Los amores de Soledad Silveyra: Miguel Ángel Solá, Chacho Álvarez, Lombardi y... ¿Maradona?
La actriz, que vuelve al teatro con Dos locas de remate, habló en Intrusos de sus amores de ficción y de la vida real
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“Empecé a trabajar a los 12 años por necesidad. Estabamos muy bien pero de golpe se murió el segundo marido de mamá y quedamos en la calle, vendimos todo, hasta las alfombras. Ese día vino Zelmar Gueñol que era amigo de mamá y me dijo que tenía que ser actriz, pero la verdad no me interesaba y encima hablaba con una papa en la boca. Fui a hacer un casting, quedé y empecé a ganar mi propia plata. Y a los 15 años volví a comprar todos los muebles, no de la misma calidad pero eran de algarrobo. Fui muy feliz revirtiendo esa situación y en casa vivieron mejor”, contó Soledad Silveyra este martes en Intrusos, por América.
La actriz, que estrena Dos locas de remate en el Teatro Astral, aseguró que no extraña la televisión cuando no está y que le tiene mucho respeto al éxito. “Es un amigo difícil de llevar y me da miedo. Aprendí a manejarlo, pero hay que cuidarse porque no hay que perder la humildad”.
Recordó que hizo su primera película a los 15 años, Un muchacho como yo, con Palito Ortega, y que nunca sufrió ningún tipo de acoso. “No sé si los hombres ven en mi a una niña. Tal vez eso me cuidó siempre porque nunca en mi vida tuve un problema de que el hombre me avance”.
Haciendo un popurrí sobre su trayectoria, Solita recordó una escena de Amor en custodia en la que tenía relaciones con Osvaldo Laport sobre un caballo. “Nuestros personajes vivían haciendo el amor y le propusimos al director traer un caballo. Me morí de miedo, me quería atar pero no se pudo y por suerte Osvaldo tenía la rienda. Pero la escena que más me gustó fue la que hice un striptease”.
Sobre la conducción de los tres Gran hermano, contó que “nunca había tenido relación con una cámara, siempre fue actuando. Entonces le pedí a Claudio Villarruel que me probara primero porque no sabía si iba a poder. Creo que me eligieron por mi popularidad, alegría, empatía. Fue muy lindo hacerlo, quiero mucho a los chicos porque me levantaba y me acostaba con ellos, vivía para ellos porque quería saber. La frase ‘adelante mis valientes’ salió un día sin pensarlo. Porque para mí eran valientes”. Y recordó el blooper de Bailando por un sueño, cuando anunció como finalista a una pareja que no lo era. “Fue una equivocación, nada grave. Me reí, qué voy a hacer. En un momento había mucha exposición y agradecí que apareciera Pampita y las cámaras se fueran con ella. Lo que me preocupó fue otra cosa: yo me tomaba una copa de Negroni, y un día mi nieta me preguntó si era cierto que me tomaba tres. Y ahí me lo replanteé. No me gustó, al fin de cuentas no soy borracha”. Dijo que volvería a ser jurado del Bailando porque se divertiría mucho y no tendría problemas de compartir con Nacha Guevara y con Moria Casán. Y que de los participantes de La academia le llama la atención Cachete Sierra.
La ficción que no fue... y la fortuna que se perdió
Además, Solita reveló que Adrián Suar la había convocado para hacer Gasoleros, porque quería repetir la pareja de ficción con Juan Leyrado de La hermana mayor. “Le dije que no porque estaba con Utilísima y era una experiencia nueva. Me perdí una fortuna”, ríe.
Y se emocionó al recordar a China Zorrilla en una escena de Vidas robadas. “La China es la madre que no tuve, la mejor directora, mi mejor amiga, es parte de mi. En Vidas robadas, la China empezaba a olvidar un poquito. Era recontra memoriosa pero se le estaba yendo, y hablé con sus sobrinos. Cuando se volvió a Uruguay fui a verla, estaba viviendo con su hermana, con demencia senil y me grabaron videos extraordinarios. Hasta último momento estaba con sus labios pintados, perfumada, coqueta. Fui la única que cruzó el charco para ir a despedirla, así que la tuve hasta último momento”.
Solita también recordó sus amores de ficción y de la vida real. “Cuando hice Rolando Rivas taxista, con Claudio García Satur, yo estaba casada con Jaramillo, el padre de mis hijos. No necesitó hacerme escenas porque yo me retiré. Los otros días Claudio dijo en una nota que se había enamorado de mi, y yo estaba muy enamorada de mi marido en ese momento y preferí irme. Por eso Alberto Migré no se enojó tanto y después hice Pobre diabla”.
“Me enamoré muchas veces, soy fatal. Me enamora la cabeza del hombre, lo que piensa, lo que sabe. Miguel Ángel Solá fue una gran pasión en su momento. Después estuvimos mucho tiempo sin hablarnos. Ahora cuando vino con su mujer nos vimos, fuimos al teatro. No me acuerdo qué pasó pero algo pasó y seguro la culpable fui yo, porque soy muy posesiva. De Hernán Lombardi nunca me imaginé enamorarme pero me ganó su cabeza, lo mismo con Chacho Álvarez”. Y sobre rumores de un amorío con Diego Maradona, aseguró entre risas: “Eso es mas mito que otra cosa”.
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