Los podcasts de las estrellas: entre una sesión de terapia y un rentable negocio personal, los famosos se hacen oír
En medio de la crisis de la industria del cine y la TV, los artistas decidieron contar su propia historia con la ayuda de las plataformas de audio por streaming
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En la era de las redes sociales, aparentemente, cualquiera puede ser famoso. Hay quienes piensan que alcanza con producir contenido con potencial de viralizarse para convertirse en una celebridad con millones de seguidores, lucrativos contratos y una popularidad global. Solo en el futuro se podrá saber si ese suceso es sustentable a largo plazo y si el carisma de algunos youtubers/tiktokers/twitchers alcanza. Pero ya es innegable que la fama ya no está estrictamente ligada a la habilidad de una persona para actuar, cantar o bailar o siquiera por realizar memorables apariciones en los medios masivos tradicionales.
En la era posKardashian –aquella ola integrada por personas famosas por ser famosas y exhibir su intimidad en función del entretenimiento de los espectadores–, curiosamente, son los famosos a la vieja usanza los que salieron a reconquistar su viejo terreno. Y el mejor medio que encontraron para volver al centro de la escena no es la imagen sino el sonido. Para muchas figuras reconocidas, ya no se trata de destacarse en el cine o la TV sino de triunfar en el terreno de los podcasts. Esos audios grabados digitalmente y habilitados para la escucha a demanda son tan versátiles y adaptables a los gustos, usos y necesidades de sus creadores que permiten explorar nuevas formas de conversación, de entrevistas, de ensayos temáticos y hasta de la ficción. Una plasticidad que hizo que en los últimos años, con especial impulso durante la pandemia, muchos artistas reconocidos decidieran lanzarse al ruedo del nuevo negocio con el entusiasmo que antes podían ponerle a crear sus propios tequilas, gins, marcas de indumentaria, línea de cosméticos o cualquiera de los productos de consumo que sus caras y sus nombres pudieran vender.
Ahora son sus voces las que toman la posta y la mercancía son ellos mismos. Así los demuestran Will Arnett (Arrested Development), Jason Bateman (Ozark) y Sean Hayes (Will & Grace), tres exitosos actores que durante la pandemia decidieron pasear su amistad de años frente a los micrófonos en Smartless, un podcast (disponible en Amazon Music, Spotify y Apple Podcast) en el que semana a semana entrevistan a personas tan famosas como ellos. Claro que, como demuestra la serie documental de HBO Max Detrás de Smartless, filmada durante la gira que el trío realizó en las postrimerías de la pandemia, el mayor atractivo de la propuesta son ellos mismos.
Las interacciones entre los tres intérpretes, que comparten tanto un humor sarcástico como una supina ignorancia por todo lo que no sea el mundo del espectáculo - de ahí el título del podcast que se podría traducir como “sin inteligencia”-, son tan divertidas que resultaron en el proyecto más exitoso de sus carreras. La ironía de que ninguno de los personajes que interpretaron durante sus décadas le dieran tanto reconocimiento como encarnarse a sí mismos no se les escapa ni siquiera al autoproclamado trío de tontos.
Y su caso no es el único. A principios de 2018 el actor, guionista y director Dax Shepard estaba recuperándose del hecho de que CHIPS: patrulla motorizada, la versión actualizada y cinematográfica de la famosa serie ochentosa, que escribió, dirigió y protagonizó, había fracasado en la taquilla cuando decidió comenzar a grabar Armchair Expert, un podcast en el que junto a su coequiper Monica Padman desarrollaba su gusto por opinar sobre cualquier tema, con la excusa de entrevistar a otros famosos como él. Y todo empezó por casa: la primera invitada del programa fue Kirsten Bell, la talentosa actriz de Veronica Mars y The Good Place que además es su esposa. La habilidad y persistencia de Shepard por empatizar con sus entrevistados y, sobre todo, su disponibilidad para revelar los costados menos conocidos de su vida como adicto y alcohólico en recuperación resultaron en una fórmula tan exitosa que en pocos años el podcast se convirtió en una usina de contenidos con varios spinoffs en funcionamiento y un contrato de exclusividad firmado con Spotify hasta 2024 que alcanzó los 50 millones dólares.
La primera ola
El pionero de los podcasts creados por artistas fue Marc Maron, el comediante y actor (GLOW) que después de años de transitar los escenarios del circuito del stand up y de trabajar en radios tradicionales puso en marcha WTF, el podcast que ya lleva una década de existencia. Un cascarrabias que nunca escondió el resentimiento que lo moldeó durante toda su carrera, Maron comenzó entrevistando a sus pares comediantes pero pronto su podcast se transformó en la parada obligada de la elite del mundo del espectáculo. Tan solicitado resultó el podcast, que se grababa desde un estudio improvisado en el garaje de su casa de Los Ángeles, que hasta el entonces presidente Barack Obama lo visitó allí. Un acontecimiento que marcó un antes y un después en el incipiente medio de comunicación e inspiró a muchos otros famosos a probar suerte en él.
Uno de los pases más llamativos fue el de Conan O’Brien, el celebrado conductor de su propio late night show durante 18 años. Su podcast (disponible en Spotify) se llama Conan O’Brien Needs a Friend (Conan O’Brien necesita un amigo), y comenzó con la premisa de que en sus muchos años entrevistando gente en la TV el humorista nunca había podido tener una conversación real con sus invitados, algo que su nuevo emprendimiento buscaba solucionar. Con una canción de su amigo Jack White como apertura, O’Brien hace de las entrevistas una rutina de comedia e improvisación que cuenta mucho más de él que de sus invitados, un ingrediente fundamental para los podcasts famosos. Como se trata de una charla, los invitados suelen ir más allá de lo que se animan a contar frente a un periodista y aún así lo cierto es que en estos podcast catalizados por el ego quienes más se aventuran bajo la superficie son sus conductores. Ese recorrido por sus zonas ocultas es además muy redituable: en el caso de O’Brien, el año pasado le vendió Team Coco, su productora de contenidos digitales y podcasts, a la emisora de radio digital Sirius XM por 150 millones de dólares.
La puerta que abrió Zoom
Si la proliferación de los podcasts fue habilitada por los avances tecnológicos que permitieron abaratar y simplificar la grabación y distribución de audios digitales de calidad, la plataforma de reunión digital Zoom contribuyó a impulsar una nueva ola de proyectos que podían realizarse a la distancia. La idea de llevar adelante entrevistas sin la complicación de coordinar un encuentro presencial con los invitados dio pie a nuevos podcasts como el que lanzó este año Julia Louis Dreyfus, Wiser Than Me (Más sabia que yo), un ciclo de conversaciones que la actriz de Seinfeld grabó con reconocidas mujeres que admira como Jane Fonda, Isabel Allende, Fran Lebowitz, Diane von Furstenberg, entre otras, con las que charla sobre sus vidas profesionales y personales y el difícil arte de envejecer. Entre anécdotas y consejos de sus entrevistadas, Dreyfus termina revelando también detalles sobre sus experiencias en el mundo del espectáculo, su historia familiar y el impacto que haber atravesado un cáncer de mama tuvo en su mirada sobre el porvenir. Que cada entrevista concluya con un pequeño diálogo entre la actriz y su madre, da cuenta del nivel de intimidad que alcanza todo el valioso proyecto.
Para muchos actores, el hecho de tener un podcast va mucho más allá de una oportunidad económica o una nueva salida laboral. Aquellos que durante años padecieron el seguimiento de los paparazzi y las publicaciones chismosas parecen haber encontrado en el nuevo medio una forma de recuperar el poder de contar su historia en sus propios términos. Una intención positiva que a veces puede írseles de las manos. Así le sucedió a Penn Badgley, el protagonista de la exitosa serie You de Netflix cuando en un episodio de su podcast Podcrushed comenzó a hablar sobre la nueva temporada de la ficción con sus coconductoras Nava Kavelin, y Sophie Ansari. A tono con la marcha habitual del ciclo, que gira en torno a las historias de los oyentes sobre la infancia y el paso a la primera adolescencia y todas las complejidades emocionales de ese momento de la vida, el actor reveló allí su punto de vista sobre las escenas íntimas de la ficción y el hecho que, por respeto a su matrimonio, ya no quería interpretarlas. “Llegué a un punto en el que no quiero hacerlo. Antes de sumarme al programa me pregunté si tendría una carrera si me negaba”, explicó el actor en el podcast. Una reflexión que se diseminó como pólvora antes del estreno de los nuevos capítulos de You. Así, el resto de la campaña promocional de la nueva temporada consistió en Badgley explicando la frase, tranquilizando a los espectadores preocupados por la suerte de la ficción y, de paso, haciendo publicidad del podcast.
Esa sinergia es la que también aprovecha un género de podcasts dedicados a revisitar exitosos ciclos de TV como The Office, Parks & Recreation y The O. C., entre otros, desde el punto de vista de sus protagonistas. Así, para repasar los mejores momentos de la versión norteamericana de la comedia creada por Ricky Gervais, Jenna Fisher y Angela Kinsey –Pam y Angela en la ficción– crearon The Office Girls, un ciclo semanal en el que recuerdan un capítulo del programa y relatan anécdotas del detrás de escena. Algo similar a lo que hacen Rob Lowe -también tiene su propio ciclo, Literally with Rob Lowe- y el guionista Alan Yang en Parks & Recollection, el podcast dedicado a la inolvidable Parks & Recreation que cuenta además con entrevistas con integrantes del elenco y el equipo de producción de la comedia. En la misma senda están Rachel Bilson (también conductora del ciclo Broad Ideas) y Melinda Clarke, dos de las protagonistas de The O.C. que recuerdan diferentes episodios del drama juvenil y charlan con algunos de sus compañeros de elenco. En Welcome to the O.C., Bitches! ejercicio nostálgico va mucho más allá del servicio para los fans como lo demostró un reciente episodio en el que apareció como invitada Misha Barton, la actriz que interpretaba al personaje central de la trama, quien se sumó a sus excompañeras para repasar el traumático final de su personaje en la historia y de ella en el programa.
Aunque hay quienes piensan, con algo de razón, que los podcasts de las estrellas pecan de autoindulgentes e insulares y que están demasiado concentrados en el micromundo en el que sus conductores existen y del que se retroalimentan, también es cierto que para muchos de sus famosos creadores, los programas representan una novedosa manera de recuperar su propia voz dentro de la industria del entretenimiento. De tomar el timón ante la inevitable intrusión del resto del mundo en su vida pública de una forma que no tenían disponible antes de la llegada de los nuevos medios tan masivos como íntimos.
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