Mala predisposición, insultos y bromas de mal gusto: cinco entrevistas de TV que terminaron de la peor manera
Una serie de preguntas desafortunadas, el exceso de confianza y el abuso de humoradas hicieron desbarrancar a varios reportajes de TV y generaron incomodidad tanto en los involucrados como en los televidentes
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Gabriel García Márquez lo explicó muy bien: “El género de la entrevista abandonó hace mucho tiempo los predios rigurosos del periodismo para internarse con patente de corso en los manglares de la ficción. Lo malo es que la mayoría de los entrevistadores lo ignoran, y muchos entrevistados cándidos todavía no lo saben”. En el último tiempo, los ejemplos de entrevistas malogradas sobran, y quizá por una cuestión de tiempos y de climas, la televisión se convirtió en la plataforma que más ejemplos ofrece.
Una pregunta mal formulada, el exceso de confianza, bromas de cuestionable gusto.... Son muchos los disparadores que pueden terminar descarrilando una entrevista. Y aunque no siempre el entrevistador es el culpable, en la mayoría de los casos, una vez que la magia se rompe, no hay mucho que se pueda hacer para remediarlo. A modo de muestra, van cinco ejemplos que quedaron impresos en la memoria de los argentinos.
“Te está haciendo mal”
Habían trabajado juntos, a finales de los años 90, en Montaña Rusa, Segunda Vuelta. Pero, evidentemente, la confianza que creían tener el uno con el otro estaba bastante desbalanceada. Mientras conducía el ciclo Resumen de los medios (América), Mariana Fabbiani intentó entrevistar a Matías Santoianni, pero el resultado del encuentro televisivo fue bastante bochornoso.
La conductora acababa de separarse de su primer marido, Gastón Portal, quien, además, era productor del programa. Esa situación, dolorosa seguramente para Fabbiani, se convirtió en una especie de chascarrillo constante de su entrevistado a la hora de responder. “¿Quién dejó a quien?”, disparó, primero, Santoianni, ante la incomodidad de la conductora, que solo atinó a reírse. “¿Quién está haciendo el duelo peor?”, reforzó el actor. Y entonces, Fabbiani le advirtió: “No te hagas el canchero. Te lo aviso ahora y la dejamos pasar”.
La advertencia, no sirvió de nada, y aquella entrevista se convirtió en uno de los momentos más tensos de la historia de la televisión.
Mariana Fabbiani, la conductora, el entrevistado Matias Santoianni, ella estaba recién separada del productor televisivo Gastón Portal, hijo de Raúl Portal, después de haber estado 8 años de novios, se casaron en un fiesta imponente y a los dos años de la ceremonia, se separaron pic.twitter.com/aVhnpFRJ2l
— ꧁𝑽𝒊𝒕𝒐꧂ ✌ (@donvito_sputnik) March 16, 2024
¿Con la peor de las ondas?
En 2005, Alejandro Dolina fue a presentar su libro El bar del infierno al programa La mirada de los otros, que Juan Miceli conducía por la Televisión Pública. Y fue allí que ocurrió algo curioso: el entrevistado, que hizo del uso del lenguaje y del discurso una marca personal, de repente se convirtió en un ser lacónico e inexpresivo. Lo que ocurrió en esa charla, que se repitió luego en los programas de archivo hasta el cansancio, no está del todo claro, pero lo que sí quedó en evidencia es que cuando el conductor y su entrevistado no están conectados, es muy difícil llegar a buen puerto.
“Alejandro, ¿dónde vivís?”. La primera pregunta de Miceli sorprendió a Dolina, que de todos modos respondió con las palabras justas y sin ofuscarse. “Vivo en Núñez”. Las siguientes intervenciones de Miceli siguieron por el mismo camino: intentar conocer aspectos desconocidos de la vida cotidiana del hombre de radio. Sin embargo, la reacción del entrevistado no fue la esperada.
Un extracto de esa primera parte de la conversación también fue replicada por programas de archivo y comenzó a formar parte de compilados de las entrevistas más malogradas. Frente a esta situación, Dolina hizo tiempo después su propio descargo: “Él me pregunta algunas cosas y la respuesta es no. Fueron algunos ‘no’ seguidos, y otros que agregaron -los programas de resúmenes de medios- y después de eso hay una entrevista interesante. Pero a esa gente le interesa esa clase de pintoresquismo. Ciertamente, yo para ellos soy un pésimo entrevistado... Y me alegro, porque lo terrible es cuando le empezás a gustar a esa clase de simios. Ya estoy harto de eso, no resulta enojoso cuando lo ponen como una cosa curiosa, pero no sé por qué les causa gracia después de diez veces de mostrarlo”.
En otra entrevista, el conductor y escritor indicó al respecto: “Cuando a mí me preguntan por los muebles de mi casa, quiero salir de esa pregunta, porque por ahí se vienen 20 minutos hablando sobre eso, de sillas provenzales, o de mesas o de taburetes. ¿Qué es eso? Creo que cuando a alguien le hacen una pregunta como esa, o “¿Cuáles son sus miedos?”.. ¡Qué se yo! ¡Déjense de embromar! ¿No hay otra cosa?”
“Me parecés un espanto”
Oriana Junco -por ese entonces todavía llamada Oggi- fue como invitada al magazine Va por vos, que conducía Federica Pais por la pantalla de eltrece. La idea de la nota era que la relacionista pública contara cómo se llevaba con su cuerpo tras haber adelgazado varios kilos y junto a ella se encontraba el médico con el que había comenzado el tratamiento, Alberto Cormillot.
Pero en medio de la entrevista, la conductora presentó un extenso tape en el que Guido Süller le dedicaba unas palabras a la agasajada y ahí todo se desbarrancó. La pantalla mostraba, en plano dividido, la reacción de Oriana ante los insultos del mediático, que terminó acusándola de tomar mucho alcohol y “felicitándola” por su cumpleaños. Si bien durante todo el tiempo se vio a Junco manteniendo una media sonrisa, al volver al piso, el clima se volvió irrespirable.
Pais quiso hacer como si nada hubiese ocurrido. “Pará, ¿cumplís años mañana?”, preguntó. Y Oriana, entonces, se despachó a gusto: “Sí, cumplo años mañana. Y, ¿sabés qué? Me parecés un horror. Vos y toda tu producción. Me parece una falta de respeto hacia el doctor Cormillot haber puesto esta nota de este ser inmundo al aire. Realmente, Federica, me parecés un espanto. Toda tu producción y vos”.
“Yo no estaba al tanto, pero la idea era tomarlo desde el lado del humor”, se justificó la conductora. “Yo no me puedo tomar con humor que me digan borracho. Si yo te digo borracha a vos, o drogadicta, ¿qué me vas a decir?”, retrucó la entrevistada, dando por terminada la charla.
“Quiero que me respetes”
Mariana Antoniale se hizo conocida como “La niña Loly”, el nombre del personaje que interpretó en la obra de Gerardo Sofovich El champán las pone mimosas. Con el tiempo, a pesar de sus intentos por que la llamen en los medios por su propio nombre, aquel seudónimo siguió acompañandola y, también, se convirtió en motivo de burla.
Al momento de presentarla en AM, Leo Montero quiso hacerse el gracioso y cambió algunas letras del apodo, dándole una connotación que, por supuesto, no le cayó nada bien a la entrevistada. Por eso, ni lerda ni perezosa, Antoniale comenzó la conversación poniéndole los puntos. “A mí me duele y quiero que le expliques a mi familia por qué me tratás de troli. No me va”, señaló.
La reacción del conductor hoy bien valdría una cancelación. “Es un chiste”, respondió. Pero, claramente, la exnovia de Jorge Rial no se lo tomó en broma. “En serio, te pido que me respetes porque yo a vos jamás te falté el respeto”, disparó. “Pero si no nos conocemos”, intentó justificarse el animador cordobés. “¡Por eso! Entonces, vos no tenés por qué tratarme (así)... Ni vos ni nadie”, explicó Antoniale. Pero no había caso, Montero no estaba dispuesto a admitir su error. “Pero es el chiste de Loli/ Troli, te jodíamos con eso”, intentó, una vez más, justificarse. “Te pido disculpas si te molestó, pero no llores. No tengo nada en contra de vos. No te conozco”, insistió. Entre lágrimas, la entrevistada señaló: “Es algo que no te puede causar gracia”.
A la discusión se sumó Verónica Lozano, en defensa de su entonces coequiper. “Es una humorada. Lo usan mucho en otros programas, como Zapping”. Y Montero continuó: “Da para llorar por cosas más importantes que han dicho sobre vos. Quiero que entiendas que es una humorada. No tengo nada que explicarte porque no te conozco”. Loli, sin embargo, no se achicó: “Me pongo nerviosa, pero tengo la oportunidad de decírtelo en la cara. Quiero que me respetes porque yo jamás le falto el respeto a nadie. Ni a vos ni a nadie”.
“¿Te parece una agresión?”
Algo parecido ocurrió entre una casi desconocida Mariana Brey y Florencia Peña. En un móvil de Bien de Verano (BDV), el programa que se emitía por la señal de cable Magazine, Ángel de Brito estaba entrevistando en la alfombra roja de un evento a Andrea Rincón, que ese año participaba de “Bailando por un sueño” amadrinada por Moria Casán. En medio de la charla, la actriz contó que se había colocado prótesis en los glúteos y quiso elogiar a su colega, Florencia Peña, que se encontraba al lado brindando notas para otros medios. “Me siento gorda al lado de ella”, expresó entre risas.
Entonces, sin filtro, la panelista señaló desde el estudio: “Bueno, pero lo que vos te pusiste en la cola, ella se lo puso en la cara”. Andrea Taboada, entonces, tomó la palabra y desentendiéndose de lo que acababa de decir Brey, indicó: “Vos tenés un lomazo. ¿Cómo le vas a envidiar el lomo a Florencia Peña?”. Pero la actual panelista de Socios del espectáculo continuó con su idea: “De movida, tenés 10 años menos”.
“Igual la edad no es nada. Hay que llegar a estar como ella”, indicó Rincón. Es una belleza admirable”, agregó y solo saludó a Taboada al despedirse. Inmediatamente, entró en cuadro Peña, que no tardó en pasarle factura a Brey. “¿Cómo vas a decir que lo que ella se puso en la cola yo me lo puse en la cara?”, disparó, ofuscada. No, chicos. Hacer un móvil para que arranque así”. Brey, canchera, retrucó: “Eh, pará...¿Ya te vas a retirar? ¿Vas a hacer lo mismo que hiciste en Desayuno Americano? Aguantá un poquito”. Mientras el conductor, devenido ese día notero, pedía que no se pelearan, Peña explicó: “No da escuchar eso. Tengo 30 años haciendo lo que hago. No da. Primero, porque no me conocés”.
Brey interrumpió una vez más: “Esperá, Flor, con toda la onda. Para decirte lo que digo no necesito conocerte. Lo digo por lo que físicamente veo. Yo sé que vos desmentís que no tenés nada hecho y yo te respeto, pero tampoco vengas...”, disparó con el tono elevado.
“No da que digas eso porque es una falta de respeto. Te lo digo en serio. Estoy en un evento y no sé por qué tenés que venir a tratarme así. Todo bien con Ángel, pero no voy a empezar un móvil así”, reiteró la protagonista de Casados con hijos. Y Brey, al igual que Montero con Antoniale, redobló la apuesta: “No sé por qué te ofendés así. Me parece que tenés el suficiente sentido del humor como para entender que lo que te dije es una humorada”.
“No, mi amor. No. Ni te conozco. No da. No sé, leé mi currículum, vení a verme al teatro (....) Me parece demasiado. Un poquito de respeto”, insistió Peña. “Para vos no da. Yo hice una humorada y, evidentemente, a vos te falta sentido del humor para interpretar lo que dije”, devolvió Brey.
“¿Te parece bien, en este momento en el que hay tanta agresión, decir una cosa así?”, cuestionó la actriz. La panelista, entonces, hechó mano, también, al recurso de escudarse en lo que dicen otros: “¿Te parece una agresión? Me parece que te han dicho cosas muy peores. Te han dicho cosas mucho más insultantes, digamos, mucho más jodidas, que que yo te diga lo que te dije. Yo no soy una persona agresiva. No entiendo por qué lo tomás como una agresión. Fue un chiste. Y a mí me hace mucha gracia el chiste que hice. Te pido disculpas si a vos te hiere y te lastima”.
“No, no. Te voy a explicar algo. Llevo muchos años haciendo lo que hago. No voy a permitir que me hagas ese chiste. No es un chiste, es una agresión gratuita que no me merezco”, indicó la actriz. Y, mientras Brey seguía gritando, decidió dar por terminada la entrevista.
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