"Yo quiero que me respeten por lo que soy y porque yo quiero, no por ser 'la hermana de' o 'la novia de', ¿entendés? Cuidame al lado, no adelante", le dice Francesca Moretti ( Malena Sánchez ) a su novio Toro (Ruggero Pasquarelli), cuando él la defiende en una pelea que ella podría haber resuelto por sí misma. Así, en unas pocas palabras, los guionistas Leandro Calderone y Carolina Aguirre definieron a uno de los personajes femeninos más atractivos de Argentina, tierra de amor y venganza , la ficción de eltrece que pisa fuerte en el prime time.
Sin embargo, a pesar de la calidad de los textos, esa secuencia no hubiese funcionado sin una actriz como Sánchez al mando. La intérprete, que exuda una naturalidad que merece ser destacada, brilló el año pasado en el film El Potro, lo mejor del amor, de Lorena Muñoz –donde personificó a la exmujer de Rodrigo Bueno, Patricia Pacheco, con una mezcla de vulnerabilidad y fortaleza que podríamos trasladar a Francesca–, y que formó parte de largometrajes como De martes a martes, Arrebato y Re loca. También se luce en una narrativa que se comunica con el movimiento feminista actual desde una época –la década del 30– en la cual las mujeres carecían de derechos.
"No puedo dejar de hablar de feminismo, porque es algo que me interpela constantemente", expresa Sánchez, quien pone mucho de sí misma en esa joven intempestiva que le exige a su hermano Aldo (Gonzalo Heredia) ser integrada a la banda que comanda, para cumplir un rol combativo, para accionar contra las mafias, y pelear por una sociedad más justa con –como ella dice– el hombre "al lado y no adelante".
En diálogo con LA NACION, la actriz, a quien también pudimos ver en la excelente ficción Cuéntame cómo pasó, detalla los motivos por los cuales conecta en profundidad con su papel, alude a la importancia de que las tiras no eviten tópicos incómodos, y asevera que si Francesca viviera en la actualidad formaría parte de esa "marea verde" que pelea por la despenalización del aborto.
–¿Cómo llegaste a la ficción? ¿Siempre estuvo planteado que interpretaras a Francesca?
–Entré por casting a la tira, primero para el personaje de Lucía [Morel, el cual terminó interpretando Delfina Chaves ], y cuando me reuní con la producción me dijeron que había quedado, pero para el papel de Francesca. Me contaron un poco del personaje y apenas me hablaron de ella me enamoré, desde el minuto cero. Cuando me mandaron los libros la leí, y me atrapó mucho, me parecía muy lindo interpretarla. Eso me encantó, como también los compañeros de lujo que iba a tener –algo que ahora puedo corroborar en la experiencia-, el contar una historia de época, trabajar en una ficción desde el principio, que era algo que nunca había hecho...sumado a que el personaje era hermoso.
–¿En qué te reconocés en Francesca?
-Francesca y yo nos parecemos en esto de lo combativo, en poder ocupar el lugar que queremos y no el lugar que nos designan. Ella obviamente tiene muchos más ovarios que yo, primero por la época. Yo ahora estoy acompañada, somos una marea verde que lucha por los derechos de la mujer, y ella es una adelantada, alguien que tiene en claro sus ideales. Coincidimos en eso de hacernos respetar, de hacernos valer, en mostrarles a los varones que podemos solas, que no los necesitamos sino que los elegimos en determinadas situaciones, pero que en otras no. También nos parecemos en que vamos de frente y en la sensibilidad. Francesca es muy sensible, es una mujer que se permite amar de verdad, que es algo que muy poca gente hace; es una persona que ama muy fuerte, como por ejemplo a su hermana [Anna, interpretada por Candela Vetrano ], y a Toro, con quien tuvo un amor que era muy sincero. Ambas vamos para adelante con nuestros principios.
Francesca y yo nos parecemos en esto de lo combativo, en poder ocupar el lugar que queremos y no el lugar que nos designan
Por eso desde el primer minuto sentí cosas por Francesca. Pensaba "la amo, se la banca mucho más que yo". No puedo creer que es la primera vez que me pasa que leo un guion y el personaje que interpreto es el que más me gusta; entonces es hermoso ir a grabar, te dan mas ganas, y a ella ya la querés desde el libro, por cómo está escrita por Leandro y Carolina.
–¿Solés verte en las escenas a posteriori?
–Lo que más hice siempre fue cine, así que suelo verme en los estrenos, son más fáciles de ver. Y la tira cuando puedo también la miro, no todos los días, solo cuando me junto con amigos, porque no tengo tele. Soy de chequear lo que hago, me parece que nos ayuda un montón para entender qué estamos haciendo. Uno a veces tiene una percepción desde adentro y después, viéndose, percibe otra cosa. Me pasó de ver escenas que no me gustaron, o de otras que pensé que no me iban a gustar, y que finalmente sí. No soy de castigarme con eso, me cuesta un poco con la tira diaria porque te exponés un poco más, y quizá filmás una escena solo una vez, mientras que en otros casos te cansás de hacerla, y acá tenés una sola oportunidad, a pesar de que nos dan revancha para poder decir "esto lo hice mal, pero la próxima la rompo", entonces vas nivelando. Lo que hacés es soltar un montón, porque si te quedás con una escena no podés avanzar, es un viaje de ida.
–¿Hubo una escena con la que quedaste particularmente conforme?
–Me cuesta pensar en una, pero todo lo de Toro [el prometido de Francesca, quien es asesinado el día de su casamiento] fue difícil, porque no tengo un ejemplo en mi vida como para acercarme a la idea de lo que me puede suceder si yo pierdo a mi novio. Es una situación muy extrema. Es muy difícil acercarse a eso, sobre todo con los tiempos de la televisión, pero por suerte somos un grupo que se acompaña mucho, nos miramos a los ojos y nos conectamos. Es muy fuerte eso que nos pasa, y así es más fácil llegar a una emoción. Con "Rugge" nos llevamos bárbaro, entonces lo miraba y pensaba que no iba a grabar más con él, y me puse mal. Uno se va adaptando. En una escena lloré por Toro, en otra porque Rugge se iba. Uno va encontrando la emoción en diferentes lugares, pero en la mirada de mis compañeros resuelvo mucho, nos llevamos bien, hay confianza. Los directores negocian el tiempo que necesitamos para una escena que es más complicada, y en las escenas de Toro estaba puesto todo mi miedo como actriz, porque si salían mal, se iba a notar, pero por suerte las disfruté mucho.
–La ficción aborda temáticas complejas como la trata de personas, la violencia de género, y muchas otras que dialogan con la actual coyuntura. ¿Solés debatir con las mujeres del elenco sobre esos tópicos?
–Es un tema que nos está interpelando a todos, que todos tenemos en la cabeza todo el tiempo. A mí me pasa que no puedo no hablar de feminismo cada vez que me junto con alguien, es inevitable. Lo hablamos con mis compañeras todo el tiempo, sí. Yo noto cosas que digo o que dice alguien y pienso: 'no, esto no lo podemos seguir diciendo', es un ejercicio muy grande deconstruirnos, no es solo la teoría, lo que debería ser; es llevarlo a la práctica, es incómodo para "todes". Es algo que interpela mi día a día, y que también está en la filmación de la novela, no lo puedo separar. Me parece interesante que las producciones, con sus miedos y limitaciones, puedan acompañar todo eso, que también está en manos de los autores. No podés no hablar hoy del rol de la mujer, entonces me parece muy inteligente haber generado tres heroínas: la Polaca [la China Suárez], que se rebela en el burdel; Lucía, que lo hace con la clase alta, y Francesca, que es quien toma las armas. Es importante que las historias cuenten más lo que le pasa a la mujer, también por el tema del cupo laboral. Yo veo a mi alrededor y son todos varones. Vos mencionabas la red de trata, y es un negocio muy grande, como el narcotráfico. Esos temas se tocan en la novela, lo que sucede es que en la ficción todo tiene que terminar bien, pero la realidad es que ningún político va a terminar con eso, le conviene al sistema que sigan funcionando.
–Retomando lo que mencionás de las heroínas, las mujeres no son unidimensionales, hay muchos personajes víctimas de un sistema, o que tienen una cuota de machismo incorporada, como el caso de Ivonne [Andrea Frigerio] y de Anna, respectivamente.
–Sí, eso que vos decís es muy lindo que los autores lo hagan, todos tienen sus contradicciones. No es que este es "el malo" y punto, o el "bueno" y punto; incluso Francesca, con lo que le sucede con el personaje de Bruno [Albert Baró], con quien se empieza a confundir, cuando ella en general tiene las cosas mucho más claras. Eso es muy inteligente, que cuenten cómo todos tenemos un Talón de Aquiles.
–¿Cuánto ayuda el vestuario a la hora de componer a Francesca? Es una de las pocas mujeres en usar pantalón, es quien no se ajusta al preconcepto de qué es lo femenino.
–Ayuda un montón, todo nos ayuda. El vestuario cuenta mucho, el arte cuenta mucho. Para mí eso es trabajar en equipo, te metés en un mundo, y aunque no lo identifiquemos en la vorágine de la filmación, esos detalles se terminan notando. El vestuario de Francesca es hermoso, yo me quiero quedar con todo. Recibo halagos que le pertenecen a la gente de vestuario.
–¿Qué deseás que pase con Francesca en la historia?
–Lo que quiero que pase con Francesca y con todas las mujeres que ponemos el cuerpo y que salimos a la calle a luchar por los derechos, es justicia. Les deseo una justicia más social, porque no espero tanto de la justicia real, menos ahora con el panorama del actual gobierno. Si Francesca viviese en la Argentina de esta época, lucharía por la despenalización del aborto. Me encantaría que ella pueda lograr mantenerse firme, fuerte, con sus ideales, y que no se la coma el sistema machista y capitalista. Me gustaría que pudiese vivir en un mundo paralelo, porque yo sé lo que va a pasar en los años siguientes. Porque las mujeres fueron calladas, callaron a quienes se corrieron del lugar cómodo, en ese mundo en el cual los hombres se llenaron de privilegios, y las mujeres solo estaban para la maternidad. Le deseo mucha fuerza, un amor sincero, libre, no con los mandatos de la sociedad que están implícitos. Le deseo que encuentre lo que la haga feliz en la vida...¡qué cursi me puse! Lo que pasa es que el feminismo me interpela mucho.
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