La británica suena como fuerte candidata a una nominación al Oscar por su interpretación en Pearl, el fenómeno del director Ti West
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A diferencia de Maxine Minx en X y de Pearl en la película homónima, Mia Goth no quería ser una estrella. Hasta el día de hoy, no es una prioridad para ella. No es así como percibe la industria ni tampoco lo que busca para sí misma. “A mí siempre me interesó trabajar con grandes directores, era mi meta, empezar desde ahí y después concentrarme en la historia. Si no confiás en el realizador que está comandando el barco, entonces nada valioso puede salir de eso”, explicó la joven de 28 años que tuvo un 2022 insuperable en cuanto a su expansión creativa.
Goth recibió recientemente una nominación en los premios Independent Spirit Awards en la categoría mejor interpretación del año por su trabajo en la mencionada Pearl, la precuela de X, ambas producciones del realizador Ti West cuyo estreno en nuestro país todavía no se ha confirmado.
Además de ser la cara visible de los films en los que personifica a dos jóvenes con anhelo por ser reconocidas (una en el mundo del baile y la otra, en la industria del cine para adultos), Goth apuntaló a West en el guion de Pearl, reforzando su deseo de formar parte de producciones en las que su opinión, su contribución, sea clave para gestar la mejor obra posible. La conexión entre el cineasta y la actriz fue tan fructífera que ya se encuentran trabajando en el tercer largometraje de este extraordinario multiverso de la locura con MaXXXine. “Se siente bien poder finalmente meterme de lleno en un personaje y que alguien como Ti crea en mí lo suficiente como para interpretar más de un rol en una misma película, el relato se está prolongando y eso me entusiasma”, remarcó Goth, quien vivió una infancia difícil hasta concretar ese anhelo de ser una artista.
El haber pasado por nueve escuelas me terminó enseñando muchas cosas. En algunas no encajaba y me hacían bullying, entonces me aferré a esta idea de que tenía que crear un personaje para poder sumarme a un grupo, adopté varias maneras de comportamiento
Mia Gypsy Mello da Silva Goth nació en Londres. Su madre, oriunda de Brasil, regresó a su país a sus 20 años, luego del nacimiento de Mia, ya que no podía criarla sin ayuda de su familia. Por lo tanto, la joven debió adaptarse a una vida itinerante ya que sus padres se mudaban constantemente. Luego de un fugaz regreso al Reino Unido, Goth se instaló a los 10 años en Canadá con sus padres y pasó por nueve escuelas diferentes. La convivencia con su padre la desestabilizó tanto a ella como a su mamá. “Intentamos vivir con él pero fue un desastre, no fue nada positivo”, contó la actriz en una oportunidad. En esa etapa turbulenta, advirtió que la actuación era lo único que la ayudaba a lidiar con lo que sucedía en el hogar. “El haber pasado por nueve escuelas me terminó enseñando muchas cosas. En algunas no encajaba y me hacían bullying, entonces me aferré a esta idea de que tenía que crear un personaje para poder sumarme a un grupo, adopté varias maneras de comportamiento”.
Según Goth, esa conducta la llevó a mentir compulsivamente. “Era una gran impostora, pero también porque sabía que no iba a permanecer en cada lugar por demasiado tiempo, entonces decía que mi papá era cirujano y que mi mamá era chef”. Cuando cumplió 12 años, su madre decidió ponerle punto final al vínculo con su marido y regresó con Mia a Londres de manera definitiva, donde consiguió trabajo como mesera para criar a su hija, cuya vida estaba a punto de cambiar. A los 14, Goth se encontraba en un festival cuando la fotógrafa Gemma Booth la observó y la llevó a una agencia de modelos donde fue contratada inmediatamente. Goth empezó a hacer campañas para la revista Vogue y para la marca Miu Miu, pero nunca olvidó lo que realmente estaba bajo la superficie. Si bien modelar también le permitía transmutar, la actuación era un proceso que le atraía mucho más y por eso comenzó a presentarse en castings hasta que obtuvo el primer gran rol de su carrera.
Ninfomanía: su desafiante debut en cine con Lars von Trier
En 2013, a Mia se le cumplían varios sueños en simultáneo: trabajar con un realizador que admiraba, aprender de colegas que la habían inspirado a convertirse ella misma en intérprete y estar en un set donde la creatividad era un requisito. La actriz fue elegida para Ninfomanía, la película erótica (escindida en dos partes) de Lars von Trier en la que Goth personificó a P en el segmento “The Gun”, junto a Charlotte Gainsbourg y Willem Dafoe. “Ninfomanía le dio a mi vida un giro de 180 grados”, le manifestó a Collider. “Tuve la oportunidad de recibir consejos de una actriz como Charlotte, para mí eso era más valioso que estudiar formalmente y Lars me ayudó a enfoncarme, a determinar qué quería hacer con mi vida”.
De acuerdo a Goth, sus charlas en el set con el controversial director danés se constituyeron en “experiencias muy profundas” que la condujeron a estar más decidida respecto de su futuro. “Ese rodaje tuvo una cualidad casi divina, me sentía afortunada de que ese fuese mi primer proyecto en cine, me marcó el camino”, añadió. Si bien películas como Everest y La cura siniestra no explotaron todo su potencial, en 2017 se embarcó en dos rodajes con cineastas de los que también aprendió enormemente: el italiano Luca Guadagnino con la remake de Suspiria y la francesa Claire Denis con High Life: bajo el signo de Solaris. Los largometrajes, estrenados en 2018, se enfocaban en aquello que tanto le apasionaba a Goth como la creación de atmósferas, de climas, y con el terror asomándose ya como uno de los géneros que mejor le sentaban.
“Me interesan las historias que exploran de manera diferente la vida de las personas y no tanto una trama que avanza, me atrae la idea, el estudio de personajes, y los actores que lo entregan todo junto a directores que buscan lo verdadero, que te persuaden a sacar lo mejor de vos”, contó Goth en diálogo con Collider. Las colaboraciones con Guadagnino y Denis circularon por ese carril, al igual que su trabajo con Autumn de Wilde en Emma, la extraordinaria adaptación de la novela de Jane Austen protagonizada por Anya Taylor-Joy.
Para mí es más importante escuchar consejos de mis colegas que estudiar académicamente
Con dicho film pudo demostrar sus dotes como comediante con el rol de Harriet Smith. “Cada vez que aparece una película en mi camino lo considero como un momento sagrado y me pregunto cómo no voy a darle todo lo que tengo a ese nuevo personaje”, explicó y remarcó que una de las aristas que más disfruta de su trabajo es la sensación de estar con una troupe, viajando siempre a un lugar diferente y absorbiendo de los artistas todo lo que ellos estén dispuestos a ofrecerle. En ese punto, se considera una temeraria, quien incluso considera positiva la disrupción que puede generarse en determinados rodajes.
“Los sets no tienen que ser necesariamente armónicos todo el tiempo. A veces se genera una fricción y eso no es nada malo. Las buenas ideas nacen de los choques con otras personas o con el abordaje que tiene el director. En muchos casos, el realizador tiene la última palabra aunque intentes hacer algo nuevo, pero en otras situaciones alzar tu voz lleva a tu personaje a una instancia que no se había contemplado. Para mí eso siempre es fundamental: tratar de tener el mayor control posible de mi personaje”, apuntó la actriz. Eso fue precisamente lo que hizo cuando conoció a Ti West y su vida profesional volvió a experimentar un giro radical.
X, Pearl y dos mujeres en busca de un sueño
Con películas como la memorable The House of the Devil y la no menos notable The Sacrament, Timon C. West (más popularmente conocido como Ti West) se convirtió en una de las voces más originales del cine de terror de los últimos años. El cineasta no solo está construyendo una filmografía plantada en ese género sino que también hizo participaciones como actor en films que circulan por el mismo carril como Tú eres el siguiente de Adam Wingard y Silver Bullets de Joe Swanberg (West se rodeó de directores nacidos en la cuna del Mumblecore), además de aparecer en los suyos en roles menores.
A pesar de que su carrera se inició en 2005 con su ópera prima, The Roost, West tomó al terror por asalto este año con un díptico imbatible: X y Pearl. Por esta última, se llevó el premio al mejor realizador en el Festival de Cine de Sitges. X tuvo su estreno en los Estados Unidos en marzo y, en una movida interesante, Pearl, la precuela, se estrenó luego, más precisamente en septiembre en el Festival de Cine de Venecia. En cierto modo, resulta indistinto qué producción ver primero. Aunque se necesiten mutuamente y sean complementarias, West también las concibió para que funcionen autónomamente.
En X, ambientada en 1979, Goth interpreta a Maxine “Max” Minx, una aspirante a estrella porno que viaja con su pareja y productor a Texas. Del viaje también forman parte actores y un director con su novia. Todos ellos filmarán una película para adultos en la casa de invitados que le alquilaron a una pareja de ancianos. La mujer, una figura casi espectral, complicará el panorama y así X deviene en un inventivo slasher que tendrá su continuación el año próximo.
Pearl, a su vez, es el origen de esta poderosa trifecta, un largometraje descomunal coescrito por West (quien además edita sus obras) y Goth con una cinefilia rabiosa que salpica cada fotograma, con homenajes a películas como El mago de Oz y Lo que el cielo nos da tan directos como camp. La protagonista de este relato quiere, como Maxine, triunfar en lo que ama. En su caso, y con 1918 como contexto, el baile. Sin embargo, un padre enfermo que necesita de su cuidado y una madre que la priva de su libertad no le permitirán concretar ese anhelo. La mezcla de frustración, represión sexual (X es la contracara de Pearl en este punto, pero también el hilo que las une) e ira contenida se amalgaman de manera demente y nada bueno sale de eso.
La actuación de Goth, que incluye un intenso monólogo de seis minutos y un final incómodo y fascinante, la pone en carrera para el Oscar 2023, aunque es vox populi la aprensión de la Academia por nominar trabajos en films de género. “El viaje de Pearl es de esperanza y ambición y eso me hizo pensar en la época dorada de Hollywood y en las películas de Disney, porque encontrás allí a un personaje ingenuo que vive en un mundo que no quiere y que fantasea con algo mejor, eso me condujo a abordar la película con un tono casi infantil”, declaró West sobre el largometraje que, cuando llegue a nuestro país, seguramente tendrá un gran impacto por su género pero también por la enorme actriz que lo comanda.
“Trabajar con Ti es una experiencia gratificante”, remarcó la actriz. “Además, yo siempre padecí timidez crónica, por lo que solo me sentía feliz de estar en el set, hasta que el personaje de Pearl apareció y me brindó un propósito, una identidad”.
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