fue muy duro. Me parece que en ese momento no tenía tiempo para reflexionar. Iba para adelante porque había que seguir. Es algo que tengo presente siempre, pero de lo que no me gusta hablar. Hoy me siento bien y la gente me dice que me ve bien, y eso me pone muy contenta.
-¿Qué te conmueve hoy?
-Me interesa hablar del cambio climático. Es un tema que me angustia porque pienso que estamos al borde del colapso. Los ríos están contaminados, los mares están llenos de plástico y la pesca indiscriminada provoca que cada vez haya menos peces. Los busques factoría se llevan todo y capaz utilizan una parte del pescado y tiran el resto. Hay montones de especies que se están extinguiendo. Las fumigaciones también hacen estragos en la salud de la gente, los humedales están desapareciendo, hay muchos incendios intencionales en muchas partes del mundo, las minas contaminan. Cada vez peor.
-¿Cuál es la solución?
-Creo que el sistema de producción del mundo nos lleva a la destrucción. Por ejemplo, montones de marcas de ropa dejan el sobrante en el desierto de Atacama, con lo cual contaminan el desierto también. Y esa ropa se podrían donar a gente que la necesita. Se produce mucho más de lo que se necesita. Mucha basura. Y la Tierra se está agotando. Mi participación es mínima: compartir las noticias, ir a una manifestación, reciclar la basura, tirar correctamente las pilas, las bolsas de plástico. Me angustia el tema. En China utilizan la aleta del tiburón y el resto lo desechan, lo mismo sucede con el marfil de los colmillos del elefante. Se talan muchas hectáreas de árboles que necesitamos para respirar. Y cuando los árboles no están en las costas, la tierra se cae porque no tiene cómo sostenerse. De verdad, es un tema que me preocupa.
-Siempre fuiste una mujer comprometida con las causas en las que creés. Hace años te uniste al colectivo de actrices y peleaste por la legalización del aborto.
-Supongo que sí. Esto surgió un poco del colectivo de Actrices Argentina, donde hay una comisión ecológica. Estamos acá tranquilos como si no pasara nada y en cualquier momento se cae todo. Hay que tomar conciencia para que no se terminen las reservas de todo. En Europa ya no hay combustible, por ejemplo. La solución es parar el sistema de producción, pero la gente se va a quedar sin trabajo. No lo sé, es un sistema terrible en el que poca gente tiene toda la riqueza del mundo y muchos no tienen ni para comer. Es deplorable. Nos tendría que importar a todos porque la situación es complicada. En todos los países hay contaminación.
-¿Cómo ves el feminismo hoy en nuestro país?
-Es un movimiento revolucionario mundial muy grande que empezó hace más de dos siglos y espero siga creciendo. Cada vez nos damos cuenta de más cosas que hemos naturalizado durante años. A partir de la denuncia de Thelma Fardin contra Juan Darthes, los casos crecieron muchísimo porque ahora las mujeres se animan. Yo no tenía claro el feminismo, pero lo que sí sé es que no hice lo que se esperaba de todas las mujeres, casarme y tener hijos. A mi hija la tuve cuando quise, ya de grande, porque antes no lo sentía. Está bueno que nos preguntemos cuáles son los límites.
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