Michael Keaton nació Michael Douglas. Hasta el día de hoy, uno de los actores que más sabe sobre los vaivenes de la industria hollywoodense no ha decidido cambiarse el nombre legalmente, en gran medida por la importancia que la ha dado en su vida a la familia. Keaton es el menor de siete hermanos y, cuando habla de su infancia, lo hace conectando este presente de actor con el niño que disfrutaba de épicas historias.
"No me consideraba un chico raro, me gustaría tener a alguien como yo de hijo, era una persona físicamente activa que disfrutaba muchísimo de las aventuras, yo era muy fantasioso. Tenía amigos en la escuela, claro, pero no era precisamente sociable. No me gustaba quedarme a dormir en lo de mis amigos: yo prefería dormir afuera", declaró sobre su vida en Pennsylvania, la cual dejó atrás a fines de los 70 para mudarse a Los Ángeles y perseguir el sueño que siempre tuvo en mente: convertirse en actor.
Cuando en 2014 se estrenó la película ganadora del Oscar, Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia) de Alejandro González Iñárritu, mucho se escribió sobre Keaton como una rara avis de Hollywood, como el hombre que podía ser Batman primero, pasar al olvido después, y hacer un rutilante comeback con una brillante actuación que le valió un Globo de Oro, una nominación al premio de la Academia y el aval crítico que se reiteraría un año más tarde con En primera plana, la biopic que también alzó el Oscar al mejor film.
A pesar de que se trata de una figura muy interesante de dilucidar, Keaton brinda pocas entrevistas y, cuando lo hace, ese carácter impertérrito muta notablemente y lo vislumbramos como un individuo más simple que derriba el mito del artista enojado con el mundo, hosco, reacio a la prensa. De hecho, Michael John Douglas ha hablado sobre su vida sentimental, solo que en breves dosis.
Caroline McWilliams: única esposa, inesperado final
Keaton debutó en cine con un rol importante en 1982, en la comedia de Ron Howard, Night Shift. Ese mismo año, contrajo matrimonio con su colega, Caroline McWilliams, conocida por su rol de Marcy Hill en la serie Benson. Mientras la carrera del actor iba encontrando su rumbo, el matrimonio nunca pudo lograrlo. Keaton y McWilliams tuvieron un solo hijo, Sean, y en 1989 comenzaron los trámites de divorcio.
"Mi vida era simple: me casé, compré una casa, rápidamente tuve un hijo, una carrera, y mucha atención, y esto último no era algo que me enloqueciera. No odiaba esa atención, pero nunca fue mi prioridad", reconoció. Cuando el divorcio de su única esposa se hizo efectivo, Keaton siguió manteniendo una cordial relación con Caroline, hasta el día en que pasó lo impensado: la actriz murió de cáncer en 2010. En una entrevista con la revista Elle, Keaton habló sobre ese fallecimiento, un momento trágico, especialmente para la vida de su hijo.
"Mi hermano y mi hermana también perdieron a sus exparejas, y ambos me dijeron que me iba a impactar duramente, peor de lo que imaginaba", recordó el actor, y efectivamente así fue. "Empecé a tener sentimientos raros, no necesariamente malos porque con Caroline siempre fuimos muy unidos y cordiales, pero pensaba mucho en ella, en lo extraordinaria que había sido como madre. Si Sean es el hombre que es hoy, es por ella", expresó.
No es casualidad que Sean sea el nombre que más aparece en las entrevistas a Michael Keaton, quien adora a su hijo, con quien tiene un lazo inquebrantable. "Con mi hijo siempre fuimos muy unidos, pero cuando murió Caroline nos unimos mucho más. Ahora la familia somos nosotros".
Michael, Sean y la admiración mutua
Keaton una vez reveló una intimidad de su exmujer. "Siempre recuerdo una de las mejores cosas que me dijo: 'Me hubiese gustado tener un hijo antes de empezar una relación con alguien'". El actor se explayó acerca de cómo la actriz siempre quiso ser madre, incluso años antes de conocerlo. "Y yo nunca sentí la necesidad de tener otro hijo, y además a Sean le gusta ser el único", contó en otra oportunidad.
De hecho, cuando se lo ve a Keaton en alguna alfombra roja, nos encontramos con dos escenarios posibles: o está solo, o acompañado de Sean. El apoyo que se brindan en sus carreras se trasluce en las apariciones públicas. El joven es un compositor exitoso, nominado al Grammy por coescribir en 2015 la canción de Thomas Rhett "Die A Happy Man", tan solo uno de los temas que compuso. Sus créditos también incluyen composiciones para Jason Derulo, Demi Lovato, Nick Jonas y Snoop Dog. Cuando recibió su primera nominación al Grammy, ahí estaba papá Michael, orgulloso, a su lado en la alfombra roja. De hecho, este año Sean obtuvo el premio por primera vez, por su contribución en "Like a Girl" del álbum de Lizzo, Cuz I Love You.
Al estar Keaton en el centro de los reflectores, también se percibe esa incondicionalidad por parte de su hijo. Al recibir en 2016 la estrella del Paseo de la Fama de Hollywood, Sean brindó un gran discurso para su padre, quien al ganar el Globo de Oro por Birdman hizo lo propio, emocionando a la audiencia por la honestidad de sus palabras, carentes de afectaciones o de frases hechas. El mensaje para Sean hizo que sus ojos se llenasen de lágrimas. "Le quiero agradecer a mi mejor amigo, una persona amable, inteligente, divertida, talentosa, considerada. ¿Ya dije amable? Bueno, esa persona a la que le agradezco da la casualidad de que también es mi hijo", expresó, emocionado.
Courteney Cox: la mujer que casi lo lleva por segunda vez al altar
Tras su separación de McWilliams -quien nunca volvió a casarse ni a tener más hijos antes de su fallecimiento-, Keaton conoció a la actriz Courteney Cox por un amigo en común que los presentó. Cox había visto al actor interpretar con solvencia a Daryl Poynter en el drama Clean and Sober, y le llamó la atención su talento. La primera cita se llevó a cabo en 1989, en la casa de la actriz, quien le contó a revista People sobre lo rápido que se produjo el flechazo.
Cuando estoy en una relación, me lo tomo con mucha seriedad, porque estar en pareja te hace crecer como persona, te hace mejor, te hace ser una persona más paciente
"Hablamos durante cinco horas sobre las casas que nos gustaría tener, sobre las que habíamos visto, y sobre las que queríamos construir nosotros mismos", reveló. "Nos llevábamos tan bien, que cuando pasaba algo que nos llamaba la atención, nos mirábamos y ya sabíamos lo que el otro estaba pensando; siempre estábamos en la misma sintonía", añadió. El romance se produjo en el pico máximo de popularidad del actor, quien ya había protagonizado Beetlejuice, Batman, Batman vuelve (dirigidas por Tim Burton), y la gran The Paper (donde volvió a colaborar con Ron Howard). Como consecuencia, los flashes siempre apuntaban a ellos en cada evento al que asistían, por lo cual les costó mucho preservar esa intimidad que buscaban, uno de los principales anhelos que tenían como pareja.
En 1995, cuando la actriz ya había debutado en la sitcom Friends con la primera temporada que auspiciaba un descomunal éxito, ella y Keaton decidieron separarse. "Fue mutuo", contaba Cox por entonces. "Con Michael tuve la relación más importante de mi vida, es la persona más increíble que conocí, y todavía lo amo", declaró. La actriz también compartió un detalle de su vida en pareja que pasaría a extrañar enormemente. "Ensayábamos todos los guiones juntos, y él siempre encontraba la forma para que cada línea de diálogo resultase divertida. No importaba si yo estaba molesta por algo, Michael hacía una cara y ya se me pasaba, tenía ese don de hacerme reír".
No importaba si yo estaba molesta por algo, Michael hacía una cara y ya se me pasaba, tenía ese don de hacerme reír
Como Keaton no solía hablar de su vida privada, era Cox quien lidiaba con la prensa, especialmente con la ineludible pregunta de por qué se habían separado. "No estoy segura, pero nada acerca de nuestra relación fue simple", dijo, tajante, sin explayarse más. Quien sí se explayó, en cambio, fue su madre, Courteney Copeland. "Siempre estaban intentando arreglar las cosas, yo creo que deberían dejar el pasado atrás, aceptarse como son y casarse", manifestó la exsuegra del actor, en un rapto de honestidad.
De hecho, los rumores de que ambos estaban comprometidos habían surgido meses antes de la ruptura. "Imagino que un anillo de diamantes debe ser lindo, pero yo nunca lo vi", dijo Cox, quien aseguró que el que llevaba siempre puesto le había pertenecido a su abuela. De todos modos, las declaraciones de su madre sugerían que los planes estuvieron en carpeta, a pesar de que nunca se habían mudado juntos en más de cinco años de relación. Cuatro años después de la ruptura, la actriz de Friends se casaría con David Arquette, de quien se divorció en 2013. Keaton, por su parte, enfrentó versiones de romance con su compañera de Batman, Michelle Pfeiffer, pero nunca entabló un vínculo duradero después del que tuvo con Cox, al menos ninguno que haya trascendido con el mismo nivel de resonancia.
El éxito de los 80 versus la reclusión de los 90
La carrera de Keaton es fácilmente analizable por décadas. Tras la fama cosechada en los 80, en los 90 los buenos papeles empezaron a escasear. Con excepción de Jackie Brown de Quentin Tarantino y Out of Sight de Steven Soderbergh, el actor se alejaba cada vez más de esos roles que lo desafiaban como actor, de esos papeles con los que soñaba cuando era chico mientras miraba las estrellas tirado en el patio de la casa de Ohio Valley.
En ese momento opaco, se recluyó en sus ranchos de Montana, donde permanece la mayor parte del tiempo. Tras años de interpretaciones que él mismo abordaba a desgano, el resurgir llegó con Birdman y la metatextualidad que ese film ponía sobre la mesa. Y si bien el regreso con gloria fue especial, para Keaton lo mejor de la vida pasaba por otro lado. "Me gustan las cosas simples. Es así. Y en los 90 me aburrí, perdí el interés en lo que hacía, junto al hecho de que nadie golpeaba a mi puerta. No solo se trataba de mí, era todo. Paulatinamente, empecé a cambiar internamente, y algo funcionó", le confesó a The Guardian.
"Empecé a pensar en qué quería hacer, en las cosas que no quería hacer, en cómo llegar a ciertos lugares; y todo eso conlleva tropezarse, pero también disciplina para lograrlo", expresó. Así fue cómo, mientras vivía en Montana, caminaba por el bosque, mantenía algunas relaciones de las que nunca habló, disfrutaba de lo bucólico. Por lo tanto, cuando hoy mira hacia atrás, no se anda con rodeos. "Había un mal gusto terrible en los 90 y probablemente, desafortunadamente, yo contribuí a eso. Fue una época de excesos de nuevo rico, todo el mundo andaba en aviones privados, y por dentro yo sentía que eso no era lo que quería y tenía razón", aseveró.
El ansiado equilibrio y un noviazgo de bajo perfil
En la actualidad, Keaton, de 68 años, divide su tiempo entre Montana y Los Ángeles. Hace unos días, se lo vio caminando con su novia -cuyo nombre se desconoce-, quien también estuvo presente en la ceremonia del Paseo de la Fama, cuatro años atrás.
Asimismo, los flashes los captaron viendo el US Open en septiembre de 2018. Sin embargo, Keaton no habla de su vida sentimental, y en las alfombras rojas se sigue mostrando solo, como pudimos ver cuando promocionó Hambre de poder, Spider-Man: de regreso a casa (la película que lo conectó con una nueva audiencia que quizá no lo había visto en Batman), Dumbo de su amigo Burton, y la biopic Worth.
Si bien habla con pasión sobre su trabajo, si queremos encontrar reflexiones sobre su vida amorosa, tenemos que remitirnos a un puñado de declaraciones. "Cuando estoy en una relación, me lo tomo con mucha seriedad, porque estar en pareja te hace crecer como persona, te hace mejor, te hace ser una persona más paciente, algo en lo que tuve que trabajar. Por eso no me gusta dar consejos, solo puedo decir que los vínculos son complejos, pero si sos auténtico y encontrás la autenticidad en el otro, las cosas van a funcionar", apuntó, denotando en ese mensaje la sabiduría que solo llega con las experiencias.
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