La primera parte del reportaje fue escrita en Londres. Michael Bublé (43) recibió a un equipo de Hello! en su habitación de hotel. Les ofreció chocolates con forma de corazón, en sintonía con "Love", su nuevo álbum, el que lo llevó en gira de prensa al Viejo Continente. Antes de comenzar la entrevista, el agente del crooner canadiense dijo que agradecería si la charla no redundaba enla enfermedad que atravesó su hijoNoah . Sin embargo, en su primera respuesta, Michael fue directo hacia allá. Le preguntaron cómo definiría al disco. Y contestó: "Love es un enorme gracias para todos los que nos brindaron su cariño. Tal vez, con la música, pueda ayudar a otros a atravesar sus tribulaciones como ellos me ayudaron a atravesar las mías. Yo no tengo idea de cuánto puedo ayudarlos, pero ellos tampoco tienen idea de cuánto me ayudaron. Tanto derroche de amor, de compasión, las oraciones, la gente en la calle… todo eso nos revitalizó en los días que no sabíamos cómo llegaríamos al final de aquella pesadilla". Dice que semejante trance fortaleció su matrimonio de siete años con Luisana Lopilato y que la llegada de su primera hija mujer, Vida, nacida en julio último, trajo alegría a su hogar. Y, acto seguido, muestra las fotos de su beba que tiene en el celular: Luisana sólo la viste de rosa –cuenta con una sonrisa–. Creo que, con todo lo que vivimos, Lu y yo nos enamoramos de una manera más profunda. Cuando las cosas van mal, descubrís a la persona con la que estás y, al mismo tiempo, descubrís quién sos vos. Escuchamos todas esas estadísticas horribles que dicen que el 92 por ciento de los padres que atraviesan estas crisis se divorcian… Pero yo hoy la amo mucho más".
–¿Quieren tener más hijos?
–El amor que siento por mi familia dice "sí", pero el muchacho que anoche sólo durmió tres horas y cambió un pañal con mucho olor dice "Estoy muy cansado". ¡Y eso que Luisana hace mucho más que yo! No sé cómo hace: está amamantando y se levanta cada dos horas por las noches… Cuando sale a trabajar y me quedo con los chicos, es un caos total: aparecen pañales tirados en el suelo, macarrones con queso por todas partes, empiezan los llantos porque uno de los niños arañó a su hermano… Entonces Luisana llega a casa y pregunta: "¿Cómo te fue?". Y yo finjo, digo "Oh, tranquilo, fue fácil". Pero la verdad es que tengo miedo de contarle lo difícil que resultó porque me sentiría culpable cada vez que me fuese a trabajar. Por suerte, tenemos una niñera muy dulce. Somos afortunados de poder darnos el lujo de que alguien nos ayude. Pero sobre todo nos ayuda a cocinar o, si soy perezoso, a cambiar un pañal. Pero nos ocupamos: si bien yo creo más en la disciplina y como canadiense creo que las reglas están para ser respetadas, el lado argentino de Lu le dice que las reglas fueron hechas para romperse.
Nuestra hija Vida nació en julio, pero siento que es un regalo de Navidad anticipado…nuestro milagro
En casa de los Bublé, en cualquiera de sus hogares (tanto en Vancouver como en Buenos Aires, contará luego), se habla principalmente español. "Ahora intento hablar más inglés porque me sorprende lo rápido que los chicos comienzan a perderlo", asegura. Y hay música permanentemente: "Creo que los chicos aman la música como yo. Si estoy tocando el piano y escribiendo una canción melancólica, me dicen ‘Esa canción me pone muy triste, papi’", revela. Hace días circularon falsos rumores que decían que abandonaba su carrera "para cuidar a su familia". Pero Michael es contundente al respecto: "La familia está primero, pero no tengo intenciones de romper con la música. Amo cantar, no quisiera dejarlo. No tengo amor por la cultura de la celebrity, no me interesan las cosas que vienen con la fama, que no significan nada. Ahora desarrollé esta habilidad de entender qué es lo importante para mí", dice. Y revela una regla de oro para los tours: nunca se aleja de su familia más de tres semanas.
ESPÍRITU NAVIDEÑO
La segunda parte del reportaje fue escrita en Toronto. Durante su encuentro con ¡Hello! Canadá, también en una habitación de hotel, Michael anticipa cómo será esta Navidad en el hogar Bublé-Lopilato. Sobre la estantería, hay un elfo que observa la entrevista. Es parte de una tradición muy arraigada en Norteamérica, que asegura que el elfo vigila a los chicos de la casa y le cuenta a Santa si se portan bien, si merecen regalos. Eso sí: al elfo, que tiene vida propia, jamás hay que tocarlo.
–Las dos familias juntas suman más de cuarenta personas.
–Navidad es, básicamente, una fiesta de excesos para nosotros. Se trata de exceso de amor, pero también exceso de comida y bebida. Creo que mi parte favorita de la Navidad, una tradición en mi familia, es la parte en que bailamos todos. Tengo una hermana embarazada, que ya tiene tres hijos, y otra hermana con dos hijos… Y están mis tres chicos… Es una fiesta enorme, repleta de chicos. Ponemos música navideña y pasamos como tres horas a pleno baile y karaoke. Creo que los mayores logramos liberarnos de nuestro cinismo y dejamos de ser adultos por un par de días. Logramos volver a mirar el mundo a través de los ojos de los chicos… Y esa es mi parte favorita. Para nosotros, Navidad no es un día o una noche, son un par de semanas de esta magia. Como sucedió esta mañana en el hotel, la fascinación de descubrir que el elfo de la estantería ya se había despertado.
–Según la tradición, no podés mover al elfo de la estantería.
–Yo no lo moví. ¡Por supuesto que jamás movería al elfo!
–¿Cómo lo trajiste hasta el hotel, entonces?
–Es una locura porque, de hecho, nos fuimos de Nueva York ayer por la noche y lo dejamos arriba de un estante… ¡Por supuesto que no lo toqué! Pero cuando nos despertamos, esta mañana, descubrimos que estaba aquí, en Toronto.
–Es increíble.
–Sí. Para colmo, estaba comiendo pochoclo.
–Es más que increíble: es mágico.
–Sí, realmente es mágico.
–¿En Nochebuena te vestís de Papá Noel?
–No. [Ríe]. Mis hijos entienden que podés ir al shopping y, a veces, encontrar a los ayudantes de Papá Noel. ¿Sabés lo que digo? Quizá no sean los verdaderos ayudantes, pero saben que el verdadero Papá Noel está en el Polo Norte haciendo juguetes para todos los chicos. Pero, vos sabés, parte de la magia de Papá Noel es que la mayoría de las veces no llegás a verlo porque viene cuando estás dormido…
–¿Qué le pidieron tus hijos a Papá Noel este año?
–¡Ay, mis chicos! Eli adora Los Increíbles, entonces quiere los muñecos de Los Increíbles. Noah quiere un robot dinosaurio para meterse adentro y manejarlo… Dice que lo vio en los Power Rangers.
–Suena fantástico.
–Sí. Intentamos explicarle que eso no existe. Le dijimos que esos robots que ve en televisión, que te metés adentro y atacás ciudades no son reales… Pero ahora tenemos un problema nuevo, porque Noah dice que si Papá Noel es mágico bien podría inventarlos.
Quiero volver a viajar y hacer todo lo que me gusta; mi mujer también va a recuperar su carrera…tendremos que hacer malabares con esta vida loca, con los chicos y la escuela
–Todos escuchamos estos argumentos de nuestros hijos. Creo que es parte de la magia de Navidad.
–[Imita a Noah]. "¿Por qué estamos discutiendo? ¡Conseguime un dinosaurio que yo pueda manejar, con el que pueda destruir ciudades!".
–Habrá una mujercita en la casa esta Navidad.
–Hay una niña preciosa, una beba llamada Vida. Creo que es un regalo de Navidad "tempranero" que recibieron papá y mamá. Nuestro milagro. Gracias, Dios, ella es grandiosa y saludable… y feliz. Es idéntica a su mamá.
–¿Y siempre se viste de rosa?
–Siempre. Y le queda muy simpático porque es pelirroja de ojos azules. ¡Es una colorada! Como mi mamá, que se llama Ámber porque cuando era chica tenía el pelo color ámbar. Y como mi abuelo, a quien llamábamos "Red" porque también era colorado.
–Hace días, cuando descubriste tu estrella en el Walk of Fame de Hollywood, dijiste tantas cosas lindas acerca de tu mujer, que es tu roca...
–Ella es mi roca, mi héroe. [Su representante interrumpe: "Se acabó el tiempo", dice].
–Aprovechemos estos últimos segundos para hablar del futuro. Te vas de gira…
–Tengo que reconectarme con todos esos bellos espíritus, esas almas de todo el mundo. Quiero volver a viajar y hacer todo lo que me gusta. Mi mujer también va a recuperar su carrera, va a hacer sus películas. Vamos a hacer malabares con esta loca vida, con lo chicos y la escuela.
–Claro, Noah ya está en edad de empezar la primaria. ¿Van a ir a los tours con vos?
–Todo lo que podamos. Tratamos de mantener nuestra vida familiar lo más normal que podamos, siempre bajo nuestras locas circunstancias.
–¡Una vida loca!
–[Se acerca al grabador y les habla a nuestros lectores]. Gracias por acompañarme. Gracias a toda la gente que nos apoyó, los amo, felices vacaciones, siempre estarán seguros y bien con sus familias, sepan que la familia es lo único importante, que son todos dulces y amorosos. Dios los bendiga.
Texto: Rachel Corcoran
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