Será la primera mujer en conducir el histórico programa, con producción de Gustavo Sofovich, en el que la acompañarán, entre otros, Samuel Chiche Gelblung, Marcelo Polino y Flavio Mendoza
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Son días intensos para Marcela Tinayre. El miércoles pasado, Juana Viale estrenó Tráfico, un unipersonal del disruptivo dramaturgo Sergio Blanco, en el Pequeño Teatro Gran Vía y ella viajó especialmente a Madrid para alentarla, junto a su nieta Ámbar, hija de Juana. “Siempre estuve en los estrenos de mis hijos, es algo que me pone muy feliz”, comienza diciendo Tinayre, visiblemente emocionada ante el nuevo desafío de Viale.
Acaso la ansiedad que le provocó este estreno a pocas cuadras de Cibeles y de la preciosa zona de Salamanca, donde se alojó, le permitió relegar los nervios por su propio debut de este lunes, cuando se ponga el traje de conductora de Polémica en el bar, el clásico ciclo de humor, creado por Gerardo y Hugo Sofovich, que está cumpliendo sus sesenta años de vida.
Será la primera vez que una mujer oficie de anfitriona del formato que, durante sus primeras semanas en el aire, saldrá de lunes a viernes a las 23.15 por la pantalla de América. Luego, cuando Marcelo Tinelli debute con la nueva temporada de “Bailando...”, Tinayre conservará su espacio en el privilegiado prime time nocturno, pero durante los fines de semana.
-¿Cómo llegás emocionalmente a tu primer programa en Polémica en el bar?
-Con mucha calma, seguridad, me planto bien. He hecho muchos programas en América, pero -como hace siete años que estoy en Kuarzo y en Net TV- mucha gente piensa que es la primera vez que voy a hacer un ciclo en televisión abierta.
-¿Nada altera tu calma ante un lanzamiento?
-Me genera nerviosismo la gente que te comienza a dar indicaciones antes de arrancar: “Entrá por la izquierda, parate a la derecha”. Todo eso me pone mal. No me gusta que me condicionen porque no hago un personaje, siempre soy yo misma.
Tinayre condujo, entre otros ciclos, alguna temporada del envío femenino Utilísima, el magazine Las cortesanas y Posdata, un late night show en la misma señal en donde ahora se la podrá ver. Más de una vez, suplantó a Mirtha Legrand, su madre, en la cabecera de la “mesaza” y, desde hace varios años, está al frente de Las rubias, un ciclo de actualidad y entrevistas que sale por Net TV.
“Hice la trasnoche cuando nadie quería hacerla, conduje a las siete de la mañana en la TV Pública, un horario que no era buscado por los conductores. He tenido un tránsito con muy bajo perfil, pero con muchos años de trabajo y experiencia”, explica esta mujer efervescente al hablar que, durante años, vivió en París trabajando para una prestigiosa marca internacional. Tuvo cuna de familia pública, pero lejos de dormirse en esos laureles hizo un camino propio. Eso nadie se lo puede negar.
De chiquilín te miraba de afuera
“Cuando imaginé Las Rubias, pensaba en un ciclo donde todos pudieran hablar”. Aquel disparador inicial de su programa, bien puede aplicarse hoy a la dinámica del icónico bar televisivo. Polémica en el bar es una producción de Gustavo Sofovich, quien conoce como nadie la dinámica del formato cuyas últimas temporadas estuvieron a cargo de Mariano Iúdica. El año pasado, con el mismo conductor, Sofovich reflotó La noche del domingo, otro de los bastiones de la factoría de Gerardo, su padre.
“Una tarde de diciembre, llegando al estudio para hacer Las Rubias, me crucé con Martín Kweller y le dije ´me gustaría hacer la versión nocturna del programa y acompañada sólo por hombres´. Quedamos en hablar luego del verano y fue él quien me llamó y me dijo ´vas a hacer Polémica en el bar, ¿te gusta?´”.
-Obviamente, te gustó la propuesta.
-Mucho y me encanta poder trabajar con Gustavo Sofovich, quien hace cinco años que me viene buscando para hacer algo juntos. Te digo más, me gusta mucho la confianza que inspira mi presencia en la gente que sabe mucho de televisión, no nos olvidemos que se trata de un programa emblemático.
-Llamó la atención tu designación al frente de un programa donde el varón ha tenido la voz cantante.
-Me sorprende la sorpresa que causa que lo conduzca una mujer. A esta altura, me parece que ya no hay que remarcar eso. En el mundo, las mujeres estamos en roles y lugares importantísimos, organismos humanitarios, bancos, sociedades.
-Ocurre que Polémica en el bar ha sido un formato muy referencial de una cultura patriarcal. Tu presencia rompe con esa tradición que respondía a otro modelo de sociedad.
-Es cierto. A mí me envalentonó la gente en la calle, recuerdo que una señora me dijo, “Marcela, usted está acostumbrada a manejar mesas”, y tenía razón. Es como un partido de tenis, uno hace el saque y los demás te devuelven.
Marcela Tinayre quiso y supo desmarcarse cómodamente de los modos de Mirtha Legrand, un logro no menor tratándose de la conductora más tradicional y emblemática del medio. Tinayre tiene personalidad propia y rebeldía innata que nada tiene que ver con los usos y costumbres señoriales de la diva insignia: “Soy espontánea y atravieso mi trabajo con las certezas y dudas que tengo en la vida cotidiana. Soy una generación distinta a la de mamá, por momentos soy mal hablada y no tengo la historia que tiene ella guardada en su memoria. Sin dudas, tenemos un enfoque diferente de las cosas. Yo le puedo preguntar a (Horacio) Rodríguez Larreta sobre la historia de amor con su nueva novia y mamá puede retrucar con un ´a mí eso no me importa nada´”.
Alguna vez, Rolando Hanglin la bautizó como “la rebelde de los Tinayre”, cuando compartían un ciclo radial. Le cabe muy bien la definición, luego perfeccionada por su hija Juana.
-Polémica en el bar es un formato con códigos propios.
-Es cierto, pero los códigos están para romperse.
A la hora de focalizar su rol en los medios, Tinayre ha estudiado counseling: “Me interesa aplicar eso en el trabajo de la conducción, me gusta provocar emociones, sensaciones, intensificar la realidad para que el que está del otro lado quiera quedarse viendo el programa”.
-Algo no menor en una televisión tan competitiva. ¿Pensás en el rating? ¿Cuánto te importan esos números que definen la continuidad o no de un ciclo?
-América está pasando un momento fabuloso, se está logrando una movida importante, pero no pienso en el rating, no me gusta eso. A mí lo que me interesa es que, al terminar el programa, sienta que provoqué, entretuve, seduje, generé polémica, haber hecho el show business.
Polémica en el bar es una coproducción de Kuarzo, la compañía de Martín Kweller, en la que también tiene una participación accionaria Guido Kaczka. El programa tendrá una estética que romperá con el tradicional café de mostrador, mesa y puertas vaivén de madera, muy representativo de un Buenos Aires del tiempo aquel. “Olvidate de aquel bar, ahora será un lugar muy moderno que incluso tendrá una barra de tragos”.
“Voy a aprovechar el horario para convidar a mis invitados con un buen trago, como en casa, de pronto puedo ir a la barra y prepararles un gin tonic”. Está claro que la versión Tinayre de la polémica estará lejos de la idiosincrasia de “Cafetín de Buenos Aires”, el tango de Enrique Santos Discépolo y Mariano Mores que sirvió de leitmotiv al programa durante décadas y que decía aquello de “en tu mezcla milagrosa, de sabihondos y suicidas, yo aprendí filosofía, dados, timba y la poesía cruel de no pensar más en mí”.
-¿Cuál será la paleta de colores del ciclo?
-El tono me lo va a ir dando el programa. Quiero que el público sienta que entra al bar y no que está mirando a través de una pantalla. Tiraré temas y se irá armando la charla, discutiendo.
Grabó dos pilotos del programa entrenando la dinámica actual de un ciclo que nació como un sketch del recordado envío Operación Ja Ja. El juego escénico siempre estuvo basado en la discusión sobre la actualidad y el humor como tono. Entre los parroquianos que desfilaron por el bar figuran nombres ilustres como los de Juan Carlos Altavista -personificando a Minguito Tinguitella, Fidel Pintos -enarbolando su famosa “sanata” hablando mucho sin decir nada, Jorge Porcel, Rolo Puente, Carlos Carella, Javier Portales, Santiago Bal y Pablo Codevilla, entre muchos otros. Detrás del mostrador, Vicente La Russa interpretaba a “El Preso”. También la mesa, que salió al aire en todos los canales, contó con una figura emblemática como Tita Merello y la visita de personalidades como Diego Armando Maradona y Plácido Domingo.
El espacio se independizó de Operación Ja Ja en 1972 y, cuando los hermanos Gerardo y Hugo Sofovich se distanciaron, la idea quedó bajo el ala del primero, quien logró, en los ochenta, un notable suceso de audiencia llevando el programa a la cima del rating con promedios que podían tocar los sesenta puntos. Durante la década del noventa, y dada la amistad de Gerardo Sofovich con Carlos Saúl Menem, el entonces presidente también fue invitado a la mesa.
-Marcelo Tinelli es el gerente artístico de América, ¿conversaste con él?
-Hablamos, permanentemente. Es muy amoroso y cariñoso conmigo, me dijo que estará presente para acompañarme en el primer programa. La verdad que el estudio lleno de gente, me pone un poco nerviosa y máxime si entre esa gente está Tinelli.
Más allá de este estreno, Tinayre no se desprenderá de Las Rubias, ciclo que saldrá, diariamente a las 15, por la señal Kuarzo. Ambas propuestas se emitirán en vivo desde los estudios ubicados en Ravignani y Cabrera, en el barrio porteño de Palermo.
Los políticos que quieren ir y los que no...
“Habrá todo tipo de invitados, te juro que ya me escribieron nueve políticos para visitar el programa”, confiesa Tinayre.
-En un año electoral como el que transitamos, no es una presencia para despreciar.
-Es un año apasionante para pensar la actualidad, me gustaría que el programa moleste un poco. Quiero que vengan los políticos y me convenzan sobre por qué debería votarlos.
-Cristina Kirchner y Mauricio Macri declinaron competir por un mandato presidencial, pero no dejan de ser nombres influyentes de la realidad política nacional. ¿Los invitarías?
-Me encantaría, pero no sé si aceptarían. El que tampoco sé si vendría es Javier Milei.
Tinayre recuerda un encontronazo vivido en su programa Las Rubias en el inicio de la temporada 2019. En aquella emisión, Milei y Sol Pérez discutieron fuertemente. Pérez se molestó ante el aval del político a algunas declaraciones que se habían vertido en las redes y que la afectaban.
-¿Cómo ves al país?
-Noto a la gente triste, pero no lo puede manifestar porque está cansada de estar así. Me angustia mucho percibir un desenamoramiento por el país.
Los compañeros de mesa
El elenco de Polémica en el bar será rotativo. Flavio Mendoza, Gabriel Schultz, Marcelo Polino, Claudio Zuchovicki y Chiche Gelblung, un histórico del ciclo, irán ocupando las mesas del show.
-La mitología popular dice que, décadas atrás, hubo un escarceo entre Gelblung y vos, romance no muy aceptado tanto por Mirtha como por tu padre.
-Soy amiga de Chiche, no me puedo casar con todos los problemas de la familia, en eso somos muy individuales. Con Chiche hemos perdido gente querida por los dos y eso te une mucho. Lo quiero mucho y es un gran periodista.
-¿Fueron pareja?
-En el piloto que grabamos, hablamos sobre eso y nos propusimos preservar la fantasía.
Marcela Tinayre estuvo casada con Ignacio Viale, padre de sus hijos Nacho y Juana. Su segundo esposo fue Marcos Gastaldi y fruto de esa relación nació Rocco. En el 2020, Gastaldi falleció, luego de transitar una cruel enfermedad.
-¿Te volverías a enamorar o esas cuestiones están cerradas para vos?
-¿Por qué no? No solo hay que abrir el corazón, sino que hay que prepararlo. Por algo, alguien se va de este plano y otro se queda en la tierra. Me gusta vivir y disfrutar este tiempo de oro que me toca transitar. Seducir, en un sentido amplio, es algo que aplico constantemente, incluso en el trabajo. Veremos si llega un amor, la vida me tiene que sorprender, pero uno tiene que salir de los estereotipos y dejar que eso ocurra.
-¿Cómo vivís el paso del tiempo?
-Lo transito lo mejor que puedo, aprovechando cada día. No estoy atada a los años, soy una disfrutadora de la vida, de los buenos momentos y de los amigos y la familia, no estoy pendiente del paso del tiempo, para nada.
Atrevida
-Más allá de ser una mujer que ha hecho un culto de la independencia y el propio criterio, cuando te llega una propuesta laboral y antes de tomar una decisión, ¿a quién le pedís una opinión?
-Con el primero que charlo es con Nacho (Viale).
-¿Cómo reaccionó ante la propuesta de conducir Polémica en el bar?
-Inmediatamente me dijo que era un gran proyecto y, por supuesto, también se lo conté a mamá.
-¿Cómo reaccionó?
-Mamá me dijo que no se hubiera animado a hacerlo.
-¿Cómo está de salud Mirtha? ¿Regresará a la televisión?
-Luego que le pusieron el marcapasos, yo digo que anda en patineta turbo, está muy bien, fantástica. No sé mucho sobre su vuelta, pero sí te puedo decir que ella está deseando volver a trabajar. Sigue saliendo, va al teatro, me pone muy contenta que esté con tantas pilas. Me escribe a cada rato y me dice: “Están pasando tu promoción en Polémica”.
-Tenías un proyecto televisivo en torno al perdón que iba a producir Nacho Viale.
-¿Cómo te acordás de eso?
-Es una gran idea.
-Alguna vez en la vida, todos tuvimos que pedir perdón, ya sea por algo grave o no tanto. Nadie está libre de eso. Algún día concretaremos esa idea, ahora estoy abocada a Polémica...
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