Malena, de Survivor: el mal momento que la llevó al reality, el error que la dejó afuera y los impresionantes cambios físicos que sufrió
Entró al reality para escapar de una realidad que la oprimía y la pasó muy bien a pesar del hambre, el frío y las picaduras de insectos
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Malena Kerschen es la nueva eliminada de Survivor, Expedición Robinson, porque una mala jugada que no imaginaba la dejó afuera del reality extremo de Telefe. Diseñadora de indumentaria y licenciada en comunicación social, se anotó en el programa para cambiar de aire y escapar de una realidad personal y laboral que la agobiaban. La experiencia le sirvió y hoy Malena está plantada de otra manera. En una charla con LA NACIÓN detalla los cambios físicos que sufrió, las adaptaciones a las que se acostumbró y las estrategias con las que jugó.
-¿Por qué quedaste afuera?
-Fue una jugada que salió mal. Cambiamos los votos a último momento porque la estrategia que teníamos inicialmente de dividir era la correcta, por si llegaban a jugar el ídolo de inmunidad. Y tuvimos la mala suerte de que lo jugaran por Baltazar, la persona correcta, y que encima abortáramos la opción de dividir votos. Únicamente por tres votos terminé yéndome.
-¿Qué sentiste?
-Un dolor terrible. No me la esperaba, éramos mayoría así que fue un baldazo de agua fría. Estaba para seguir más, super adaptada, comprometida con el juego y metida física y mentalmente al cien por ciento. Fue re triste tener que irme.
-Estuviste 45 días en la isla, ¿ya no molestaban el hambre, la lluvia y las picaduras de insectos?
-Al principio todo fue muy duro y después me adapté y fue impresionante. Seguía teniendo hambre, pero aprendí a vivir con eso. Me picaba todo el cuerpo, pero no tenía la necesidad de irme a un hotel. Los primeros días dormía sobre un charco porque llovía muchísimo, temblaba todo el día, y después no me importaba que me lloviera en la cara y me dormía sin problema. Muy loca la adaptación. Y fueron increíbles los cambios físicos que tuve.
-¿De qué cambios físicos hablás?
-Estaba muy flaca, debo haber salido pesando 43 kilos cuando mi peso normal es 51. No lo sé exactamente porque comí desaforadamente durante dos días, de sol a sol. No tuve menstruación durante cinco meses, pero además empezaron a salirme pelos en todo el cuerpo; mucho pelo en la cara y en los brazos que nunca tuve. Una médica me dijo que es el instinto de supervivencia y cuando estás desnutrida en indefensa tu cuerpo saca pelo para abrigarte y protegerte. Fue impresionante.
-¿Qué fue lo primero que comiste al salir?
-Un arroz con pescado que me dieron; era un plato abundante y me quedé corta. Fui a comprar helado y después papas fritas. Y al día siguiente lo mismo y mezclaba dulce y salado.
-Nunca más un coco ni un mango en tu vida….
-Seguí con eso también. Había un árbol de mangos en el hotel y le decía sí a todo; no discriminaba nada (risas). Los primeros días en la isla el coco me parecía horroroso, porque masticás y masticás y lo no podés tragar nunca. Lo sufrí porque era como comer cartón y después me pareció delicioso, y cuando salí del reality pedía coco, era como una adicción. Hoy ya no como coco, pero cuando veo los programas digo “ay, ¡cómo me comería un coco!” (risas).
-No sobresaliste en los juegos físicos, pero sí en el juego social y en las estrategias. Muchos dijeron que sos manipuladora, ¿cómo lo viviste?
-Físicamente era un desastre y fue lo que más padecí. Si me dabas a elegir dormir bajo la lluvia o ir a una competencia, claramente elegía lo primero. Sufrí las competencias porque no me daba el cuerpo para tanto esfuerzo. Entonces mi juego era lo social, pero no manipular y nada más porque mis vínculos eran genuinos. Yo prometí fidelidad y la cumplí, y mi juego fue por afinidad y diversión. A diferencia del campamento sur, en el norte nos reíamos mucho y la pasábamos bien; éramos amigos en un viaje de egresados. No había luchas de poder como en el otro, donde las mujeres no tenían ni voz ni voto. Votábamos a los que se querían ir y no hubo traición hasta el final, pero porque es un juego. Tuvimos una convivencia divina.
-¿Y la unificación?
-Me pareció terrorífica. Era como volver a empezar. Tarzán se creía el chamán de la selva y era insoportable (risas). Quería sacármelos de encima a todos; tenía necesidad de que se evaporen (risas). Fue complicado porque no había feeling, y ellos eran mayoría.
-¿Quién creés que tiene más chances para ganar?
-Veo muy bien a Mauro que entiende el juego, sabe de estrategia, pero su problema es que está muy expuesto en este momento. Y la que no es amenaza para nadie y pasa desapercibida y por eso también la veo bien, es Aixa. Pero está dentro de la minoría y en peligro.
-¿Qué balance hacés de tu estadía en el reality?
-Fue una experiencia que yo necesitaba en ese momento. Venía de un momento personal muy difícil, con mi papá con cáncer, el lugar en el que estaba trabajando cerró y me sentía desamparada en todos los ámbitos de mi vida. Tenía que buscar otro trabajo, estaba muy cansada y de pronto vi este casting para viajar a Colombia, desafiar tus límites y no sé por qué, sentí que lo necesitaba; viajar, escapar, desconectar de mi realidad. Me pareció grandioso, me anoté, me llamaron a la semana y al mes ya estaba viajando. Veía a los chicos llorar porque extrañaban y querían irse, peleaban por quién abandonaba, pedían que los votemos y yo no sentía eso. Al lado de lo que me venía sucediendo en los últimos meses, pasar hambre o tener picaduras era nada. Me vino muy bien Survivor.
-¿Cómo está tu papá?
-Ahora está internado. Es un día a la vez. Cuando viajé él estaba estable, fuera de peligro después de una operación y me pude ir tranquila.
-¿Y cómo siguió tu vida?
-Volví a vivir con mi familia, a toda honra (risas). Y me gustaría trabajar con mis redes y en comunicación social, porque eso estudié artes que diseño de indumentaria. Todos estos años me dediqué a la moda, hice ropa, vendí ropa y ahora quiero cambiar y focalizarme en comunicación y medios. Esta experiencia me ayudó a valorar las pequeñas cosas cotidianas. En la isla no teníamos nada y aun así se podía vivir y compartíamos momentos re lindos y conectábamos a pesar de las condiciones horribles que pasamos.
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