Junto con su marido, el bailarín Thiago Soares, habló con Hola! del amor arriba y debajo del escenario
Marianela Núñez y Thiago Soares son tan amados por sus fans que tienen un apodo en común, "Thianela". Y así es como suelen referirse a ellos en Twitter, pero también es una demostración enorme del respeto y la admiración que sienten por la dupla –marido y mujer– de bailarines del Royal Ballet.
La argentina Marianela (31) y Thiago (32), de Río de Janiero, suelen compartir el escenario, como lo harán hasta el 16 de enero para la producción anual de El Cascanueces en la Royal Opera House. "Bailar con una persona que te conoce tanto es como tocar el cielo con las manos. Hay una confianza extra y eso se nota mucho en el rendimiento", cuenta Marianela.
INTERPRETES INTIMOS
Marianela habla también de lo que algunas veces viven durante los ensayos y que ella elige llamar "una tormenta de verano". "Quizá tenga que ver con nuestro temperamento latinoamericano", explica la bailarina nacida en San Martín, provincia de Buenos Aires. La gente que tienen a su alrededor –dice– deben pensar que están locos. "Trabajamos de una manera tan íntima que cuando tenemos algún problema todos dejan que lo solucionemos como marido y mujer", afirma Thiago. "Ellos saben que al día siguiente todo va a estar bien", comenta. Además de estar casados y ser compañeros sobre el escenario, también son muy buenos amigos para trabajar tan intensamente y volver juntos a casa. "¿Si no sentimos algo de claustrofobia? Curiosamente, en los momentos que no estamos juntos –como cuando él suele irse a Brasil–, yo siento como si me cortaran un brazo", dice Marianela.
Se conocieron cuando Thiago, que creció en una familia de clase media de Río y llegó al ballet a través del hip hop, se unió a la compañía en 2002. Marianela, que empezó con las clases de ballet a los 3 años, se trasladó al Reino Unido cuando tenía 15 para entrar en la escuela del Royal Ballet y un año más tarde, ya era parte del cuerpo estable. Los dos tienen diferentes recuerdos de cuando se vieron por primera vez. "Fue el primer día de la temporada", dice ella. "Yo estaba esperando el ascensor, se abrió la puerta y Thiago estaba parado allí. Pensé: ‘Este debe ser el nuevo de Brasil’. Como sé lo que se siente al unirse a una compañía en la que no se habla tu propio idioma, traté de ser amable. ‘Si necesitás algo, estoy acá’. Pero Thiago pensó que yo lo estaba invitando a salir", afirma.
UN ROMANCE SECRETO
"Ella me dijo: ‘¿Sos el chico brasileño? Yo también soy de América Latina. Si tenés algo de tiempo libre, podemos ir a tomar un café’", dice Thiago, recogiendo el cuento de la historia de amor. "No todo el mundo anda por ahí ofreciendo tomar un café. Entonces pensé: ‘Creo que aquí hay algo’".
Cuando finalmente empezaron a estar juntos, menos de un año después, mantuvieron su romance en secreto hasta que fueron vistos a los besos en una estación de subte por otro bailarín de la compañía. En 2006, Thiago le propuso matrimonio en el escenario después de que cayera el telón en
La Bella Durmiente. "Pero ella no estaba contenta con el rendimiento y se quejaba", cuenta entre risas. "Yo le dije que había estado fabulosa". Se casaron en Buenos Aires en 2011 y, aunque ambos extrañan mucho a sus respectivos países, planean quedarse en Londres. "Tanto la compañía como este lugar han hecho que nuestros sueños se hicieran realidad", dice Thiago. Tienen la esperanza de formar una familia en un futuro, aunque Marianela es consciente de que tener hijos implicará un impacto mayor en su carrera que en la de Thiago. "Estamos en la cima de nuestras carreras y disfrutando mucho este gran momento", cuenta la argentina antes de salir de la mano de su amor camino a los ensayos.
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