Matthew Perry, irreconocible, reapareció tras su separación
La preocupación respecto a la salud de Matthew Perry resurgió en las últimas horas cuando se dieron a conocer imágenes del actor del día martes, a la salida de un edificio de Beverly Hills. Al ex Friends se lo pudo ver apoyado contra una pared, con un barbijo caído, la mirada perdida, y algo desmejorado.
La última vez que Perry fue captado por los flashes, en mayo, parecía de buen ánimo. Si bien se percibía cierto cansancio, estaba en mejores condiciones que unos meses antes, cuando atravesaba el peor momento de un cuadro de depresión con el que batalla desde hace años. En esa salida, se lo vio con una amiga, y sus allegados declararon que el actor estaba buscando estar cerca de sus afectos y rodearse de ellos para facilitar su recuperación y reactivar su vida cotidiana y su trabajo.
Recordemos que Perry, de 50, se separó recientemente de la manager de talentos y productora Molly Hurwitz, con quien estuvo dos años en pareja. Según comunicó una fuente a la publicación The Daily Mail, por entonces el actor estaba listo "para volver a las citas". En relación a la ruptura con Hurwitz, la misma se produjo de mutuo acuerdo. "Ambos decidieron tomar caminos diferentes, pero todo se produjo en excelentes términos", reveló un amigo de la pareja.
Perry y Hurwitz se conocieron en 2018, pero en diciembre de 2019 fueron vistos por primera vez disfrutando de una cena navideña. En el Día de los Enamorados, la joven de 30 años le había dedicado un mensaje a Matthew en su cuenta de Instagram. "Feliz San Valentín a mi persona favorita", escribió la productora, quien fue un pilar para su recuperación.
Perry lucha, precisamente, contra una enfermedad de recuperación sinuosa, y fue en noviembre de 2019 cuando se encendieron las alarmas sobre su estado. A principios de agosto había trascendido que el actor estaba deprimido, y que no salía del hotel en el que se estaba hospedando. Según informó el portal Radar Online, Perry gastaba 7 mil dólares por noche y pasaba mucho tiempo en el bar. "Casi nadie lo reconoce porque es un desastre comparado con lo que la gente recuerda. Se mantiene reservado y difícilmente deja su habitación hasta después del anochecer", afirmaban.
En la actualidad, y según muestra también en su cuenta de Instagram, parece más estable, por lo cual las recientes imágenes reavivaron la preocupación. El actor siempre fue muy honesto respecto no solo a su depresión sino también a sus adicciones: llegó a consumir un litro de vodka y 30 pastillas de Vicodin al día, lo cual cambiaba notablemente su aspecto. "Soy una persona bastante reservada, pero estaba en un programa de televisión [Friends] que veían 30 millones de personas. La gente lo sabía y era público lo que me estaba sucediendo", declaró en una ocasión.
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