Lou Ferrigno y Carla Green: el amor a primera vista de "El Increíble Hulk" que resultó en 40 años de matrimonio
Lou Ferrigno, el actor que interpretó a "El Increíble Hulk" desde 1978 hasta 1982, celebró en mayo cuarenta años de matrimonio con Carla Green, la psicoterapeuta que lo conquistó gracias a un flechazo a primera vista un tanto accidentado. El amor tocó su puerta por segunda vez cuando ni siquiera se lo esperaba.
Detrás de aquel famoso "hombre verde" de la serie producida por Kenneth Johnson había un recién casado. Justo cuando comenzó a grabar las primeras escenas caracterizado como el superhéroe de Marvel Comics, Ferrigno daba el "sí, quiero" con su primera esposa, Susan Groff, una mujer de bajo perfil de la que apenas se conoce su nombre.
El éxito de su personaje fue arrasador, y lo cierto es que pasaba mucho más tiempo en el set de filmación que en su propia casa: en épocas donde no existían los avances tecnológicos en materia de efectos especiales, todo era un arte manual. El equipo de maquillaje almacenaba barriles de litros de pintura con un alto contenido de grasa para cubrir el cuerpo de un hombre que medía 1.96 metros y pesaba 138 kilos.
En un especial del ciclo de eltrece Rescate emotivo, el actor contó: "Eran 80 horas semanales grabando, y el resto de mis horas de vida las usaba para entrenar, comer y dormir". Quizás fue por esa ajetreada agenda laboral que su primer matrimonio duró menos de un año.
Un cruce inesperado
Cuando Ferrigno firmó el divorcio no se imaginó que diez meses después conocería a la mujer que lo haría pasar de nuevo por el altar. En 1979, un viernes por la noche, decidió ir a cenar con unos muchachos al restaurante TGI Fridays, y para su sorpresa, se le prohibió ingresar al lugar. Por ese entonces regía una ley que impedía que jóvenes menores de 21 años ingresaran al local después de las ocho, y algunos de los muchachos que lo acompañaban no alcanzaban esa edad.
Indignado, pidió hablar con el gerente del bar, pero nuevamente se asombró cuando una bella rubia lo abordó en la puerta principal. "Creo que hubo un error, yo pedí hablar con el responsable de la gerencia", le dijo muy molesto. "Yo soy la gerente aquí y estoy para ver cuál es su problema", fue la contundente respuesta de Green.
Así de accidentado fue el primer intercambio de palabras que tuvieron, según revelaron ellos mismos en una entrevista conjunta con la pareja de publicistas Steve y Jaime Geffner, en 2009. "Simplemente él nunca pensó que yo pudiera ser la que estaba al mando. No era común que una mujer ocupara esos puestos en aquellos años. Había dejado mi profesión de terapeuta por un tiempo, y me tomaba muy en serio mi nuevo empleo", explicó la mujer que se convertiría en esposa de Ferrigno.
"Muy a la italiana, todo dramático y gesticulador, ese hombre enorme me dijo que sólo quería disfrutar de una comida con sus amigos, pero me mantuve firme y le repetí que no era posible porque varios muchachos tenían menos de la edad reglamentaria", continuó.
Green no sabía que estaba frente al "Increíble Hulk", y Ferrigno tampoco sabía que esa intimidante mujer había sido conejita de Playboy unos años atrás. Tampoco se imaginaron que a partir de ese flechazo a primera vista nacería un amor duradero y una familia fitness.
Una semana después de aquel breve incidente, el actor de 28 años volvió al restaurante acompañado de su doble de riesgo, quien era cómplice en la conquista que planeaba. Se sentaron en una mesa y buscaron con la mirada a la impactante gerente que había llamado su atención hace pocos días.
Al verla, Ferrigno se acercó y la invitó a sentarse junto a su amigo. Green contó lo que sintió cuando volvió a verlo: "Vi venir a ese hombre una vez más hacia mí, y le dije: ‘¡Qué enorme sos!’, y él me respondió: ‘Lo suficientemente grande’; después me insistía en que los acompañara a cenar, pero eso no hubiera sido ético, así que me negué".
Green tenía 31 años y una larga lista de citas fallidas anteriores. No se había casado, pero había logrado sostener una independencia económica que la hacía sentir cómoda con su soltería. Fue por eso que, a pesar de que Ferrigno le produjo una gran atracción desde la primera mirada, prefirió rechazar sus propuestas.
"La verdad es que fue muy insistente y obstinado, incluso me invitó a una fiesta de Dolly Parton, pero no me convencían sus tácticas de seducción. Después fue por más: pidió mi teléfono, y otra vez le repetí que era inapropiado, pero acepté que me diera él su número y que yo lo llamaría más adelante", narró la esposa del fisicoculturista que le dio vida a Hulk.
Pasó otra semana y la joven gerente decidió dejarse llevar por su intuición. Llamó a Ferrigno y le propuso ir a cenar. Osado y seguro de sí mismo redobló la apuesta y la invitó a su casa, donde concretaron su primera cita. Entonces, en la intimidad de su hogar, él le reveló quién era: el temerario "monstruo verde" que aparecía en la serie del momento.
"Cuando me dijo: ‘¿Querés ver mi show?’, yo pensé: ‘¿Qué show?’, y después me mostró uno de los capítulos de El Increíble Hulk y ahí entendí que era actor, y que detrás de la máscara y la pintura, estaba él", confesó Green. A pesar de toda la resistencia que puso para enamorarse, esa misma noche, supo que la invadía un sentimiento que no había experimentado antes.
"Cuando volví a mi casa llamé a mi madre y le dije: ‘Mamá, conocí al hombre con el que voy a casarme’", recordó. Ferrigno, por su parte, también estaba embelesado, y al analizarlo a la distancia, reflexionó: "Así es como nacen los verdaderos amores, sin avisar y por accidente. Cuando menos lo esperas. Si hubiera sido algo planeado, habría puesto mis defensas al máximo para resistirme, y al conocernos de una forma tan accidentada, no pudimos controlar lo que sentíamos".
La dura infancia de Lou Ferrigno
Nacido en Brooklyn, Estados Unidos, Ferrigno es hijo de un matrimonio con descendencia italiana que le transmitió la importancia de no rendirse ante las adversidades. A los 2 años sufrió una infección en el oído y perdió el 80 por ciento de su capacidad auditiva. Recién un año después le diagnosticaron la discapacidad y a los 5 empezó a usar audífonos para mejorar su nivel de audición.
Aunque esta adversidad podría haber cambiado su destino y su vocación, Ferrigno supo transformarlo en una motivación. "Creo que si no tuviera dificultades auditivas no estaría donde estoy ahora", comentó en el podcast de Dustin Plantholt, Life's tough, you can be tougher.
Heredó de su padre la pasión por el ejercicio, y a los 13 años empezó a levantar pesas. Su modelo a seguir fue el fisicoculturista Steve Reeves. Después de su graduación en 1969, se presentó a varias competencias y recogió los frutos de su esfuerzo: fue Mr. América y obtuvo dos títulos consecutivos como Mr. Universo.
Además participó en el famoso documental Pumping Iron, donde compitió con el mismísimo Arnold Schwarzenegger, quien también había sido candidato a interpretar al hombre verde, pero por seis centímetros de altura, Ferrigno ganó la pulseada.
Pequeño gigante
Lejos de ser una dificultad que limitara su potencial, la pérdida auditiva lo acompañó durante toda su vida y aprendió a cumplir sus metas sin que nada se lo impidiera. "Al principio, cuando era muy joven fue difícil, pero no me da vergüenza hablar de eso ahora, porque muchas personas tienen ideas erróneas sobre la sordera; así que trato de concientizar sobre el tema", explicó en la misma entrevista.
No fue un camino fácil. Aunque durante la niñez sufrió bullying por parte de sus compañeros de escuela, quienes lo apodaban "el sordo Lou", eso no lo detuvo. Si bien no podía escuchar como los otros niños, siempre supo que iría tras sus sueños. Anhelaba interpretar al mítico Hércules, y lo logró cuando protagonizó El desafío de Hércules en 1983; también fantaseaba con ser el Hulk de carne y hueso de los comics de Marvel que leía en su casa, objetivo que también pudo conseguir.
Sin dudas la vida conspiró a favor de ese pequeño frágil y vulnerable que por años padeció tantas burlas y no era lo suficientemente grande para defenderse. Cualquiera que se cruce hoy con el doblemente consagrado Mr. Universo sería incapaz de molestarlo. Y hasta se podría decir que la revancha se le dio también en la ficción cuando quedó inmortalizada la frase del desaparecido Bill Bixby en la voz de su personaje David Banner: "No me provoque, no soy yo cuando me enojo". Inmediatamente, ante la pérdida del control de sus emociones se daba la metamorfosis y Banner se convertía en Hulk, un gigante tan temible al que nadie se atrevía a desafiar.
La boda de un hombre increíble
Seis meses después de aquella primera cita Green ya no era gerente, y había decidido acompañar a su novio en la odisea de las grabaciones de los episodios, que incluían viajar a diferentes paisajes geográficos.
"Un día estábamos en un avión y Lou me dijo: ‘¿Por qué no nos casamos?’. Me sorprendió, y me parecía muy pronto. Tenía miedo de dar ese paso tan rápido", relató Green, que recuerda ese momento tan vívidamente como si hubiese sido ayer. La psicoterapeuta contó que fue sincera con Ferrigno y le dijo que podía ser precipitado pasar por el altar en ese momento.
Sin embargo, cuando el hombre que interpretaba a Hulk se obstinaba en conseguir algo, era muy difícil sacárselo de la mente. "A los nueve meses volvimos a charlar sobre el matrimonio, y decidimos comprometernos. Fuimos a comprar un lindo anillo, pero nuestra vida era realmente ajetreada como para planear una boda", explicó Green.
Lo cierto es que eran una pareja que vivía moviéndose de ciudad en ciudad para cumplir con el cronograma de las grabaciones: la trama se basaba en el científico viudo que viajaba errante de un lugar a otro para mantener su bajo perfil y que nadie descubriera que no había muerto en la explosión del laboratorio, sin que ese incidente terminó por hacerlo desarrollar un poderoso alter ego.
Once meses después de aquel primer encuentro accidentado, llegó el gran día. Decidieron celebrar su unión en Tahití, y Green organizó cada detalle del evento en tiempo récord: "Elegí un lindo pastel, mi vestido, el traje de Lou, invité a no más de 50 personas, y nos casamos". Uno de los asistentes a la boda fue Bill Bixby, quien había entablado una gran amistad con Ferrigno después de dos años compartiendo largas horas de filmación.
"Ese día los helicópteros bajaban desde el cielo, porque la gente quería verlo. Hulk había terminado su segundo año, este ya era el tercero en la cima del éxito, y las personas trataban de derribar las vallas para poder estar en la boda", reveló Green. Así de emocionante y adrenalínica era la vida de los recién casados, que no pudieron tener una luna de miel sino hasta el año siguiente.
Las giras por distintos países siguieron, y el 20 de octubre de 1979 Ferrigno hizo una visita relámpago a nuestro país. En tiempos donde Titanes en el Ring era el programa predilecto de los niños, Ferrigno visitó la "Expo-pibe" en el predio de la Rural de Palermo, donde la llegada de "El Increíble Hulk" era uno de los principales atractivos.
Hay quienes aún recuerdan que Martín Karadagián desafió a Ferrigno a pelear con él, pero Hulk prefirió hacer algunas "demostraciones de fuerza" y no confrontar. Las perlitas de aquel mítico fin de semana las contó en su momento el inolvidable campeón armenio: "Mi hija Paulina se desilusionó cuando lo vio y se puso a llorar; me decía: ‘Papi, papi, ¡el Increíble Hulk no es verde!’".
La desilusión del público infantil que esperaba ver a Bill Bixby transformarse en el icónico hombre verde, tal como ocurría en la serie, reinó aquella tarde. Al día siguiente Ferrigno estuvo invitado a los clásicos almuerzos de Mirtha Legrand, donde alzó con sus musculosos brazos a la legendaria conductora.
Los secretos para un matrimonio duradero
Ferrigno y Green tuvieron tres hijos: Shannah, de 39 años, Lou Jr, de 35, y Brent, de 30. Juntos formaron una "familia fitness", apasionada por el deporte y la actuación. Cuando ambos analizan cuáles fueron las claves para sostener su relación a pesar de todos los obstáculos, coinciden en que son tres los pilares esenciales: honestidad, intimidad y comunicación.
"El secreto para tener una buena relación de pareja es ser honestos con el otro. No hay que descuidar la intimidad, porque es el aliado más poderoso que existe. Y por último la comunicación, que es tan esencial como las otras dos", enfatizó Ferrigno.
"Lo importante es mantener la armonía entre esos tres aspectos. Si te falta uno de estos ingredientes, la receta no va a funcionar. Con la atracción física solamente no alcanza, eso resulta superficial si no se sostiene con un crecimiento emocional", agregó.
Green, por su parte, destacó la importancia del diálogo en las parejas: "Cuando discutimos no esperamos un día, una semana o un mes para charlar sobre eso. Nos damos un espacio de algunas horas y después, más tranquilos, volvemos a hablar para solucionarlo".
Este matrimonio consolidado, que se mantiene hace cuatro décadas, defiende también el trabajo diario de la construcción del vínculo para enaltecer la relación. "Muchos se olvidan que para estar felizmente casados hay que transpirar la camiseta. No es solamente firmar papeles, es un compromiso de a dos mucho más profundo", afirmó Ferrigno.
Al referirse a aquellos jóvenes que decidieron dar el siguiente paso en el altar, el actor de 68 años se muestra reflexivo: "Se trata de apoyar al otro siempre, tanto en la parte económica como en los momentos vulnerables de enfermedad. Es confiar, contar con el otro, porque no todos los momentos serán buenos; es como dos bailarines que ensayan su acto y de repente tropiezan".
Tal como explicó Ferrigno, con su esposa siempre se dieron apoyo mutuo y contención. Incluso en los conflictos que se escaparon de las paredes de la casa para terminar en los tribunales. Así sucedió en 2014, cuando Green acompañó a otras 34 mujeres en la denuncia contra el comediante Bill Cosby, y confesó que fue víctima de acoso en la época en que fue conejita de Playboy.
Cosby fue declarado culpable de abuso sexual y a sus 83 años se encuentra cumpliendo su condena desde abril de 2018, que será de tres a diez años de prisión.
Defensores del matrimonio tradicional
Ferrigno ya había pasado por un divorcio antes de conocer a Green, y justamente por eso le resultaba difícil creer que volvería a enamorarse una vez más. "Mucha gente está dejando de creer en el matrimonio, y nos da satisfacción que al vernos juntos sientan que es posible construir una pareja saludable y duradera", aseguró el actor.
Aunque cuando se conocieron ninguno estaba en la búsqueda del amor, y no esperaban estar casados al año siguiente, ambos escondían el deseo de encontrar una compañía para toda la vida. "Siempre tuve muchas esperanzas de casarme de manera tradicional y sentirme feliz por ello. Entiendo que hay parejas que prefieren convivir y no contraer nupcias formales, y si eso les funciona, también es muy respetable", remarcó Green.
Sin embargo, en su caso ambos soñaban con un amor eterno, y el matrimonio como institución representaba ese anhelo. "Mantener los valores intactos me parece algo maravilloso de compartir; a través de los años se puede establecer un vínculo afectivo único y perpetuo", explicó Ferrigno.
Como líder motivacional nato, este Hércules del amor apuesta a ser un ejemplo junto a su esposa que sirva de inspiración para los más jóvenes: "Ojalá se entusiasmen con la idea de un amor sano, y podamos ser un modelo positivo para ellos, porque hay amores que te hacen sentir el ser más increíble del mundo".
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