Nació en una pequeña ciudad de Paraguay y le falta un año para recibirse de arquitecta, pero su rol en la serie de Star+, creada por Mariano Cohn y Gastón Duprat, potenció su carrera artística
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Seguramente aún camina por las calles de Villa Crespo -el lugar que escogió para radicarse en Buenos Aires- sin que muchos de los vecinos de la zona la reconozcan. Pero, Antonia, su personaje en la serie Nada, que se puede ver por la plataforma Star+, es uno de los basamentos más importantes del relato de ficción.
Majo Cabrera, de ella se trata, nació hace 30 años en Sapucai, una pequeña ciudad de ocho mil habitantes distante a 90 kilómetros de Asunción, la capital de Paraguay, en el marco de una familia tipo. “Es un lugar muy romántico”, describe la actriz, quien reconoce que se crió “lejos de la televisión”.
Fue en ese terruño donde comenzó a interesarse por el arte de la actuación y, en simultáneo, por el mundo de la arquitectura. Sin dudas, su rol en Nada, donde comparte el protagónico nada menos que con Luis Brandoni y Robert De Niro, se convirtió en el gran espaldarazo para una carrera atravesada por el teatro y el cine de su país natal. “Trabajar con Brandoni y De Niro fue un sueño”, dice como quien aún no puede terminar de asimilar la experiencia.
En Nada, Majo Cabrera interpreta a Antonia Noguera, una joven paraguaya que llega para reemplazar a la histórica empleada de la casa de Manuel Tamayo Prats (Luis Brandoni), un snob crítico gastronómico. En ese entramado entra en juego Vincent Parisi (Robert De Niro), el amigo escritor y periodista de Prats que llega de Estados Unidos para generar una peripecia en la trama.
Ell habla bajo, dulcemente y el convencimiento de quien está dando los pasos acertados para crecer en una profesión maravillosa, pero tantas veces hostil.
La serie del año
Su vínculo con la serie Nada, escrita y dirigida por los realizadores Gastón Duprat y Mariano Cohn -siempre impecables en sus búsquedas estéticas y narrativas- data de dos años. “Tienen una concepción muy particular del cine, de la imagen; una mirada muy particular de la perspectiva, así que me sirvieron mis estudios de arquitectura”, define la actriz en relación al trabajo junto a los creadores de impecables films como El hombre de al lado y El ciudadano ilustre y la fantástica serie El encargado.
Primero fue la convocatoria en Paraguay para participar de un casting local. En esas pruebas tuvo que interpretar tres escenas de Nada, una de ellas es aquella en la que el personaje refiere a los platos típicos de su país.
-¿Sabés cocinar?
-Sí, pero no al nivel de lo que se ofrece en Nada. Sería una caradura si dijera que soy cocinera, cuando en la serie los platos fueron preparados por el equipo de Narda Lepes.
Antes de pisar tierra argentina, la actriz rodó en Costa Rica una serie de producción española sobre la travesía de Magallanes y, cuando fue convocada para participar en Nada, se encontraba en la provincia de Corrientes rodando el film Una sola primavera -de Joaquín Pedretti- su primer protagónico y su debut laboral en nuestro país. “Mientras filmaba esta coproducción entre Argentina, Paraguay y Chile recibí la llamada con la confirmación de mi trabajo en Nada”.
-¿Cómo resultó el trabajo junto a Luis Brandoni y Robert De Niro?
-Beto (Brandoni) es una eminencia, tenía mucho deseo de trabajar con un actor de su talla. Compartir el trabajo con (Robert) De Niro fue la frutilla de la torta, algo emocionante, una experiencia muy enriquecedora para mí. En lo personal, pude generar muy linda relación con ambos.
Luis Brandoni y Robert De Niro se sacan chispas en cada escena que les toca jugar, pero Majo Cabrera no pasa inadvertida ni en segundo plano, estando a la altura de la propuesta y brindándole a su personaje -clave en el libro- todos los matices que necesita.
-¿Alguna anécdota junto a tus compañeros?
-Algo curioso que sucedió es que le pude enseñar un poco de guaraní a Robert De Niro, quien tenía noción de la cultura paraguaya por haber filmado La misión. Siempre estuvo muy curioso y con ganas de aprender lo que yo le enseñaba; como por la serie aprendió algunos insultos porteños, aproveché para brindarle algún conocimiento de mi lugar y que se fuera policulturizado.
-¿Cómo fue el vínculo con Luis Brandoni?
-Fue una relación de alumna y maestro. Fueron muchas horas de charla entre escena y escena. Beto me dio un montón de consejos sobre técnica, ya sea desde la luz y el sonido hasta cómo colocar la voz. Fue muy generoso. Ambos disfrutamos de la misma manera el trabajo con Robert De Niro.
-Antonia, tu personaje, es tan sensible como inteligente.
-Ella es muy curiosa, tiene muchas ganas de aprender; en eso me siento muy identificada. Por otra parte, representa a la mujer paraguaya, así que deseaba que eso sucediera de la manera más digna, ya que se trata de una mujer que siempre sale a trabajar para construir su futuro. Pero también pienso que representa a cada persona migrante, que pone su mejor cara para lograr algo mejor.
-Si bien Argentina es un país conformado por inmigración, a veces puede resultar hostil para quien llega desde otras tierras. ¿Has sufrido alguna situación hostil en este tiempo radicada en Buenos Aires?
-Siempre me he sentido muy bienvenida, no me ha sucedido nada malo. Es más, me siento un poco en casa, porque escucho mucho el guaraní, un idioma que está muy vivo en las calles de Buenos Aires.
San Sebastián
“Fue una experiencia maravillosa, fue la única posibilidad que tuvimos de ver cómo reaccionaba el público en vivo y en directo. Luego el cariño llegó a través de las redes sociales”, explica la actriz, quien formó parte de la comitiva que presentó Nada en la última edición del Festival de San Sebastián, un reservorio competitivo del buen cine, pero que no cuenta en su grilla con la oferta de seriados. “No entramos en competencia, pero sentamos el precedente de ser la primera serie que se muestra allí”.
-¿Cómo reaccionó el público?
-Se recibió muy bien el trabajo, fue una ovación muy grande, nos emocionó mucho.
-¿Continuás relacionada con la arquitectura?
-Estoy a un año de recibirme y suelo hacer algunos trabajos vinculados a esta profesión, sobre todo desde el dibujo, pero tuve que hacer una pausa en los estudios para poder dedicarme a mi gran vocación por la actuación.
Majo está en pareja con el actor argentino Mauricio Jortack, con quien convive en Buenos Aires. “Fue mi coach, me preparó para la serie. Leíamos juntos el guion y, como es un estupendo imitador, hacía el personaje de Beto Brandoni para que yo pudiera ensayar en casa”.
-¿Cómo te despediste de Robert De Niro?
-Le dije que estaba encantada y que no le podía explicar con palabras el honor que sentía de haber trabajado con él.
-¿Qué te respondió?
-Me elogió, fue muy cálido, así que le prometí que, alguna vez, iría a visitarlo a Nueva York.
Antes de despedirse, Majo confiesa con cautela: “Están llegando varias propuestas, así que me encuentro leyendo guiones”. Sabe que el espaldarazo de Nada también es un compromiso con vistas al futuro y, con un deseo, finaliza la charla con LA NACION: “Quiero seguir creciendo y conocer el mundo a través de la actuación”.
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