Bellas y exóticas, posan juntas en una espectacular producción y se sinceran con ¡Hola! Argentina como testigo
Corren en la playa mientras el sol se pierde en el horizonte de José Ignacio y parecen dos gitanillas, exóticas, morochas, distinguidas… Podrían ser hermanas, pero Mariana Arias (48) y Paloma Cepeda (22) son madre e hija. Idénticas casi, al punto de que a ellas mismas les llama la atención. "Nos impresiona vernos tan exactas, pero a la vez nos gusta", dicen. Mariana, la mamá, no necesita de mucho preámbulo: en los 80 integraba la elite de mannequins que caminaban las pasarelas internacionales de alta costura, luego fue actriz y ahora entrevistadora, de esas mujeres que siempre empujan los límites para reinventarse una y otra vez. Paloma es su única hija (fruto de su matrimonio con el fotógrafo y cineasta Marcelo Cepeda, de quien se separó en 1997), físicamente casi un clon. Se ríen mientras posan y juegan para la cámara.
–¿Les gusta ser tan parecidas físicamente?
Mariana: Creo que a todas las madres les gusta tener cosas en común con sus hijos. De todas maneras, tengo muy claro que ella es una persona en sí y que en muchos aspectos es muy distinta a mí. Tiene una personalidad superfuerte, es mucho más segura, sabe lo que quiere y no se deja llevar por lo que piensan los demás. A su edad, yo era ingenua y mucho más influenciable.
Paloma: Cuandos nos vemos en fotos, nos impresiona a nosotras mismas el parecido. Pero a mí me encanta: mamá es muy linda.
–¿Siguen viviendo juntas?
Paloma: Por ahora sí, aunque siempre está el plan de vivir sola y, si tengo la posibilidad, voy a hacerlo. Espero lograrlo en 2014. De todas maneras, estoy viendo si termino la facultad antes, me faltan tres cuatrimestres para recibirme de diseñadora de indumentaria en la Universidad de Palermo.
Mariana: Yo prefiero que no calque mi historia, ¡no soy un buen ejemplo! Empecé a trabajar a los 17 y era muy chica cuando me fui de casa. Mi vida era distinta a la de Pali, con otras posibilidades y otra evolución. Creo que está bueno que se vaya cuando ya tenga todo armado para no tener que salir a trabajar como loca, para que pueda estudiar tranquila. Ya es una mujer, pero la empujo a que pueda terminar la carrera.
–¿Te asusta el síndrome del nido vacío?
–Sí, bastante. Hace una semana se fue de nuestra casa en La Pedrera para instalarse en Punta con sus amigas y ya la estaba extrañando un montón. Aunque no todo es perfecto cuando estamos juntas, porque nos peleamos… Cada una tiene sus historias, sus temas, sus ganas de hacer cosas, de invitar gente y entonces hace falta mucha negociación. Pero terminamos siempre bien.
Paloma: Yo también te extrañaba… Es verdad que cuando estamos mucho tiempo juntas hacemos cortocircuito y necesitamos separarnos. Pero cuando llevamos un tiempo distanciadas enseguida nos extrañamos.
–Mariana, ¿cómo te definirías en tu rol de madre?
–¡No sabría qué decir! Pali, por favor definime vos.
Paloma: Siempre está presente, pero desde la infancia me educó con mucha libertad. Y la verdad es que hoy en día se lo agradezco mucho, porque me dio una fortaleza que me ayuda. Creo que por eso hoy tengo una personalidad tan fuerte. Me permitió explorar, probar, equivocarme, sin estar encima. Pero a la vez estuvo cuando la necesité. Y a veces es demandante, pero sabe soltarme y entiende que ya soy una mujer.
–Tenés la palabra…
Mariana: Yo siempre trabajé mucho y tenía que soltarla casi por obligación. Ella tuvo que aprender a resolver y fue positivo. Creo que lo importante es que siempre me ocupé, la acompañé y me preocupé por estar en los momentos importantes, en las decisiones más trascendentales.
Paloma: Mamá me hacía sentir que ella estaba y que si faltaba yo podía sola. Esa confianza en mí misma fue enriquecedora. Que haya trabajado tanto me enseñó la cultura y la importancia del trabajo. El mensaje era: "Te doy mucho, pero te muestro que no es fácil tenerlo todo".
–Recién este año empezaste a seguir sus pasos como modelo. ¿Qué te hizo apostar por su profesión?
Paloma: Creo que una cosa me fue llevando a la otra, empecé a tener más proyectos y eso me entusiasmó. Es divertido y a la vez tiene que ver con lo que estudio. Igualmente, tengo muy claro que no es lo único que quiero para mi vida, ni es mi mayor aspiración.
–Mariana, vos siempre demostraste una suerte de prejuicio con la profesión de modelo…
–Paloma fue en parte motor de todas mis búsquedas que surgieron después de más de veinte años trabajando como modelo. Ella conoce todo lo que siento y pienso acerca de este trabajo, vio cómo no fue suficiente para mí y vivió mi necesidad de buscar otros contenidos. Creo que eso le sirvió para estudiar y elegir una carrera apenas terminó el colegio. Pero también me parece bueno que saque provecho de mi legado. Vivir la profesión en carne propia y saber de qué se trata hace que no pueda idealizarlo.
–¿Le das muchos consejos?
Mariana: Como cualquier mamá, pero con el plus de que yo conozco el medio de las modelos, sé lo que te da y lo que te quita. Pero de moda, estilo y maquillaje, ella la tiene más clara que yo: es moderna y me supervisa todo el look.
–Paloma, tu padre [Marcelo Cepeda] acaba de tener un hijo, ¿Cómo recibiste la noticia?
–Se llama Dante y tiene tres meses. No voy a mentir: al principio fue movilizante y muy raro tener un hermano a los 21, pero fue muy lindo también. Por suerte, estoy grande y puedo asimilarlo mejor y disfrutarlo más. Ya fui hija única durante mucho tiempo y ahora me encanta poder descubrir el amor hacia un hermano. Por suerte es con una buena pareja, una mujer que yo quiero mucho. Todo se dio dentro de un buen marco.
–¿Estás celosa?
–No sé si son celos, es raro verlo a papá con un hijo. Por momentos no lo puedo creer, pero la verdad es que enseguida el sentimiento más fuerte es de amor.
Mariana: A mí me sorprendió la noticia, pero creo que es muy bueno que Paloma pueda vivir ese vínculo. Yo fui hija única, mi madre también, está bueno que Pali haya roto con esa tradición. Tanto Marcelo como yo pudimos rehacer la vida con buenas personas [N. de la R.: Mariana se casó con el economista Roberto Gálvez en 2008] e integrar a Paloma a nuestras historias. Somos una familia ensamblada que funciona muy bien.
–Paloma, ¿te molesta ser "la hija de"?
–Sería ridículo que me moleste, muy contradictorio. Ser "la hija de" me ayudó mucho y me abrió muchas puertas. Y si sabés usar esa ventaja, está bueno.
–Mariana, ¿te preocupa el paso del tiempo y tu cercanía a los 50?
–Ya pasé ese momento de estar en crisis con la edad. Asumí que hay que dejar de ser Venus para pasar a ser Luna. Venus es para las chicas como Paloma, aunque eso no signifique dejar de tener cierto atractivo
Texto : Julia Talevi Fotos : Pilar Bustelo Producción : Georgina Colzani Maquillaje : Eugenia Grand, para Estudio Frumboli, con productos Lancôme Peinado : Elvio Casciano, para Elite Estudio Agradecimientos : www.lasusana.com, Anushka, Sentido, Santas Negras y Swim Days
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