María Pía Galiano: "Tuve mucha popularidad en algunos momentos de mi vida, y no estaba preparada"
El oficio la eligió sin querer y casi sin que ella se diera cuenta, cuando apenas tenía 9 años. Desde entonces nunca paró de trabajar, aunque se dio lugar para algunas pausas. Su pico de popularidad fue con Clave de sol y Amigos son los amigos, pero María Pía Galiano hizo muchas ficciones, como Compromiso, Las 24 horas, Las comedias de Darío Vittori, Señorita Maestra, Por siempre amigos, Regalo del cielo, Perla negra, Zíngara, Vulnerables y Mujeres asesinas, entre otras. Su último trabajo fue en Estocolmo, la miniserie argentina que estrenó Netflix en 2016.
"Desde hace unos años tengo otra profesión artística que me gusta y que disfruto mucho y es el baile. Hace casi 20 años que empecé a bailar tango, primero como hobby y con el tiempo se transformó en una pasión cada vez más fuerte", asegura la actriz que, en una charla LA NACIÓN, cuenta por qué necesitó dejar a un lado los sets para mudarse durante un tiempo a Europa, para luego regresar mucho más segura del camino que quería seguir.
-¿Te ganás la vida bailando el tango?
-Sí. Es mi segunda profesión, empecé a bailar porque me mandó mi psicóloga. ¡Y dio resultado! [Risas]. En ese momento yo tenía 27 años y no me dejaba llevar fácilmente. Entonces la psicóloga dijo: "Probemos desde lo externo hacían lo interno". Empecé a bailar el tango, me apasionó y lo disfruto mucho. Pasé por diferentes momentos y me seduce todavía ese costado artístico. Pero mi primera y más fuerte pasión es la actuación. Sin embargo, cuando lo actoral está ausente, el tango toma otra dimensión. Para resumirlo: soy actriz ante todo y me gusta el tango, pero no es el protagonista en mi vida.
-¿Qué te llevó a radicarte en Europa por algunos años?
-Me fui a vivir a los 29 años a Europa. En realidad, venía de hacer Reality reality, en Canal 9, y estaba muy saturada, necesitaba tomarme un tiempo de descanso de la profesión para saber cómo seguir. Me fui a Barcelona, estuve un tiempo en la casa de una amiga, y después me fui a Madrid. Unos meses antes de irme a Europa había conocido a mi expareja y padre de mis hijos [Sofía, de 14 años, y Franco, de 11]. Él vivía en Alemania, todavía tiene su escuela de tango ahí. Cuando estuve en Madrid volvimos a vernos y decidí irme a vivir a Alemania. En ese momento tenía ganas de formar una familia y ser mamá, y me aboqué a eso.
-¿Tus hijos nacieron en Alemania?
-Mis hijos nacieron en Argentina. Vine a parirlos acá porque quería que tuvieran las mismas raíces que yo y nacieron en casa. A los 30 días, nos fuimos otra vez para Alemania. Había proyectado volver al país en 2010 y, más o menos, las cosas se dieron así. Nos instalamos los cuatro en Buenos Aires y al año y medio nos separamos; él se volvió a Alemania y yo me quedé acá con mis hijos. Familiarmente, la vida cambia porque el papá vive lejos, pero estoy agradecida por la familia que formamos.
-Ahora estás en pareja con un bailarín de tango. Podemos decir que, en tu vida, el tango y el amor van de la mano...
-[Risas]. Podemos decir eso. Estoy en pareja con Fernando Galera, que también es bailarín de tango. Hace cuatro años y medio que estamos juntos, convivimos y también trabajamos juntos, a veces. Tardamos un poco en tomar la decisión, sobre todo yo porque el tango es una gran pasión, pero mi mayor deseo está puesto en la actriz. Hacemos shows en teatros, en milongas, damos clases, hacemos festivales, giras y además, hacemos un festival que inicio él hace 12 años y yo me sumé a la producción: el Festival Tango Salón Extremo. Decidimos no hacerlo este año porque, por las características y la esencia del festival, nos parece que no está bueno hacerlo online; perdería su esencia. Lo haremos en agosto de 2021.
-¿Resulta la convivencia y el trabajo?
-Sí, resulta. Nos combinamos muy bien. Logramos encontrarnos en el trabajo y en el amor, y es súper placentero.
-Decís que tu mayor deseo está puesto en la actriz, ¿hay proyectos?
-Ya desde hace un tiempo la ficción tiene poco espacio en nuestro país. Trabajar desde tan chica me llevó a vivir a Europa... Empecé a los 9 años, de casualidad. Yo miraba un programa que se llamaba Todos los días la misma historia, con Beatriz Taibo y Luis Medina Castro. Y ahí trabajaba un nene que me gustaba [el personaje era Damián, y el actor, Sergio Longobardi] y le pedí a mi mamá que me llevara a verlo. Vivíamos en Martínez, a dos cuadras de donde se grababa el programa. Mientras esperábamos en la puerta, salieron el productor y director del programa, Rodolfo Hoppe y Héctor Bechione, y me preguntaron si me gustaría trabajar en televisión. Era muy tímida y me dio tanta vergüenza que me escondí detrás de los pantalones de mi mamá. Tengo ese recuerdo, pero hice el casting y a la semana estaba en ese programa trabajando como novia del chico que le gustaba.
-Decías que la actuación te eligió a vos, ¿eso hizo que te tomaras un tiempo y decidieras viajar?
-Exacto. Tenía una gran necesidad de elegir yo a mi ser actriz y en ese viaje hice la elección. Trabajé con actores que admiraba muchísimo. Por ejemplo en Estado civil y Compromiso compartía escenas con Miguel Ángel Solá, Leonor Manso, Víctor Laplace. Tengo recuerdos de almuerzos y largas charlas y admiración infinita. En Por siempre amigos me hice muy amiga de los chicos de Menudo y hasta me fui a Puerto Rico a visitarlos. Después nos vimos unos años, pero hace tiempo que perdimos contacto. Con Ricky Martín hablamos hasta que empezó a cantar como solista.
-¿Seguís en contacto con Pablo Rago? Fueron una de las parejas más queridas de Clave de sol y luego de Amigos son los amigos...
-Nunca fue mi pareja en la vida real. Algunos creen que sí, pero es una fantasía creada por un gran deseo de otros. Con Pablo seguimos hablando, aunque hace un par de años que no nos vemos. Él me dio mi primer beso en la televisión y en la vida. Nos queremos mucho y nos tenemos muy presente siempre.
-¿Cómo fue la vuelta al trabajo después de ese viaje y la maternidad?
-Fue de a poco, con un rol en la tira Sos mi hombre (2012). Y después todo fue fluyendo. Ahora hace ya unos años que hay muy poca ficción en nuestro país. Tengo muchas ganas de volver a actuar y deseo que se reactive la industria. De todas maneras, siempre estoy activa. Ahora, por ejemplo, me sumé a una propuesta de Claudia Cárpena que está haciendo Arte en cuarentena y se puede ver por Youtube. Son diferentes monólogos, cuentos o poesías recitados por actores y actrices. En el primer capítulo son todos actores de su generación y en la segunda entrega son de mi generación y estamos con Luciano Cáceres, Fabio Aste y una banda muy linda. Definitivamente, mi gran amor es la actuación. Abandone pero volví.
-Volviste al primer amor...
-Si, volví al primer amor. Cuando me fui a Europa fue clarísimo que necesitaba alejarme de la profesión que siempre sentí que me eligió y yo no, a pesar de que me encantaba y el disfrute era enorme. Tuve mucha popularidad en algunos momentos de mi vida, y no estaba preparada. La exposición venía de la mano del trabajo. Yo tenía 15 años en Clave de sol y era un poco más grande en Amigos son los amigos, pero fue complicado y pensaba "qué hago con todo esto". Vivía sola ya y, de alguna manera, me cargué un poco con la responsabilidad de ayudar a mi familia. Tomé ese rol casi de mamá dentro de la familia. Entonces, la decisión de irme era también que ese "ser mamá" de mi familia se convirtiera en "ser mamá" de verdad de mis hijos y no de mis padres.
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