María Martha Serra Lima: la cantante “tardía” que revitalizó el bolero, vivió apasionados y muy secretos romances y no le escapó a las polémicas
A seis años de su muerte, recordamos a la intérprete argentina que rompió todos los cánones y se impuso en el mercado de la música con una voz diferente y una personalidad avasallante
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Dueña de una voz potente y clara, se convirtió, en los años ochenta, en una referente de la música romántica por excelencia, el bolero. Vendió más de 7 millones de discos, fue reconocida en todos los países de habla hispana y cantó en el Madison Square Garden. Su enorme talento, sin embargo, muchas veces quedó opacado por su locuacidad, que llegó a ponerla en el ojo de la tormenta en más de una oportunidad, al brindar su opinión, muchas veces polémica, sobre temas candentes. Lo cierto es que, como reza una de las canciones que decidió versionar en castellano, María Martha Serra Lima vivió a su manera y se fue pronto: murió a los 72 años, el 2 de noviembre de 2017.
La noticia de su fallecimiento sorprendió a sus miles de seguidores. Dos meses antes, se había sometido a dos operaciones en la espina dorsal, para tratar de aplacar los fuertes dolores que sentía desde hacía largo tiempo. El cuadro se complicó cuando descubrieron que padecía, además, cáncer de páncreas. La encargada de dar la triste e impactante noticia fue la productora que manejaba su carrera, HPU International Production: “La señora maría Martha Serra Lima ha partido físicamente de esta vida, a las 2.30 AM, dejándonos los más lindos recuerdos de su paso por esta vida, con su personalidad, su don de gente y sus maravillosas canciones, ejecutadas con todo ese sentir que ella tenía en su voz. La familia y esta empresa la despiden con el más profundo dolor (...) pero con el agradecimiento a Dios nuestro señor, por evitarle sufrir con una enfermedad que apareció cuando nadie lo esperaba [en referencia al cáncer]”. Asimismo, informaba que sus restos serían “cremados y arrojados al mar caribeño, en el que tantos momentos lindos vivió”.
Serra Lima estaba internada en el Aventure Hospital de la ciudad en Miami y su hija Cecilia Pell Richards la acompañaba. Un mes antes de su deceso, la cantante había compartido en su cuenta de Facebook dos fotos y aseguraba estar “muy triste” por su situación. Antes de someterse a las operaciones, la cantante había expresado la complejidad de su cuadro con la siguiente frase: “O me opero o no camino más”.
Un comienzo tardío
Nacida en una familia de clase acomodada de la zona norte del conurbano bonaerense, María Martha Serra Lima era la menor de cinco hermanos. Al ser la única hija mujer, se convirtió en la protegida de su padre. María Martha siempre amó cantar y desde chica tenía una voz agradable, potente y reconocible que la podría haber llevado a los escenarios a edad temprana. Iván, su padre, era propietario de una concesionaria de autos y tenor aficionado. Consciente del talento de su hija, le solía pedir que amenizara las reuniones familiares y con amigos, pero lejos de alentarla a perseguir su sueño, le prohibió que siguiera su vocación. En una entrevista con LN+, la artista explicó que su carrera comenzó cuando ya era grande: “Yo cantaba desde chica, pero mi familia no me dejaba cantar. Así que recién empecé cuando murió mi papá y yo ya tenía 34 años. Él no creía que pudiera enfrentar el mundo de la noche, y tenía razón”.
Cuando finalmente se decidió a dar el gran salto, el bolero hacía rato que no estaba de moda. “Yo fui tocada por Dios. Tenía todas las contras para ser artista. Era mujer, gorda, grande, porque me lancé tarde, y bolerista. ¡No existía un caso así! Encima me decían: ‘Las mujeres no venden discos’, ‘Las mujeres te van a odiar porque sos gorda’, pero fue todo al revés”, señaló en algún momento. Su debut fue en la discoteca Afrika, que funcionaba en el Hotel Alvear de la Ciudad de Buenos Aires. Luego, se presentó durante cinco años consecutivos en Michelangelo y su nombre comenzó a sonar fuerte en los medios. En 1980, impulsada por Mochín Marafiotti, entonces director de la discográfica CBS, grabó el tema “Entre nosotros” y su fama se disparó exponencialmente.
En sus 40 años de carrera editó 46 álbumes: el primero, María Martha Serra Lima, fue en 1978 y el último, María Martha International, en 2013. Otro de los pasos esenciales de su carrera fue su sociedad con el Trío Los Panchos, integrado por Chucho Navarro, Alfredo Gil y Basurto Lara, que duró 17 años. El disco Esencia Romántica (1983), que tuvo sus volúmenes 2 y 3, reavivó el interés del público latinoamericano por el bolero con temas como “Algo contigo”,“Los enamorados” y “Voy a perder la cabeza por tu amor”.
Apasionada del amor
Locuaz y nada vergonzosa a la hora de referirse a su historial amoroso, Serra Lima ha brindado detalles sobre su vida sentimental en decenas de entrevistas. En una de ellas, contó que llegó a tener 22 novios antes de su primer matrimonio, pero aseguró que llegó al altar siendo virgen. “Es que el sexo no me interesa tanto. Soy una mujer apasionada, es cierto; pero apasionada del amor”, se definía.
En otra ocasión, reconoció que el romance más importante fue el primero, el que vivió a sus 19 años. “Fue el amor de mi vida. Era un chico polaco, de religión judía. Él era muy chico cuando junto a sus padres fue a parar a un campo de prisioneros en Siberia. Nuestra relación no pudo ser, porque se volvió loco y murió”, contó con tristeza. Sus otros amores importantes fueron sus tres maridos. Del primero, Adolfo Bartolomé Pell Richards, se divorció antes de subirse a los escenarios y después de dar a luz a sus dos hijos, Cecilia y Patrick. Del segundo, enviudó, y junto a su última pareja, Horacio Perez Ugidos, pasó los últimos 30 años de su vida. Él se convirtió en su manager, pero nunca convivieron. “¿Vos sabés lo que es compartir la vida con alguien que desafina así? Muchas veces, cuando termina el show y nos volvemos en el auto pone un CD mío—porque le encanta mi música, no lo puede evitar—y se pone a cantar encima. ¡Una tortura!”, bromeaba, para justificar la distancia que prefería mantener.
Otra de sus grandes historias de amor tuvo como protagonista a un ídolo de la música popular, nada menos que Sandro. Se conocieron en los años ochenta, cuando ella ya había alcanzado el pico máximo de su carrera y él hacía décadas que era un artista consagrado. Según ella aseguró luego de que el artista falleciera, el Gitano le llegó a escribir una canción, “Cosas de la vida”.
“Sandro fue un gran amor. Yo creí que se había olvidado. Después me di cuenta de que no se había olvidado nada. Escribió realmente la verdad. Tuvimos un reencuentro de casualidad. Es un halago que Sandro me hizo. Lo quise mucho, lo quise muchísimo. Y todo lo que escribió en esa letra, lo viví con él”, aseveró la cantante, y aclaró que aquel amor nunca llegó a consumarse.
Su lugar en el mundo
Serra Lima encontró en Miami su paraíso personal. Allí se radicó en los años noventa junto a sus hijos. Sin embargo, estaba atenta a lo que ocurría en la Argentina. “Desearía que entre Miami y Buenos Aires hubiera solo 1000 kilómetros”, expresaba, porque cada vez le costaba más soportar los largos vuelos.
“Vivo en un departamento frente al mar, a dos cuadras de Bal Harbour, pero voy mucho allá, porque están mis médicos. Acá no tengo ninguna protección. Ahora estoy esperando para la ciudadanía. Solo me falta dar el examen. Una vez lo di y me bocharon porque no me creyeron que vivo acá hace 20 años”, le contaba a Jaime Bayly en 2014. Y aclaraba: “Yo le debo tanto a mi país, tanto... Los primeros 8 años de mi carrera, yo no salí de la Argentina, salvo a países limítrofes, y era una adoración conmigo. ¡Me dieron tantas oportunidades! Y yo, físicamente era tan distinta a lo que suelen ser las cantantes, que son blancas, rubias, delgaditas... En Argentina no soportan a las mujeres gordas, y si las hay, no salen de sus casas, son acomplejadas. Y conmigo fueron divinos. Es extraño, porque si tenés 15 kilos más, no te lo perdonan, pero yo tenía 30, daba la vuelta. Y he llegado a tener 40 de más también. Tengo fotos con Armando Manzanero en las que él parece un títere. He llegado a pesar más de 160 kilos”, bromeó.
A propósito de la situación que se vivía en ese entonces en Venezuela, con un Hugo Chávez enfermo y una sociedad dividida, Serra Lima explicó: “Nosotros vivimos esa situación desde hace muchos años: o sos peronista o sos antiperonista. No hay una línea intermedia. Yo nunca fui peronista, por una cuestión familiar. El primer mandato de Juan Domingo Perón fue muy bueno. Mi mismo padre lo decía, pero después empezaron los problemas. Mi papá era conservador, pero no fanático. Fue un vivo... Se divirtió toda la vida y se casó mayor, con una chica de 20 años”.
Locuaz y polémica
A pesar de la distancia, Serra Lima se mantenía muy al tanto de lo que ocurría en la Argentina. Su programa favorito para informarse y tratar de empaparse de todas las distintas opiniones era el primer Intratables, conducido por Santiago Del Moro. En una de las últimas visitas al país, fue entrevistada por Pamela David, y allí, a propósito de un caso de inseguridad que había ocurrido en esos días, la cantante relató un episodio que acababa de vivir y que causó una gran polémica.
“Me dice el chofer ‘estoy mirando unos muchachos, dos negritos cabeza’, y eran dos muchachitos que estaban subiendo las escaleras de un edificio, y uno se hacía el que tocaba timbre y el otro cruzaba... Estaban para robar”. Ni bien terminó la frase, David le preguntó a la cantante si los vieron robar, a lo que ella contestó: “No, pero era la actitud tal cual de los que van a robar, no veíamos ni un policía, y eso que en la zona siempre hay”.
Luego, se pocisionó a favor de la pena de muerte. “¿A vos te parece que un tipo que asesina se merece vivir? No, no lo merece, porque no se va a curar nunca. Esa gente la tenés que alimentar hasta que tengan 70, 80 o 90 años y se mueran. Tenes que alimentarlos, darles de comer, que empiecen los vicios, que se porten mal. Es muy caro mantener un preso. Y que tengan miedo a algo. Porque acá hacen algo y salen por la otra puerta. Tiene que haber penas más grandes, pero también faltan cárceles. No me gusta que la gente, aunque sea criminal, esté hacinada. No me gusta porque eso no es sano”.
También causaron polémica sus dichos sobre la homosexualidad, luego de que dos chicas se dieran un besos en uno de sus recitales. “Bueno, yo no tengo tanta oportunidad de ver gente así, pero las vi. Esas son cosas de mal gusto porque el beso es divino, el sexo es una belleza, el estar caliente es una cosa muy linda, bárbara, pero hay lugares y lugares. Y yo no puedo estar en un teatro y ver dos chicas que se están matando. No es un besito y la mano, eso qué me importa, pero no podía dejar de mirarlas mientras cantaba. ¿Qué es esto? Y nadie decía nada. No me daban bolilla a mí, ni me aplaudían. Y yo no disfruté nada porque no podía creer. Dos chicas de 16, de 17 años, que no saben nada. Eso me molesta. Y si hubieran sido dos hombres también me molesta. Hay lugares para todos, son reglas de buen gusto. Eso es de mal gusto”, expresó.
Tiempo después, salió a aclarar sus dichos: “No soy homofóbica. ¡Para nada! Si estamos rodeados de homosexuales. Estamos rodeados desde chicos. Mi hermano era gay y entonces venían a mi casa todos amigos de él, gays. Y son mis amigos por ahí, todavía. Tergiversa el periodismo lo que uno dice, y después ¿qué vas a salir a aclarar?”, remató.
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