Meryl Streep y un breve e intenso amor marcado por la tragedia
A veces, solo se necesita de un momento de certeza. Meryl Streep conoció a John Cazale en 1976, cuando tenía 29 años y se encontraba desarrollando su oficio de actriz en el teatro, paso previo a su inevitable salto al cine, que se produciría al año siguiente con Julia, el drama de Fred Zinnemann protagonizado por Jane Fonda, en el cual la actriz hizo una pequeña participación en un flashback. El recorrido del actor oriundo de Massachusetts, en cambio, había sido otro. Cazale, 14 años mayor que ella, ya había formado parte de las dos primeras entregas de El padrino - en el memorable rol de Fredo Corleone - y también había colaborado con Francis Ford Coppola en otro de sus films: La conversación. El intérprete cruzó caminos con Streep luego de su consagratorio papel de "Sal" Naturale en Tarde de perros de Sidney Lumet, una prueba irrefutable de cómo el actor parecía un entomólogo al componer a sus personajes desde sus rasgos inconfundibles. La pasión por los detalles. Éso fue precisamente lo que enamoró a Streep cuando lo vio por primera vez en los ensayos de Measure for Measure, la obra de William Shakespeare que protagonizaron juntos en Central Park.
"No había nadie como él (...) podía transformar algo sin sentido en otra cosa de mayor significado. Nunca conocí a alguien así. Lo que tenía era una cierta especificidad, humanidad y curiosidad por aprender más de la gente, era muy compasivo", declaró la actriz sobre ese amor que se suscitó de manera instantánea. Sin embargo, no es frecuente que Streep lo mencione. El escritor Michael Schulman, autor de la biografía Her Again, asegura que para Meryl nunca fue fácil bucear en esos tres años que compartió junto al actor . "Fueron tan intensos y dramáticos que se convirtieron en un instrumento que la ayudó a formarse como persona y como actriz". Para Cazale, un individuo profundamente metódico y algo taciturno, la llegada de Streep a su vida también implicó un cambio sustancial, un paso del blanco y negro al Technicolor. "Una vez que pasó a integrar esa obra, de lo único que hablaba era de ella", recordó su amigo, el actor Marvin Starkman.
Según el biógrafo de la actriz, Cazale logró revertir su mecanismo de manejarse con prudencia cuando advirtió que Streep era una mujer única. Por lo tanto, en pleno apogeo de su carrera - y mientras Meryl buscaba encontrar su espacio en el mundo del cine -, el actor aceleró sus tiempos y le pidió a su novia que se mudara con él a su departamento de Tribeca.
La noticia menos pensada
El 29 de abril de 1977, Cazale se preparaba para debutar en la obra Agamenón en el teatro Vivian Beaumont, en Broadway. Tras la primera (y última) función, se empezó a sentir mal y consiguió un turno de emergencia con un médico, en el Upper East Side. Streep lo acompañó a la consulta con Joseph Papp, productor teatral y amigo de Cazale. El diagnóstico planteaba el peor escenario posible: un cáncer de pulmón que ya había avanzado demasiado como para ser tratado con éxito. En Her Again, Schulman brinda detalles de ese doloroso momento: "John quedó callado, y por unos minutos Meryl también. Pero como la actriz no es una persona que sucumba fácilmente a la adversidad, lo miró y le preguntó a qué lugar le gustaría ir a cenar luego", escribió el autor en su libro. De hecho, la actriz disimuló su tristeza para que su pareja pueda apoyarse en ella, sin culpas y con seguridad. Steve Cazale, hermano del actor, se enteró del diagnóstico mientras los tres compartían una cena en Chinatown, y solo porque Cazale no pudo ocultar el dolor que lo aquejaba. La pareja era extremadamente reservada. Finalmente, fue su amigo y colega Al Pacino - con quien el actor formó esa inolvidable dupla en la biopic libre de Lumet y en la saga de Coppola - quien lo convenció de que se haga sesiones de radiación para darle pelea a la enfermedad. Sin embargo, Cazale solo tenía dos cosas en su mente: permanecer junto a Streep en ese departamento de Tribeca y trabajar con ella en una película.
El francotirador, la segunda película de Streep y la última de Cazale
El film de Michael Cimino escrito por Deric Washburn sigue siendo considerado como uno de los mejores largometrajes bélicos de todos los tiempos. La película pone el foco en la vida de tres obreros siderúrgicos de Pensilvania, Michael (Robert De Niro), Nick (Christopher Walken, ganador del Oscar por su actuación) y Steven (John Savage), capturados por el Vietcong en la Guerra de Vietnam, quienes al ser liberados deben lidiar con las consecuencias psicológicas de esos traumáticos días en cautiverio. Cazale interpreta a Stanley, uno de los amigos del trío, y sus escenas fueron las primeras en filmarse debido a su deteriorado estado de salud. De hecho, el estudio británico EMI no quería que el actor forme parte de la producción. Streep, De Niro y Cimino se unieron para cerciorarse de que no le rescindieran el contrato, datos que se aportan en el documental sobre el actor, I Knew It Was You, dirigido por Richard Shepard.
En primera instancia, De Niro pagó por el seguro médico de Cazale: "Estaba más enfermo de lo que creía, pero yo quería que estuviera en la película", declaró. Por otro lado, Streep amenazó con renunciar al proyecto - nada menos que su segundo largometraje - para que su pareja pudiera seguir trabajando, y Cimino hizo lo propio. "Fue horrible, pasé horas en el teléfono peleándome con gente, gritando, porque me decían que si no lo sacábamos a John, nos quedábamos sin película, pero no lo permití", declaró el fallecido cineasta. A pesar de las dificultades, el rodaje se completó. Sin embargo, a Streep la esperaba un futuro plagado de momentos duros, esos a los que Schulman definió como situaciones bisagra. Como las facturas médicas de Cazale se acumulaban y el actor ya no podía continuar trabajando, Meryl aceptó sin entusiasmo formar parte de la miniserie Holocausto para poder pagar las cuentas. La actriz viajó a Austria para la filmación y debió quedarse allí dos meses y medio, separada de su novio, quien empeoraba día a día. Cuando finalmente pudo regresar a Nueva York, su pareja se encontraba peor de lo que ella pensaba.
El inevitable y triste desenlace
Durante cinco meses, Streep se alejó de la actuación y su atención fue derivada estrictamente al cuidado de Cazale. Si bien los médicos aconsejaban que el actor abandonara el tratamiento de rayos, la actriz no perdía las esperanzas de una recuperación milagrosa. "Siempre fue muy perseverante, optimista, y ese espíritu, esa perspectiva, la trasladó a su novio, sin hacer dramas ni cuidarse de sí misma, simplemente hizo lo que tenía que hacer por él", recordó Schulman. Según informó el New York Post, una de las pocas personas en las que Streep confió fue en su profesor de teatro de Yale, Bobby Lewis, a quien le escribió una carta en esa etapa tan dolorosa. "Mi novio está enfermo y lo están cuidando muy bien en el hospital; yo trato de no flaquear pero estoy preocupada todo el tiempo, y pretendo estar alegre, lo cual se convirtió en el trabajo más física y psicológicamente extenuante que he hecho en mi vida", se sinceró la actriz en su descargo epistolar.
Cazale falleció en Nueva York el 13 de marzo de 1978, luego de tres años de convivencia con la actriz. "El médico le dijo 'se fue', pero Meryl no estaba lista ni para escucharlo ni para creerlo", aseveró Schulman, quien añadió que Streep abrazó a Steven, hermano de su novio, y le dijo, entre lágrimas: "Yo lo intenté". Ese mismo año, mientras lidiaba con el dolor de la pérdida, la actriz era celebrada por sus trabajos: obtuvo un premio Emmy por Holocausto, una nominación al Oscar por El francotirador - film que Cazale nunca pudo ver terminado - y fue elegida para coprotagonizar, en 1979, el drama Kramer vs. Kramer. Su carrera se convirtió, de esta forma, en su refugio. "Por más genial que sea en su trabajo cuando pienso en Meryl no pienso en eso sino que recuerdo a esa chica que estaba con John. No había nada como eso, y es eso lo que la define", llegó a decir un elocuente Pacino.
Volver a empezar
Tras la muerte de Cazale, Streep no podía soportar seguir viviendo en el departamento en el que compartieron tantos días juntos. Por lo tanto, un amigo de su hermano Harry, Don Gummer, le ofreció quedarse en su casa hasta que encontrara otro lugar, dado que él iba a estar de viaje. "Meryl estaba destrozada por la muerte de John Cazale y yo hice lo que pude para ayudarla, pero rápidamente advertí que me estaba enamorando de ella", reveló el escultor.
Mientras Gummer se encontraba trabajando fuera de su casa, Streep le mandaba cartas y, por impulsos como ése, ella también notó que estaba sintiendo algo fuerte por ese hombre que hasta hace unos meses era tan solo un conocido. Fue Gummer quien la ayudó a prepararse y a sortear el difícil rodaje de Kramer vs. Kramer - en el cual su partenaire, Dustin Hoffman, actuó de manera inapropiada con ella -, film que en 1980 le valió el primero de los tres premios Oscar que ganó. Seis meses después del fallecimiento de Cazale, y para sorpresa de la familia Streep, la actriz se casó con Don en el jardín de sus padres. Según Schulman, Mary, madre de Meryl, cuestionó inicialmente la unión, pensando que se trataba de un romance insustancial, cuyo único objetivo era suplir la pérdida irreparable de Cazale. De hecho, la revista People reveló que ambas se pelearon por la decisión de la actriz de contraer matrimonio. Sin embargo, el tiempo demostró que lo de ellos era efectivamente un amor destinado a perdurar. La pareja lleva 40 años de casados y tiene cuatro hijos: Henry, Mamie, Grace y Louisa.
Cuando Streep obtuvo su tercer Oscar por su protagónico en La dama de hierro, la primera persona a la que se dirigió en su discurso fue su marido: "Le quiero agradecer a mi esposo primero, antes de ser interrumpida por la música; quiero que sepas que todo aquello que más valoro en la vida me lo has dado vos", le expresó la actriz, con lágrimas en los ojos. Efectivamente, Gummer conoció a su mujer en su peor momento, y logró transformarlo en el cimiento para un futuro sólido y armónico. De todas formas, el recuerdo de Cazale sigue intacto. En el homenaje que le hizo el American Film Institute a Streep en 2004, James Woods fue el actor encargado de aludir a esa etapa clave en la vida de la actriz, cuando se despidió de su novio para luego renacer con su nueva pareja. "[John] fue un afortunado por poder ver tu hermosa cara antes de irse", le expresó su compañero en Holocausto.
Basta ver cómo la mirada de Meryl se transforma al procesar esas palabras para ratificar que, efectivamente, esa compasión y especificidad que amaba de Cazale la seguirán acompañando por el resto de su vida. Como ella misma expresó: "No lo superé. No lo quiero superar. No importa lo que hagas, el dolor está siempre ahí en algún rincón de tu mente, y afecta todo lo que sucede en tu vida posterior. Creo que podés asimilar ese dolor y seguir adelante, pero sin obsesionarte con ello".
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