Luisana Lopilato: por qué Hollywood ya no es un sueño a perseguir, el orgullo de Michael Bublé y los motivos por los que quisiera ser como Liam Neeson
La actriz habló del film que completa la trilogía que tiene a la policía Manuela Pelari como protagonista, la razón por la que está obsesionada con el personaje y por qué este western puede darle la carrera del actor inglés
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Mientras más lejos de Pipa intenta escapar Manuela Pelari, más difícil se le hace deshacerse de ella. Todo lo contrario le pasa a Luisana Lopilato con su personaje, esa mujer policía de la cual mucho se insinúa pero poco se sabe, que tapa sus heridas con vocación y que es capaz de meterse en los recovecos más oscuros del poder y la corrupción con una naturalidad llamativa.
Este miércoles Netflix estrena a nivel global Pipa, la conclusión de la trilogía policial dirigida por Alejandro Montiel y basada en las novelas de la escritora Florencia Etcheves. La actriz no solo se mostró feliz por el resultado de esta nueva entrega –”Es un peliculón, la gente tiene que verla”, fue lo primero que dijo en diálogo con LA NACION- sino que, además, no ocultó sus ganas de darle continuidad a la saga: “A mí me gustaría que siga habiendo más Pipas”, reveló.
Luego de Perdida (2018), donde Pipa busca resolver el caso de la desaparición de su mejor amiga 14 años antes en el Sur como agente especializada en casos de trata de personas y secuestros, y La corazonada (2020), la precuela que muestra los inicios de la joven policía como investigadora de la mano del inspector de la división de homicidios Francisco Juanes (Joaquín Furriel), Pipa comienza con su protagonista después de retirarse de la fuerza policial y refugiada en La Quebrada, un pueblo pequeño del norte argentino. ¿Cómo llega hasta allí, con un hijo de ocho años y una vida dedicada a la tierra? ¿Por qué, pese a haber hecho el esfuerzo de olvidar su pasado como investigadora, vuelve con la misma entrega para intentar resolver un asesinato?
Con guion de Mili Roque Pitt, Alejandro Montiel y Florencia Etcheves -en base a las adaptaciones de las dos primeras películas, basadas en las novelas Cornelia y La virgen de tus ojos- Pipa fue íntegramente hecha en la Argentina. Además de Lopilato, el elenco se completa con Mauricio Paniagua, Inés Estévez, Ariel Staltari, Paulina García, Malena Narvay, Aquiles Casabella, Benjamín Del Cerro, Santiago Artemis, Laura González, Ivonne Quispe, Mercedes Burgos y Javier Flores, entre otros. La elección de la locación, por su parte, tampoco fue azarosa: Salta y Jujuy no solo fueron las provincias lógicas por sus paisajes para filmar un western con el sello celeste y blanco sino que, además, los conflictos propios de la zona aparecen en una película que atrapa, también, por su impronta coral.
Pipa por Luisana
Luisana está emocionada con el estreno de Pipa. Y así como nunca imaginó lo que iba a suceder con las dos primeras entregas de la trilogía, confía en el éxito de esta tercera. “Disfruté mucho formar parte de esta saga. Al principio no soñábamos con esto”, cuenta la actriz y revela que mientras en un principio pensó en ir “paso a paso”, el equipo de guionistas confió plenamente en ella. “Con Perdida Ale, Mili Roque Pitt y Florencia Etcheves me decían ´la vas a romper, va a haber otra peli, vas a ver´, y llegó La corazonada. Y ahora Pipa. Esta es una película que disfruté mucho hacer, sobre todo porque me gustó mucho trabajar con Alejandro y con Mili. Son amigos que quiero: nunca trabajé con gente que amé hacer cine tanto como ellos”, confía.
Pipa, el personaje que imaginó Florencia Etcheves y que Luisana entendió a la perfección, rompe con el antiguo rol de las mujeres en los policiales: no solo es el centro de la historia, sino que, además, es fuerte, aguerrida, confía en su trabajo, no pide permiso para decir lo que piensa y usa su instinto para hacer justicia. Para componerla, Luisana trabajó mano a mano con los guionistas, quienes desde un principio tuvieron muy en claro el tono que tenía que tener, y luego con su coach. “Pipa fue creada en equipo”, explica, y da cuenta de cómo trabajó el paso del tiempo para llegar a interpretar a la detective de esta nueva entrega: “En esta peli a Pipa la encontrás como una mujer más madura, lejos de la policía, donde se niega a formar parte de la corrupción y de las cosas que vio y que vivió, con un hijo y dedicada totalmente a otra cosa”, revela.
¿Hay algo de Luisana en Pipa? Lo primero que señala la actriz es una diferencia: Pipa como mamá dista mucho de Luisana como mamá. Luego, señala algunas características que comparten: “Yo soy muy perseverante y soy de no rendirme. Siempre te equivocás y hay que salir adelante, aunque la vida te golpee. Y Pipa un poco quiso dar vuelta la página y decir: ‘Basta. Quiero empezar de cero. No quiero esto y quiero otra cosa para mi vida’”, cuenta.
Como Liam Neeson
Más que verse reflejada en ella, lo que Luisana siente por Pipa es admiración. Pipa es, sin dudas, una mujer con autoridad y capaz de abrirse camino en un mundo históricamente dominado por los hombres. Y lo hace de una forma que en ningún momento parece forzada. Desde ese lugar, Luisana reconoce y celebra el poder de su personaje: “A mí hay algo que pasa todo el tiempo cuando veo las películas con mi familia -revela con entusiasmo- y es que cada vez que aparece ella digo ´Pipaaaah. Ahí viene Pipaaaah´. Como que me veo como una mujer muy empoderada, con portación de armas y que sabe cómo manejarse en medio de tanta corrupción y de tantos hombres que se mandan de las suyas”.
“Está bueno que como mujeres tengamos ese lugar y que podamos mostrarnos como somos: fuertes, que vamos adelante, que podemos en el caso de Pipa formar parte de un equipo de quizás mucha corrupción, de quizás más hombres que mujeres, pero que sin embargo se la banca, va para adelante, no se guarda una y está todo el tiempo maquinando para hacer justicia y saber la verdad”, resalta, y de ese entusiasmo se desprenden, también, las ganas de no soltar a su creación. “A mí me encanta Liam Neeson. Él siempre hace las mismas películas, como que vos ya sabés cuál es la historia. Y a mí hay algo que me pasa con Pipa y es que me gustaría que siga habiendo más Pipas. De hecho, el otro día le dije a Mili que por más que Flor Etcheves no la haya escrito, tenemos que hacer una cuarta y una quinta”.
Netflix como trampolín
Para el rodaje de Pipa, que se realizó en Buenos Aires, Salta y Tucumán y duró dos meses y medio, Luisana volvió, con su familia, al país luego de la cuarentena. La previa al estreno la encuentra de vacaciones por Europa y muy cerca de dar a luz a su cuarto hijo: “Perdoná que respiro así”, interrumpe la entrevista luego de una extensa explicación. “Es que estoy embarazada y a punto de parir. Estoy sentada y me parece que corrí una maratón”, dice entre risas y como si el mundo no supiera que está a punto de agrandar la familia que formó con el músico canadiense Michael Bublé. Y entonces, revela que la película la vio por primera vez con su familia y que “les encantó”, pero que a sus hijos los tuvo que mandar a dormir cuando la trama comienza a mostrar escenas más violentas.
“Hay imágenes fuertes que no quiero que vean. Son chiquitos y tampoco les gusta ver a la mamá con sangre”, cuenta sobre Noah (8), Elías (6) y Vida (4 años). “Me acuerdo que venían al set y yo les decía ´es todo mentira´, pero claro, no entienden. Me veían toda con sangre, golpeada, y me decían ´Pero ¿cómo? ¿quién te pegó? ´. Así que los mandé a dormir”, explica, y luego le dedica un párrafo especial a su compañero de vida.
“A mi marido le encantó y está muy orgulloso de mi. Sabe todo lo que trabajo y la energía que le pongo a mi profesión y lo mucho que me gusta. Es el que realmente me ve sin dormir, estudiando, el que me ve preocupada, el que me ve estresada porque tengo que hablar y decir qué es lo que siento, lo que no me gusta. Es el que más me acompañó en todo este proceso. Él también, cada vez que ve a Pipa me mira a mí y me dice ´Pipaaah´. Cada vez que aparece”, resalta, y se ríe de nuevo. ¿Existe la posibilidad de ver a Buble haciendo aunque sea un bolo si Pipa vuelve al cine? Lopilato duda. “¿Qué puede llegar a hacer?”, pregunta, y descarta la posibilidad de darle a su marido el rol de malvado. “Me tienta mucho actuar con él, siempre es algo pendiente”, asume.
–Luego del estreno de Pipa en Netflix, ¿sigue estando Hollywood en tu horizonte actoral?
–Yo creo que ya llegué a Hollywood. Creo que esto de las plataformas te hace llegar a Hollywood, a Israel, a Australia, a todos los países. Y creo que le abrió muchas puertas a muchos actores para poder trabajar. Hasta actores que no tenían trabajo, a directores, a equipos de vestuario, de arte... Abrió un abanico de oportunidades de trabajo para todo el mundo. A mí me pasa ahora que vivo en Canadá, que a veces las mamás del cole que no me conocen me preguntan ¿Y vos qué hacés? ¿Qué hiciste? Y yo les digo: “Vos tenés que mirar mis películas. Poné Netflix y en un día ves las películas”. Ahora tenemos esa facilidad que le dio la tecnología a todo el mundo.
Ese lugar soñado
El norte argentino no es una locación más en Pipa. “La elección tiene que ver con el género de la peli, que es un western. Aunque sea en la época actual y en Argentina. El western generalmente habla de los Estados Unidos porque es un género creado en Hollywood, y la locación fue pensada por eso, era lo más lógico”, revela Montiel en diálogo con LA NACION, y resalta la riqueza del país en relación a los paisajes que ofrece: “Acá tenemos del sur hasta el norte todas las locaciones que podés tener en cualquier lugar del mundo”, explica. En esta oportunidad, la elección fue más fácil de tomar porque la historia que cuenta el film no está basada en ninguna novela de Etcheves, sino que fue una construcción de la escritora junto a Montiel y a Roque Pitt.
“Para el cierre de la trilogía me parecía que tenía que buscar otra cosa, que Pipa tenía que estar en otro lugar. Por otro lado, quería hacer un western, que tampoco hay en ninguna novela de Flor. Y también quería que fuera madre. Entonces salimos de las novelas e hicimos una versión libre. Pipa se emancipa de la literatura completamente”, cuenta el director, y resalta, cómo Lopilato, la buena onda en el equipo. ¿Hay alguna posibilidad de retomar la historia de la protagonista y convertir la trilogía en una saga? “Cuando hicimos la primera película lo hicimos para el cine. Después a Netflix le gustó mucho y entonces acordamos con ellos hacer dos más. Obviamente Pipa puede seguir. Realmente se instauró un personaje muy fuerte, muy claro y que a la gente le gusta”, confió.
Además de la incursión en el western, Pipa se destaca por su elenco, la mayoría actores locales, y por la coralidad del relato. “El casting obviamente empieza con Lu. Y a partir de ahí la idea fue encontrar actores de la zona”, explica Montiel, y expone sus motivos: “A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, acá pasa mucho que ves una peli a pesar de estar en otras provincias hablando son todos porteños. Yo soy federalista y me parecía que el habla tenía que ser coherente. Por eso los actores también trabajaron mucho con sus coaches”. Montiel celebró también la posibilidad de encontrar “actores buenísimos” que le dio el hecho de hacer el casting en Santa y Jujuy, la oportunidad que significó para los artistas locales y cómo esta decisión le da a la historia otra impronta: “Me parece que te hace meter en la peli de otra manera”.
¿Por qué ver Pipa? Montiel despliega las particularidades de la película, y el final de la trilogía, para invitar al público a darle play en Netflix a partir de mañana. Además, resalta la producción, el crecimiento de la historia y el personaje a lo largo de los distintos relatos y su visión más universal, que permite “ampliar la entrada de espectadores de Latinoamérica o de cualquier lugar del mundo”. “Es un cine diferente al cine que estamos acostumbrados a ver producido en Argentina”, completa. “Opino lo mismo que Ale. Creo que la gente que vio las otras pelis va a querer verla, ¡y no se la pueden perder! Yo como actriz deseo que haya más Pipas. me encantaría”.
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