Leyendas de pasión: tras las acusaciones del director hacia Brad Pitt, se reveló que Anthony Hopkins se hartó del realizador y abandonó la filmación
A 30 años del estreno del film, siguen surgiendo anécdotas y versiones que apuntan contra el director, Edward Zwick y revelan el mal clima que se vivió dentro del set
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En el pico de su popularidad, Brad Pitt filmó Leyendas de pasión, bajo las órdenes de Edward Zwick y junto con Anthony Hopkins. El film fue un éxito de taquilla, pero a 30 años de su estreno comenzaron a surgir versiones que indican que el set fue un verdadero infierno. Primero fue el mismo realizador quien disparó con munición pesada contra el protagonista, a quien acusó de no querer salir de su zona de confort, y este sábado se sumaron las voces de personas que participaron de la filmación y aseguran que, harto de “la estupidez” de Zwick, Hopkins llegó a abandonar el proyecto.
La polémica surgió cuando Vanity Fair publicó un extracto del libro del director, Éxitos, fracasos y otras ilusiones: mis cuarenta y tantos años en Hollywood. Allí, explica que su primera opción para interpretar al protagonista no fue Brad Pitt. “Tom Cruise era el sueño de cualquier director. Como iba a aprender en los años siguientes, eso es totalmente cierto”, aseguró. Según cuenta, ambos se reunieron, encajaron a la perfección y se volvieron a encontrar unas semanas después porque el actor tenía algunas dudas sobre el guion. “Me preguntó sobre la ética de Tristán, a lo que respondí que esencialmente no tenía ninguna, y que eso era el corazón del personaje. Fue entonces cuando me di cuenta de que nunca haría la película”, recordó el cineasta, que volvió a coincidir con Cruise 10 años después, cuando dirigió El último samurái. Finalmente, el intérprete rechazó ser Tristán y el director empezó a imaginárselo encarnado por Pitt. “Sentarme con él en mi oficina, solo confirmó lo que me suponía. No basta con que una estrella de cine sea linda (...). Y no es solo la forma en que la luz y la sombra juegan con la estructura ósea de alguien. Es algo indecible detrás de sus ojos que sugiere una fascinante vida interior, ya sea que la tenga o no, que de alguna manera emana de la persona”, describe el director.
A diferencia de Cruise, Pitt “tenía una pasión genuina por el guion y una fuerte atracción por el personaje”. Pero también, al contrario de lo que pasó con el actor de Misión: Imposible, Pitt no congenió con el realizador. “Días antes del rodaje, hicimos una lectura de mesa. Dada la dependencia del guion de la narración y las imágenes, no funcionó muy bien en la estéril sala de conferencias. Pude ver la creciente incomodidad de Brad a medida que avanzaba. Horas después, su agente llamó al estudio para decir que Brad quería renunciar”, relata Zwick. El productor, Marshall Herskovitz, se encargó de convencerlo de que se quedara, pero, para el director, ese fue el primer augurio de “los resortes más profundos de emoción que se agitaban en Brad”.
El cineasta asegura que el intérprete “parece tranquilo, pero puede ser volátil cuando está irritado” y señala que “se ponía nervioso cada vez que estaba a punto de filmar una escena que requería que mostrara una profunda emoción”. La tensión fue creciendo entre el actor y el director y ambos llegaron a protagonizar alguna que otra pelea, según rememora en el libro. “Una tarde comencé a darle instrucciones en voz alta frente al equipo (una provocación estúpida y vergonzosa) y Brad me respondió, también en voz alta, diciéndome que diera un paso atrás”, empieza explicando Zwick. “No sé quién gritó primero, quién maldijo o quién tiró la primera silla. ¿Yo, tal vez? Pero cuando levantamos la vista, el equipo había desaparecido. Y esta no fue la última vez en que sucedió algo así. Con el tiempo, el equipo se acostumbró a nuestras peleas, se alejaba y nos dejaba solos”.
Por supuesto que estas declaraciones generaron revuelo. Y con el correr de los días, se sumaron nuevas versiones sobre el caos reinante en el set. Page Six publicó este sábado un artículo en el que varias fuentes dan su versión de los hechos y no dejan muy bien parado al director del film. “Dicen que la angustia del actor no se debió a que Zwick fuera un valiente moldeador de talento, sino a que es un imbécil”, indicaron miembros del equipo consultados porese medio.
Una de esas personas que participó del proyecto, pero que pidió no ser mencionada, indicó, además, que no fue solo Pitt se hartó del comportamiento de Zwick. “Constantemente le gritaba a todo el mundo. Fue increíblemente difícil trabajar con él”. Y agregó: “Anthony Hopkins [que interpretó al padre de Pitt] se cansó tanto de [Zwick] que un día se subió a su coche y fue al aeropuerto, decidido a abandonar la película”. Por suerte, lo convencieron de que retomara el rodaje y el film terminó siendo un éxito.
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