Si esta historia de amor fuera una comedia romántica no faltaría la escena de la vidente con su bola de cristal que murmura: "Estos dos van a terminar juntos". Seguramente si alguien le hubiera dicho en 1995 a la actriz Lauren Graham que aquél hombre llamado Peter Krause -con quien compartía una fugaz participación en la sitcom Caroline in the city- sería su pareja 15 años después, ella ni siquiera lo hubiera considerado.
Graham y Krause están juntos hace más de una década, pero se conocen hace más de 25 años. La historia de amor de esta pareja parece haber sido escrita incluso antes de que sus caminos se cruzaran, pero para entender cómo se consolidó este romance, lleno de conexiones y desencuentros, primero es importante conocer a los protagonistas.
Lauren Graham tuvo su pico de fama gracias a la serie Gilmore Girls, que se estrenó en 2000. Durante siete años ininterrumpidos la actriz se puso en la piel de Lorelai Gilmore, una madre soltera, muy independiente, que criaba a su adorada Rory (Alexis Bledel), en un pequeño pueblo de Estados Unidos llamado Stars Hollow. Rápidamente la serie se ganó el corazón de los televidentes. Cuando la ficción llegó a su fin en 2007 muchos fanáticos pidieron el regreso de la famosa dupla de madre e hija, pero sus ruegos recién fueron escuchados en 2016, cuando gracias a Netflix volvió a la pantalla con cuatro nuevos episodios.
Detrás de aquél entrañable personaje, en la vida real había una mujer trotamundos: Graham nació en Hawai, pero vivió en Japón -donde su madre creció- y tras el divorcio de sus padres pasó algunos años en una casa flotante en las Islas Vírgenes. Luego viajó a la ciudad de Nueva York y finalmente se asentó en Virginia. "Mi madre era una persona completamente poco convencional para su tiempo. Era bailarina, pintora y cantante y tenía un alma muy creativa", reveló la actriz en su autobiografía,Talking as Fast as I Can (Hablando lo más rápido que puedo).
Sobre su padre, contó que fue un escritor con un sentido del humor muy ácido, y que luego incursionó en el mundo de la política. "Mis padres me hicieron sentir que hay diferentes formas de vivir, de seguir una carrera y de tener una familia", contó Graham. Esta última frase la define a la perfección porque así es como vivió su vida: a su manera. Nunca se desesperó por conseguir "el mejor papel" que la catapultara a la fama. Subió escalón por escalón, desde comerciales y participaciones especiales en series hasta filmar películas con Vin Diesel (Niñera a prueba de balas) o Billy Bob Thornton (Bad Santa). Hoy, a sus 52 años, Graham tiene un tendal de experiencias para contar: escribió tres libros autobiográficos donde plasma las "lecciones de vida" que aprendió.
Krause, de 54 años, nació en Roseville, Minnesota, y creció en una casa muy humilde, rodeado de campos de maizal. En una entrevista con la agencias de noticias Reuters, el actor confesó que cuando cumplió 16 años empezó a trabajar en un cine local como ayudante, pero todavía no comprendía si esa sería su carrera para toda la vida: "Mi padre era un hombre de granja. A sus 18 años estaba en Alemania sirviendo en el ejército, así que la idea de que su hijo fuese actor era muy extraña para él. Tuvimos una pequeña batalla al principio".
El actor tuvo su gran oportunidad gracias a su personaje de Nathaniel Fisher en la serie Six Feet Under, que logró capturar la atención del público por su peculiar trama: una familia disfuncional que maneja una funeraria en su hogar. Krause interpretó durante cinco años, entre 2001 y 2005, al hijo mayor de ese clan, un deportista soltero y atractivo; es decir, tanto el actor como Graham disfrutaron del éxito de sus carreras al mismo tiempo.
Primera cita: un fiasco, entre juegos de mesa y muebles
En aquella fugaz coincidencia en 1995 en la sitcom Caroline in the city, ya había surgido cierta chispa y química entre ellos, pero la timidez y los malos entendidos ganaron la pulseada. Aunque compartieron una escena de apenas un minuto, fuera de la pantalla había un aura de magia entre ellos. El actor se animó a dar el primer paso, pero las cosas no salieron como esperaba. "Me invitó a jugar un juego de mesa a su casa porque yo le había dicho que amaba esos juegos y obviamente pensé que sería una excusa para que sucediera algo más, pero no. Así que pensé: ‘Ok, está claro que no le gusto a este chico’", confesó la actriz sobre aquella primera cita fallida.
Unas semanas después, en un intento de confirmar su teoría de que no había química entre ellos, Graham le pidió a Krause que la ayudara a mover algunos muebles de su departamento: "Ella me dijo que necesitaba ayuda para mudar algunas cosas, pero admito que yo no capté la señal encubierta y volví a ser un tonto", reveló Krause en diálogo con el programa Live with Kelly. Y así fue, como una vez más, intentando ser un caballero, el actor se convirtió en tortuga y la relación no avanzó.
Ante estos desencuentros cada uno buscó el amor por caminos separados: Krause estuvo en pareja con Christine King, desde 1999 hasta el 2003, y fruto de ese amor nació su único hijo: Roman, quien hoy tiene 17 años. Por su parte, Graham tuvo fugaces romances públicos con los actores Mathew Perry y Marc Blucas.
El consejo de una madre televisiva: "Ese sería el hombre para vos"
Durante la década del 2000, la actriz Kelly Bishop interpretó a Emily, la madre de Lorelei en Gilmore Girls. Según cuenta Graham en su libro, aquella "madre televisiva" se convirtió en lo más cercano a una madre real: "Yo ya no tenía a mi mamá en este mundo para cuando estaba grabando la serie y compartir tantos años de grabación con Kelly hizo que nuestra relación fuera especial. Ella siempre me aconsejaba".
Bishop fue una verdadera visionaria y supo notar cómo brillaban los ojos de su hija de ficción cuando alguien mencionaba a Krause. Así fue como le dijo: "Lauren, tenés que darle un cierre a esas relaciones amorosas que no funcionan y dar vuelta la página. Yo sé quién sería perfecto para vos: ese apuesto actor de Six feet under". Lejos de darle la razón, Graham recordó aquellas dos citas fallidas con Krause y descartó volver a verlo.
Premios SAG 2003: dos presentadores con mucha chispa
La línea de tiempo de este romance avanza hasta 2003, el año en que la vida volvería a cruzarlos: ambos fueron presentadores en los premios SAG. En ese entonces, los dos estaban solteros y venían de varias desilusiones amorosas. "Recuerdo que minutos antes de subir al escenario él me preguntó: "¿Querés que te tome de la mano para subir las escaleras?", recordó Graham en el living de Ellen De Generes. Y así fue, entraron tomados de la mano.
"Después de ese día entendí que era un hombre cautivante, tanto por su personalidad como por su belleza física, pero venía de turbulentos noviazgos con actores y me prohibí a mí misma enamorarme de él", reveló la actriz en su libro autobiográfico. Y agregó: "Era el tipo de hombre del que yo debía huir: actor famoso y atractivo". Durante siete años mantuvieron su relación en la "zona de amigos", hasta que llegó el momento en que fueron convocados para protagonizar juntos la serie Parenthood.
Venía de turbulentos noviazgos con actores y me prohibí a mí misma enamorarme de Peter Krause
Hermanos en la pantalla y novios fuera del set
Desde 2010 hasta 2015, los actores encarnaron en la ficción a dos hermanos: Graham personificó a Sarah Bravermam, una madre divorciada con dos hijos; y Krause se puso en la piel de Adam Braverman, casado y también con dos hijos. Parenhood abordaba los conflictos de una familia y cómo enfrentaban los dramas que le tocaban vivir.
"A estas alturas, ya nos conocíamos de toda una vida. Grabábamos todos los días juntos, no podíamos dejar de hablar. No sobre nosotros, sino sobre el mundo, los libros y la familia. Fue tan simple como 'te gusto' y 'me gustás' y así nos pusimos de novios", recordó la actriz.
Sin embargo, no todo era color de rosas porque en la pantalla tenían que hacer una creíble interpretación de su lazo de hermanos. En este sentido, Krause confesó: "Era difícil decirle a todos que estábamos juntos porque teníamos miedo de que nos dijeran que eso invalidaba nuestro profesionalismo".
Para sorpresa de la pareja, todo el elenco y la producción los apoyó en su relación y ambos mantuvieron sus roles protagónicos durante las cinco temporadas de la serie. Cuando la ficción terminó, la actriz se dio cuenta de que quería tomarse un descanso de la actuación y escribir un libro: en los siguientes años se dejó llevar por su inspiración y escribió tres libros. Fue invitada a innumerables programas para contar su historia de amor y sus vivencias personales y, una vez más, se mostró genuina al responder todas las preguntas.
2020: un amor paciente y auténtico
"En un casting para un papel no depende sólo de uno conseguir resaltar. A veces no alcanza con tu interpretación, porque hay cuestiones del azar que intervienen en que te seleccionen. En el amor es exactamente igual: también tenés que ser elegido en el momento y el lugar preciso, y por eso, los mejores amores llegan de manera natural a nuestras vidas", sintetizó Graham cuando le preguntaron por qué tardó 15 años en darse una oportunidad con "el hombre de su vida".
A partir de su noviazgo, todo el círculo de idas y vueltas se cerró. Se mudaron juntos a una casa en Los Ángeles, en donde disfrutan del tiempo familiar junto a Roman -el hijo de Krause-, y mantienen una vida de bajo perfil.
True Love. #GoldenGlobespic.twitter.com/YUghWLsyJj&— Us Weekly (@usweekly) January 6, 2020
Durante estos diez años juntos ambos se apoyaron en sus carreras y proyectos: cuando la actriz volvió al ruedo con las Gilmore Girls en 2016, Krause tuvo una breve aparición. Interpretó a un guardaparque en la serie, que casualmente es la profesión con la que soñó desde niño. A propósito, el actor confesó que intenta que su hijo sea libre para elegir a qué se quiere dedicar: "Trato de ayudarlo a descubrir qué lo hace feliz. Yo pasé gran parte de mi vida tratando de hacer felices a mis padres y queriendo ser un éxito para ellos. Eso me dañó y me quitó años de autenticidad, por eso quiero que mi hijo escuche su propia brújula interna".
En cada entrevista que brinda la pareja confiesa que el humor fue la clave de su relación. Juntos aprendieron a desdramatizar el hecho de que se tuvieron frente a frente miles de veces y no pudieron verse realmente hasta muchos años después. A su vez, dejaron atrás los prejuicios y los cánones sociales que otros quisieron imponerles. "Miles de veces nos preguntaron por qué no nos hemos casado, o por qué no hemos tenido hijos, y simplemente no fue algo que surgiera entre nosotros. Somos felices de esta manera", sentenció Graham en su libro.
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