Leo Montero: “No me siento un gran entrevistador, pero soy curioso y me gusta hablar”
El conductor estrena este domingo Estamos a tiempo, un infomagazine que ocupará el espacio que tenía Mauro Viale
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Los programas de Leo Montero tienen un ADN propio, es sencillo encontrar la impronta del conductor en cada trabajo que emprende. AM, Mar de fondo, Mejor de noche en televisión o Bonus Track, el programa que conduce de lunes a viernes por Metro 95.1. Cada proyecto está dominado por sus intereses, obsesiones y dinámica. A partir de este domingo 20 de junio, a las 15, Estamos a tiempo se sumará a esa lista. En el ciclo de América -que ocupará el clásico horario de Mauro Viale del fin de semana- Montero estará acompañado por Bebe Sanzo, Cora Debarbieri, Hernán Letcher y Nicolás Goity. Y, según el conductor, se perfila como una suma de lo mejor que ha hecho en sus ciclos anteriores más “una vuelta de tuerca”.
-Más allá de las diferencias, estás ocupando un espacio muy identificado con Mauro Viale e inevitablemente van a llegar las comparaciones, ¿sos consciente de eso?
-Sí, pero no es algo que me preocupe. Somos dos personas diferentes y nuestras carreras no tuvieron nada que ver. A Mauro no lo conocí, pero parte del equipo que laburaba con él va a estar en Estamos a tiempo y sé que lo respetan y lo quieren mucho, lo han sentido como un maestro periodístico. Respeto mucho lo que sienten ellos y me interesa porque dice mucho de él, pero no lo veo como un reemplazo. Desconozco si la gente que lo miraba va a ser la misma o vendrán a mirarlo por mí. Supongo que va a ser una mezcla de todo. Estoy más enfocado en que el programa tenga su propia identidad, aunque sé que no va a ser el primer domingo porque es una construcción que lleva tiempo.
-¿Y cuál va a ser esa identidad?
-Queremos hacer un infomagazine para pasar bien el domingo, con la pata periodística de América, que es fuerte y me copa y desafía. Son cuatro horas, pero como los contenidos tienen mucho que ver conmigo seguramente lo voy a sufrir mucho menos de lo que lo voy a disfrutar.
-Muy en la línea de Mejor de noche.
-Algo así. Vamos a tener historias de superación, a Bebe Sanzo acompañándome, el Pocas pulgas para poder seguir desplegando mi veganismo y mi conciencia animal. Pero, por ejemplo, ahí tenés una diferencia: la gente va a poder venir y adoptar al perrito o al gatito en vivo, por lo que también los vamos a conocer. Siempre con el grado de responsabilidad que manejamos nosotros, que previamente vamos a saber a qué casa va a ir, quiénes son esas personas, etcétera. Pero que se lo lleven en brazos a su casa, va a ser recontra emocionante y un plus de lo que veníamos haciendo.
-¿No salís del formato porque te da inseguridad o porque no te interesa?
-Mirá, en mi vida hice de todo. Siento que soy una persona dúctil y me gusta mucho serlo. Hice AM, Pura química, 100% Lucha, la NBA. Me interesa estar preparado para muchas cosas, pero también soy de los que creen que lo que gusta no hay que cambiarlo nunca.
-Pero hubo un cambio importante en tu trabajo a partir de la pandemia: Mejor de noche de un día para otro pasó de ser un programa de entretenimientos a uno periodístico.
-Es cierto, la pandemia me llevó a conectar con un estilo que hacía mucho que no hacía. Una cosa era entrevistar en el living a un trío de actores y otra muy distinta fue abordar cuestiones más políticas, sociales, de salud. Cuando Martín Kweller (director de Kuarzo) y Diego Toni (Gerente de programación de elnueve) me dijeron: “No es el momento para entretener. Está para subirnos a lo que está pasando e informar”. Lo primero que pensé fue: “Probemos, total no creo que esto del coronavirus pase de abril”. Y llevamos dos años. Entonces me dejé llevar y me gustó. Y después me pasó al revés cuando me dijeron “volvemos al entretenimiento”, les pedí que no me sacaran todo lo que había podido construir. A partir de ahí volví a mezclar un poco todo eso.
-Y en cuatro horas podés hacer de todo...
-Claro, pero ojo que igual quiero que sea muy picadito, que si estamos haciendo deporte, al que no le gusta sepa que enseguida va a venir otra cosa. Lo mismo si estamos hablando de política, economía o espectáculos. Cuando siento que algo no da para más me voy para otro lado, aunque a veces peco de ser larguero porque a lo mejor me engancho con el tema, pero eso lo vamos surfeando con el vivo.
-Lo que sentís vos y lo que diga el minuto a minuto.
-No creas, tampoco soy un chabón desesperado por el rating. Me pueden decir que algo no está midiendo, pero si estoy hablando con alguien que se vino de la otra punta de la ciudad para llevarse un perrito, le voy a dar el espacio y el lugar que sea necesario hasta cuando considere que es necesario. Por suerte en América confían en mí.
-Hoy, además del rating está el termómetro de las redes y a vos te han tratado bastante bien, salvo algún que otro caso como el conflicto que tuviste hace poco en la radio con una compañera de trabajo.
-A las redes les doy bola porque en el fondo todos queremos que nos quieran, pero tampoco me obsesiono. Yo tenía un profesor de yoga que me decía: “De diez personas, querés que te quieran diez, y si te quieren nueve vas a buscar convencer a esa que te falta. Y la energía que gastás en tratar de convencerla la estás desperdiciando cuando la podrías aprovechar en las otras. Con respecto de lo otro que mencionás, ya lo hablé en su momento.
-Entiendo, pero igualmente te debe haber afectado.
-Obvio, por supuesto que duele. Nadie quiere ser criticado y que digan cosas que no son. A veces hay que entender cómo es el medio y hay que dejar pasar un rato y después termina quedando lo que uno realmente es. Yo sé quién soy y la honestidad que tengo para trabajar y creo que a esta altura eso no lo tengo que explicar. Fue un trago amargo que por suerte ya pasó.
"Yo sé quién soy y la honestidad que tengo para trabajar y creo que a esta altura eso no lo tengo que explicar"
-¿En Estamos a tiempo también va a estar el Leo Montero entrevistador?
-Sí, claro. La idea es que en la última parte pueda tener un mano a mano con un famoso o alguien relevante en lo suyo. Me gusta mucho la charla y me preparo, pero también dejo una puertita librada al momento, a la improvisación, a preguntar el por qué, que es lo mejor que nos enseñan en periodismo. La pausa y el silencio justo. Después tengo una manera que no es estridente, quilombera, polémica, entonces lo voy llevando respetuosamente. No me siento un gran entrevistador, pero me desafía lo que hago, soy curioso y me gusta charlar.
-Además cuando a uno le salen canas lo toman más en serio.
-Es verdad, uno se siente más interesante cuando tiene canas [risas]. Igual cada uno tiene su estilo, yo no me sobreinformo. Me gusta darle el espacio a la gente para que te lo cuente. Yo estoy informado, pero de todos modos le doy la oportunidad al otro para que me sorprenda.
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