La actriz vuelve al cine este jueves con Ven a mi casa esta Navidad, ópera prima de Sabrina Campos
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Leonora Balcarce estrena este jueves Ven a mi casa esta Navidad, ópera prima de Sabrina Campos. Cuenta que se sintió muy identificada con su personaje, Inés, una mujer de 40 años que por no ser madre ni estar en pareja sufre la presión de los mandatos sociales en medio de una reunión familiar.
En diálogo con LA NACION, la actriz cuenta que también sufrió algunas presiones, aunque es mamá de Vinicius y de Río y está en pareja desde hace 13 años con el productor Cruz Pereyra Lucena. Adelanta de qué se trata la novela que escribió y asegura que los trabajos que más disfrutó fueron los que hizo con amigos.
“Apenas leí el guion de la película me motivó para hacerla porque me enamoré del personaje. Ensayamos muchísimo y Sabrina estuvo en cada detalle, en los gestos, en la modulación de mi personaje. Y hablamos mucho sobre cuán vulnerable estaba porque en estas fechas importantes la gente hace un balance de su vida. Inés tiene una situación laboral inestable, no está en pareja, no tiene hijos y llega a esta casa de familia de ella y familia política y se siente observada, como un bicho raro por no cumplir con los mandatos”, detalla Balcarce, que en el film está acompañada por Manuel Callau y Marita Ballesteros.
-¿Te sentiste identificada con el personaje?
-Mucho. Todavía somos observadas las mujeres que rompemos con mandatos. Quizá el tema está bastante hablado, pero de la boca para afuera. Falta mucho para que aprendamos, creo yo. Son cosas que también he atravesado en mi vida y está bueno que se vea en una película. Enseguida empaticé con Inés, me sentí identificada porque me ha pasado de escuchar esos comentarios como: “Por qué estás sola; por qué si estás en pareja no convivís; por qué no tenés un hijo; por qué no le das un hermanito; por qué te separás”. Creo que al hombre no le sucede tanto, o no los afecta; los hombres pueden decidir no tener hijos y nadie los cuestiona. Pero yo me vi reflejada en Inés y muchas de mis amigas también.
-Pero vos sos mamá y estás en pareja...
-Sí, pero tuve hijos un poco más grande y eso también hace ruido. Hoy Vinicius tiene 8 años y Río, 6. Y estoy en pareja desde hace 13 años.
-¿Cómo conociste a Cruz Pereyra Lucena?
-Nos conocimos por amigos en común, en una reunión. Nos movíamos en el mismo círculo, pero no nos habíamos cruzado mucho hasta que nos miramos y sintonizamos. Es productor de espectáculos de música (manager de Hernán Cattaneo y director de Buena Productora).
-¿Desde que nacieron tus hijos decidiste trabajar menos?
-No, pero un poco se dio. Hice obras de teatro en los últimos años, pero tenía que irme de casa de noche varias veces por semana y la verdad no me daban ganas. Esta vuelta al trabajo me encuentra bárbara. Estoy muy contenta con esta película. La pasamos muy bien filmándola, aunque la hicimos a finales de 2021, bordeando el Covid y todavía con protocolos y miedo a contagiarnos. Todos estaban con barbijos menos yo y no le conocí la cara a la mitad del equipo.
-¿Tenés proyectos?
Hice una participación en una serie, pero no puedo contar todavía. Y en estos años empecé con el hábito de la escritura. Acabo de terminar una novela que se llama Una perla en la arena y la idea es presentarla el año que viene. Es la historia de una mujer con una hija pequeña, que por muchos años vivió con lujos, sin trabajar. Tiene algunos tintes autobiográficos como cualquier ficción.
-¿Cómo empezaste a escribir?
-De chica tenía el hábito de escribir un diario íntimo, pero nunca pensé en tomarlo en serio. Por otro lado, me interesa tener algo paralelo a la actuación, que es un oficio muy inestable. Yo venía estudiando cosas que me gustaban pero no me apasionaban, como diseño de interiores, diseño de indumentaria, y abandonaba. Hasta que un amigo me sugirió escribir. Hice talleres de escritura, me junté con una editora y empecé a escribir esta novela que en un principio era una obra de teatro. Me senté a escribir, a dejar que volara la imaginación, que es un poco lo que sucede cuando actuás.
-¿Tuviste otros emprendimientos?
-Si, en una época hice remeras, pero no era lo mío. Fue parte de una búsqueda frente a la inestabilidad laboral del actor. Ahora estoy en un camino más cercano al mío. Terminé una novela y ni yo lo puedo creer (risas). Sos tu propio jefe y hay que ponerle voluntad y hacerlo porque si no podés procrastinar eternamente. Escribía las horas que mis hijos estaban en el colegio.
-Actuás desde chica, ¿cómo se dio esa primera vez?
-De chica me gustaba armar historias y personajes. Trabajaba de vendedora con mi mamá, que me anotó en una agencia de publicidad. En mi cabeza estaba el querer actuar, pero pensaba ser veterinaria. Un día me presenté al casting de Montaña rusa otra vuelta y empecé siendo la mala. Estudié teatro con Julio Chaves, me empapé más del asunto y cuando hice la película Martin H, en un día de rodaje me di cuenta de que es lo que quería para mi vida. Tenía 18 años y estaba terminando el secundario en un colegio de adultos.
-¿Por qué?
-Lo había dejado porque quise trabajar y después decidí terminarlo. Vengo rompiendo mandatos desde hace tiempo (risas). Trabajé en una panadería, fui mesera en un bar, vendedora en un shopping. Yo quería trabajar.
-¿Qué ficción disfrutaste más?
-Todas en general, pero me gusta mucho trabajar con amigos. Fueron las más disfrutables. Por ejemplo, la película que dirigió Fito Páez, De quién es el portaligas, que hicimos con Romina Ricci y Julieta Cardinale, que son mis amigas. Fue un momento muy feliz porque es una situación ideal. Si miro para atrás no puedo creer cómo pasó el tiempo y cuántas cosas que hice.
-Fuiste pareja de Gustavo Cerati, ¿qué recuerdos tenés de él?
-Prefiero guardarme lo que vivimos para mí, no tengo ganas de compartir nada. Nunca me interesó hablar de temas privados. No me siento cómoda haciendo eso. Yo no soy del palo mediático, me incomoda.
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