Marcela Kloosterboer recordó el buen gesto de Nicolás Cabré cuando debían protagonizar una escena de sexo
La actriz repasó las buenas y malas experiencias que vivió al comienzo de su carrera, resaltó una actitud de su colega y explicó, también, la extraña razón por el que su personaje de Verano del ‘98 terminó siendo monja
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Marcela Kloosterboer forma parte de ese selecto grupo de celebridades que no suele tener una respuesta políticamente correcta para cada consulta. Siempre frontal y sin rodeos, esta vez la actriz brindó una entrevista a LAM en la que repasó las buenas y malas experiencias que atravesó en sus primeros años de carrera y recordó una anécdota que incluyó a Nicolás Cabré y que grafica el marcado machismo que imperaba, aún más que ahora, en los medios.
“Haber empezado siendo tan chica no fue sencillo, pero yo siento que siempre estuve muy contenida tanto por mi familia como con la gente con la que trabajaba, dentro del estudio. Para mí era un lugar de disfrute total”, indicó, sobre sus primeros trabajos en Amigovios, Dibu, Verano del ‘98 y Son Amores. Sin embargo, agregó: “De todos modos, sí hubo situaciones en las que tuve que poner límites y decir: ‘Esto no lo quiero hacer’. No es fácil, pero de alguna manera creo que eso fue moldeando mi personalidad”.
“A los 12, 13, 15 años decir: ‘Esta escena no me gusta y no la quiero hacer así’, no era fácil. Pero siento que gracias a eso no me arrepiento hoy en día de cosas que haya hecho porque siempre fui bastante fiel a mí misma y a lo que quería o no quería hacer. Sí he pasado calores de decir: ‘Uy, tengo que ir a hablar con el productor o el director para decirles ‘esto no me gusta’, pero siempre seguí mi instinto”, explicó.
“A pesar de que yo misma encaraba el problema, sentía que tenía todo el apoyo de mi familia, y eso era superimportante. Y hoy, siendo mamá, les doy ese apoyo a mis hijos con mucha conciencia, porque es importante darte vuelta y saber que tenés atrás a alguien que te dice: ‘Andá tranquila que, cualquier cosa, voy yo’. Eso te da una gran confianza en vos mismo, sentís que podés hablar con cualquiera, con respeto, aunque vos tengas 15 años y el productor 50″, indicó.
Cuando le preguntaron qué tipo de escenas eran las que se negaba a grabar, Kloosterboer no se anduvo con rodeos: “A mí siempre me resultó incómodo sacarme la ropa, las escenas de sexo”. Y, luego, rememoró aquel episodio junto a Cabré: “Yo recién entraba en Polka y él ya estaba trabajando allí hacía un tiempo. Teníamos que hacer una escena de la primera vez, con toda la frotación esa que a mí me incomodaba bastante”.
“Hablé con el director, y Nico saltó y le dijo: ‘Che, yo no la quiero hacer así, tampoco. Hagámosla de otra forma, porque así, no’. Y yo pensé: ‘¡Ay! ¡Gracias, Nico! ¡Me salvaste!’. Y fue un gran compañero. Yo tenía 16 años, era chica. Es algo que estuvo bueno; me sentí apoyada. Una vez lo conté en una nota, y Nico me agradeció, y la verdad es que no tenía que agradecerme, porque él tuvo un gesto que fue buenísimo”, recordó. La escena en cuestión formaba parte del guion de Ilusiones compartidas, la telenovela protagonizada por ellos junto a Oscar Martínez, Patricia Palmer, Julieta Díaz, Patricio Contreras, Mercedes Funes y Catherine Fulop en 2000.
Luego, reflexionó al respecto: “Esa situación es un ejemplo del machismo que hay dentro del medio y de la sociedad. Si una mujer dice que algo la incomoda, le insisten, y si lo dice un hombre, lo aceptan y no se discute más. A nosotras siempre nos quieren convencer. ‘Dale, mostrá un poquito más’. Y es incómodo. Obviamente, en ese momento no estaba planteado todo este tema del machismo y del lugar que ocupa la mujer; no éramos conscientes”.
Esa no fue la única vez que se negó a realizar escenas. Antes de que ocurriera ese episodio, mientras interpretaba a Josefina en Verano del ‘98 sus constantes planteos llevaron a la producción a tomar una decisión drástica. “Es que no aceptaba una respuesta negativa. De hecho, en un momento en Verano... me pusieron de monja porque no quería hacer esto, no quería hacer lo otro”, recordó, entre risas.
“Le agradezco al productor, igual. Gustavo Marra entendió que tenía 14 años. Yo era muy alta, pero era chica. Entonces, por ahí el personaje requería algunas escenas que yo no quería hacer y me terminaron poniendo de monja. Recuerdo esos momentos y le doy una palmadita en la espalda a esa adolescente que pudo decir que no”, finalizó.
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