Marcelo Mazzarello estrenó su ópera prima “sin subsidios”, en medio de la crisis del Incaa: “Es más fácil echarle la culpa al Gobierno”
El actor compartió El ciudadano modelo, la película que marca su debut como director, en YouTube y, en menos de 24 horas, consiguió más de 180 mil reproducciones; en diálogo con LA NACION, se refirió a su decisión de llevar adelante un proyecto muy personal de manera independiente
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El actor Marcelo Mazzarello está acostumbrado a alzar su voz y expresar sus opiniones políticas. Estuvo en el centro de la polémica por declarar en contra de Andrea Del Boca luego de que la actriz recibiera financiamiento del Estado para una novela -Mamá corazón- en la que él mismo participó, pero que nunca vio la luz. Incluso, en 2021, señaló a Florencia Peña por, según él, haberlo “bajado” por cuestiones políticas de la película Más respeto que soy tu madre, días antes de comenzar a rodarla. Este martes, en medio del conflicto que atraviesa al mundo de la cultura y del cine por los recortes presupuestarios y el cierre temporario del Incaa, el actor lanzó su ópera prima, El ciudadano modelo, por YouTube. El film tuvo más de 180 mil reproducciones en un día, un número muy auspicioso para un proyecto tan independiente.
“Ya está disponible en YouTube El ciudadano modelo. Comedia. Un hombre quiere habilitar un local de baile y se enfrenta a una burocracia delirante. Rodada en 5 jornadas. Sin subsidios. Producida, dirigida y escrita por el titular de esta cuenta. Que la disfruten”, escribió Mazzarello en X. Igual que el personaje principal de su comedia, el artista señaló a LA NACIÓN: “Quiero devolverle a este país algo de todo lo bueno que me dio“.
Ya esta en Youtube El Ciudadano Modelo.
— Marcelo Mazzarello (@mazzamazzarello) April 23, 2024
Comedia.
Un hombre quiere habilitar un local de baile y se enfrenta a una burocracia delirante.
Rodada en 5 jornadas.
Sin subsidios.
Producida dirigida y escrita por el titular de esta cuenta.
Que la disfruten pic.twitter.com/gX8QaorkN6
— ¿Por qué decidiste estrenar tu película en YouTube?
—¿Y por qué no? Me parece el canal más directo para atraer al público. Porque de la misma manera que al personaje de la película, Raúl Echagüe, me pasa que simplemente quise hacer algo bueno: él quiere abrir una casa de tango, yo quise hacer un film que originariamente pensé como una obra de teatro. En definitiva, tanto el personaje como yo apuntamos a lo mismo, que es defender la cultura nacional.
—Expresaste en tus redes sociales que el film no recibió ningún tipo de apoyo estatal… ¿Sentís orgullo por eso?
— Están las dos cosas. Quise llevarla adelante, pero primero quise generar la confianza entre el público y los productores, porque ese es el camino que elegí seguir. Más adelante me gustaría hacer la obra de teatro e incluso tengo un par de cosas más escritas que podrían convertirse en una continuación de la película. En caso de que se dé, por supuesto, y que al público le guste.
—¿Por qué razón no consideraste solicitar ayuda al Incaa para hacer el film?
—No quería hacerlo de esa manera. No me parece, de todas maneras, que esté mal que exista el Incaa, pero para casos puntuales de ayuda y con un determinado criterio de selección. Hace falta un nivel de discusión honesta para definir en qué casos interviene o ayuda con recuperación. Hubo momentos donde funcionó mejor.
—¿Quisiste demostrar que se puede trabajar aunque no te convoquen o no cuentes con el financiamiento del Estado?
—La demostración es para la vida de uno mismo. ¿A vos te parece que cuando se hizo Operación Masacre fue con subsidios, o cuando se hizo todo el neorrealismo del cine italiano fue financiado? ¿Verdad que no?
—¿El resto de los actores y el equipo técnico trabajaron gratis o cobraron?
—Prácticamente nadie cobró. Todos participaron porque querían hacerlo. Acá no hubo ningún tipo de especulación, ni durante el rodaje, ni en el momento de lanzar la película.
—Fue ingenioso que lo subieras a YouTube y, a juzgar por la cantidad de reproducciones, tuvo gran repercusión en estas primeras horas desde el estreno…
—No, no es ingenioso. Esa es la verdad. El arte y el cine son un desafío; no es consecuente con el poder del arte. Por lo general, cualquier artista tiene que tener una lógica.
—Rodaron el film durante 5 jornadas, en septiembre. ¿Es casual que la hayas estrenado ahora, en que se teme que la producción cinematográfica se detenga por el cierre del Incaa?
-Fue casualidad. En el momento que la rodamos no sabíamos que iba a pasar ni con la película ni que con el país. Primero la filmé y en el medio tuve que recuperarme económicamente porque no soy millonario. La hice con ahorros míos, trabajé en Mar del Plata durante la temporada de verano. También necesitaba cierta distancia del material para volver a hacer la postproducción y tomar la decisión final de subirla a YouTube. No pensé en qué día para publicarla, fue cuando me la entregó el editor ya terminada. Es complicado lo que estamos viviendo porque pasamos de la polarización a la bipolaridad. No puede salir ningún pensamiento razonable de ahí. Para salir adelante tenemos que llegar a un punto medio, al equilibrio. No se puede decir salud pública sí, o salud pública no. No existe. Lo mismo con la educación, que es el emblema de la Argentina. Lo que hay que discutir es el cómo se lleva adelante y llegar a puntos de acuerdo entre todos.
—¿Pensás que lo que decís puede causar repudio, como sucedió con las declaraciones de Guillermo Francella?
—Tenemos que terminar con esta bipolaridad. No veo televisión, me enteré en el mercado de lo que pasó. Una mujer me frenó y me dijo: ”Francella está destruyendo el teatro”. ”¿Hace mucho que no vas al teatro?”, le pregunté, y respondió “Ah, sí”. Mucha gente repite las palabras que escuchan en la televisión y no piensa por sí misma. Hay que recuperar el pensamiento, el razonamiento, el sentido común. Todos los problemas que afrontamos son culturales y de educación, en definitiva. Y nosotros deberíamos estar orgullosos de nuestra cultura.
—¿Era una opción venderle tu película a alguna plataforma o siempre tuviste en mente publicarla en YouTube?
—Claro que fantaseé con comercializarla. Pensé todas verdaderas posibilidades y entre ellas siempre estuvo presente el rechazo. Ya había presentado el guion para un largometraje en una plataforma, que me lo aprobaron en su momento, pero todo se frenó después. Hace tiempo perdimos todas las chances por error nuestro. Perdimos la ficción, a las plataformas no les conviene filmar acá porque es más caro que en Uruguay.
—¿En qué momento se volvió tan caro rodar en la Argentina?
—Desde que se sancionó la ley de actores hace dos años. Se encareció la ficción, acá el rodaje se paga en dólares y a eso hay que sumar los 25 sindicatos que también cobran. ¿Cuál es resultado? Si no nos incomodamos no vamos a salir nunca adelante; es más fácil echarle la culpa a un Gobierno que lleva solo cuatro meses.
—¿Hay alguna relación entre tu decisión de hacer una película sin financiamiento, luego de tu experiencia en Mamá Corazón, la novela producida por Andrea Del Boca en 2015 que recibió 18 millones de pesos por parte del Estado y nunca se emitió?
—Eso marcó un antes y un después para conocer lo que el Gobierno estaba haciendo con la cultura. Todos los que trabajamos en la novela confiábamos en el proyecto porque detrás estaban dos personajes conocidos: eran Andrea Del Boca y su padre, dos ídolos de las telenovelas. En un primer momento no teníamos idea; sí sabíamos que había financiamiento, pero no conocíamos todo lo que había detrás.
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