Lorena Maciel, sobre la pérdida de su voz: “Fueron a buscar un daño en las cuerdas vocales y encontraron una displasia”
La periodista, que vuelve a las mañanas de TN, contó a LA NACION qué le dijeron los médicos y por qué debe volver a operarse
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El próximo martes 1º de junio Lorena Maciel volverá a conducir el noticiero de las mañanas de Todo Noticias luego de haber estado ausente durante poco más de un mes. La periodista se despidió de la pantalla del canal de noticias el pasado 23 de abril, cuando se quedó sin voz y debió ser operada de las cuerdas vocales. “Empecé con una disfonía a finales del año pasado, cuando nos aflojamos un poco después de la cuarentana más estricta. Fue muy parecido a lo que me pasó en 2004, cuando falleció Adolfo Castelo, yo estaba embarazada de mi segundo hijo y fue tan fuerte el impacto de su muerte que me quedé sin voz. Lo estaba reemplazando en Radio Mitre, en Mira lo que te digo. A partir de ese momento mi voz nunca volvió a ser la misma, pero tampoco nunca hice educación de la voz, y es mi herramienta de trabajo. Hace poco tomé conciencia del fonotrauma que tengo y de que nunca me cuidé. Vivo gritando y tengo un tono de voz muy alto desde chica”, contó Maciel, en diálogo con LA NACION.
-¿Esta vez también viviste un hecho traumático que te dejó sin voz?
-Creo que fue quedarnos un poco solos con Guillermo Lobo en la pandemia, con un programa de cuatro horas diarias, producir y estar codo a codo con quienes quedaron en la redacción. Muchos no podían ir a trabajar, y lo hacían desde sus casas, y hay que hacer cuatro horas diarias de noticiero. Llegaba a casa y empezaba a producir para el día siguiente aunque nadie me lo pedía, pero somos un equipo muy lindo, que está consolidado. Y los fines de semana leía 150 mensajes de Instagram con pedidos de la gente sobre circulación, los que no podían mudarse, otros de Tierra del Fuego que no podían volver a sus casas. Le puse tanto el cuerpo que cuando me aflojé se me fue la voz.
-Estabas mal de la voz, pero seguiste trabajando hasta abril...
-Sí. Para Navidad no había nadie para conducir y me tuve que aplicar corticoides porque no tenía voz. En enero me fui de vacaciones y pensé que volvía bárbara, pero la voz no se mejoró. Entonces decidí ir a la foniatra, a Debora Gutkin, que me recomendó Pía Shaw y otros colegas también. Ella me mandó al otorrinolaringólogo Ignacio Mindlin, que además es cantante y está bueno porque entiende que la voz es mi herramienta de trabajo y que no puedo estar seis meses sin hablar. El otorrino trabaja con el cirujano (Rafael) Perrone y me estaban esperando para hacerme una fibroscopia. Por cómo me escuchaban la voz lesionada, intuían que podía haber algo.
-¿Y qué vieron?
-Que las cuerdas vocales estaban muy dañadas y además había unas manchitas blancas, que mandaron a hacer una biopsia. Encontraron una displasia que no es mortal, pero hay que pelearla. No es cáncer, ni más grave que el nódulo que tengo en las glándulas tiroideas hace tiempo y que controlo todos los años. Me dijeron que si no fuera periodista, me operaban y sacaban todo pero me quedaría sin voz y no se sabe qué tipo de voz volvería. Guille (Lobo) me dijo: “Esto es como un hallazgo en la ciencia, que es cuando vas a buscar una cosa y encontrás otra”. Fueron a buscar un daño en las cuerdas vocales y encontraron una displasia, pero fue a tiempo. Me gustaría decir que estoy curada pero no, voy a tener que convivir con esto, tal vez toda la vida.
-¿Cómo siguen ahora los cuidados?
-Me van a tener que operar otra vez, salvo que desaparezca, que es una posibilidad remota. Tengo que hacerme controles cada dos meses. Además voy a la foniatra tres veces por semana y tengo que cambiar algunas cosas. Soy parte de un grupo de running, de otro de ciclistas y todo es acelere y ahora tengo que empezar a bajar.
-¡Tenes que sumarte a un grupo de meditación y yoga!
-Me recomendaron eso, pero no quiero apabullarme. Tengo tres hijos, estoy a cargo de mi mamá y tengo un monto de informes pendientes. Lo que me gustó de este mes que no trabajé es que nunca estuve descolgada, e hice ocho notas para la web de TN sin que nadie me pida nada. Estuvo bueno porque empecé a escribir y le tenía bastante temor. Hace mucho tiempo que me interesa el tema de los derechos de las mujeres y escribí sobre eso.
-¿Recibiste muchos mensajes de los televidentes?
-Muchos. Me mandan estampitas de San Blas, que es el santo de la garganta. Recibo muchos mensajes, me preguntaban cómo estoy. Los que estamos frente a al cámara somos la frontera entre la audiencia y las autoridades del canal. La gente nos escribe mucho. Estoy asustada porque no quiero tener una displasia y lo conté porque es clave que si alguien tiene una disfonía, vaya al médico. Cuando entré a TN me vio una foniatra, pero no me mandó al médico en ese momento. En este tiempo fui a ver a ocho médicos, me hice muchos estudios e ignoraba que la laringe tiene mucho que ver con el cuello del útero y un posible HPV (virus del papiloma humano).
En pareja desde hace 25 años con el periodista Gerardo Tato Young y padres de Miranda (20), Camilo (15) y Manuel (14), Maciel contó que su familia es parte fundamental de su recuperación: “Lo bueno es que me obligan a escribir y ando por toda la casa con un fibrón negro y papel. Gerardo se cargó el asunto al hombro porque quedé bastante asustada. Fue quien habló con el cirujano y organizó todo como para que yo pudiera bajar tres cambios, que es lo que me cuesta”.
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