Malcolm McDowell, sobre los 50 años de La naranja mecánica: “Estoy harto de ella”
El actor británico, quien encarnó a Alex DeLarge en el film de Stanley Kubrick, asegura que cuando muera, su necrológica estará dedicada a él: “Le he hecho mi homenaje, hay que seguir”
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Malcolm McDowell volvió a referirse al papel que lo llevó al estrellato: el de Alex DeLarge. En diálogo con la agencia EFE, el protagonista de La naranja mecánica, de 78 años, reflexiona sobre la lectura que se hace del film en la actualidad, habla sobre el placer de haber trabajado al mando de Stanley Kubrick y confiesa que tiene una relación contradictoria con respecto a ese rol, extremadamente orgulloso y harto al mismo tiempo. “Tengo la sensación de que ha envejecido extremadamente bien, porque era bastante futurista”, dice sobre la película y cuando le preguntan sobre la razón por la que no la ha vuelto a ver, contesta: “Porque estoy harto de ella. Llevo con ella 50 años, le he hecho mi homenaje, he dado las gracias, es suficiente ya. Hay que seguir”.
No conforme con este frase, el actor continua explicando las razones de su contradicción: “Por un lado estoy extremadamente orgulloso. Sé que cuando llegue el momento de hacer mi obituario todo tendrá que ver con esa maldita película”. Y suma: “Pero fue emocionante hacerla, trabajar con Kubrick, para un joven actor tener acceso a ese niño maravilla que él era. Fue un niño prodigio, un gran maestro del ajedrez. Nunca quise jugar al ajedrez con él, aunque sí al ping pong: le ganaba, y me encantaba”.
En plena promoción del documental La naranja prohibida, de Pedro González Bermúdez, que relata cómo fue el estreno de la película en España, el actor contó cómo fue que llegó al ojo de Kubrick. “Me vio en la película If....(1968), de Lindsay Anderson y le gustó mucho lo que vio, no sé si fue mi actitud punk. Cuando le pregunté que por qué me eligió, lo pensó y me dijo: ‘Porque podés ofrecer inteligencia en la pantalla’. Y yo le respondí ‘¿eso no lo hacen muchos actores?’ y me dijo ‘no’”, recuerda. Y agrega: “Cuando la hice [a la película] era joven y por supuesto me sentía indestructible, sin miedo. Simplemente hacés las cosas, no pensás sobre ello. Y luego la gente dice ‘Dios mío, esto es brillante’, pero es que no hay otra opción, no es que hayas hecho algo increíble, es que eres joven y seguro de ti mismo”.
Además, McDowell reflexiona sobre la mirada actual sobre el film: “Creo que ahora la audiencia responde más al contenido político de la película, al gobierno como Gran Hermano controlando a sus ciudadanos, con esas terapias terribles. La han experimentado en algunas cárceles norteamericanas en los 50, aunque creo que no tuvo mucho éxito, de otro modo la seguirían usando”.
Sobre como fue la construcción de ese personaje, el actor cuenta: “Realmente no lo sé. Un gran amigo director, Lindsay Anderson, me dijo que había una escena en If...., cuando abro la puerta y sé que unos hombres me van a pegar una paliza, en la que les miro y sonrío. Y me dijo: ‘Así es como actúas’. Fue una dirección brillante, porque es solo una manera de mirar. Luego se me olvidó durante años y después me di cuenta de que era él quien me había dado esa indicación correcta desde el primer día”.
Más allá de haber sido un film bastante complicado para él, hace poco confesó que casi pierde la visión, a raíz de la escena en la que un aparato le sostenía los párpados para que no pueda cerrarlos, el actor no siente que el film lo haya modificado como persona. “Como actor usás lo máximo de tu persona, porque la película penetra en tu alma a través de los ojos, así que siempre tenés que estar diciendo la verdad. Si podés usar una verdad propia que tenés y adaptarla, es una especie de atajo. Pero no hay que repetir eso, debes tener cuidado”, dice.
Por último, repasa la carrera de Kubrick y cuenta sus preferencia. “Por supuesto si me pregunta cuál es mi película favorita de Kubrick, sería idiota si dijera 2001: odisea del espacio. Pero adoro 2001. Adoro `Teléfono rojo, volamos hacia Moscú´. Y con los años aprecié de verdad Lolita. Puedo admirar partes de El resplandor y la primera mitad de Nacido para matar, que es brillante, muestra genuina del genio de Kubrick, aunque la segunda es una película convencional de guerra”.
La naranja mecánica está disponible en HBO Max.
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