Las tragedias que golpearon la vida de Shania Twain
La cantante de country tomó el mundo por asalto hace más de dos décadas, pero luego desapareció, afectada por una increíble traición y la lucha contra una enfermedad que cambió su voz para siempre
Aquellos que vivieron el cierre de la década del 90 recordarán la frase “Let’s go, girls!” con la que Shania Twain arrancaba Man! I feel like a woman, quizá la canción más popular de su disco Come on over, con el que vendió 40 millones de copias en todo el mundo y se consagró como una estrella mundial. Sin embargo, pocos años después había desaparecido no sólo de los rankings, sino de los escenarios y del ojo público... ¿qué le sucedió a la canadiense?
Twain nació en la ciudad Windsor, en 1965, y sus padres se divorciaron cuando ella tenía dos años. Su madre volvió a formar una familia con un indígena ojibwa y tomó de él su apellido artístico. Tuvo una infancia con muchas privaciones, en la que incluso pasó varias noches sin comer, pero encontró refugio en la música. Comenzó a cantar en bares cuando tenía 8 años y comenzó a ser reconocida cuando participó de un concurso de talentos en la televisión a mediados de la década del 80.
Todo estaba dado para que la morocha finalmente pudiera ser reconocida como una gran artista, pero una tragedia le cerró las puertas. Su madre y su padre adoptivo murieron en un accidente automovilístico en 1987, dejándola a ella como responsable de sus tres hermanos menores, con quienes se mudó a una pequeña ciudad de Ontario, en donde cantaba en un hotel para sobrevivir.
Su segunda oportunidad llegó en 1993, cuando tras verla actuar en el hotel, un empresario quedó tan impresionado que le financió la grabación de un demo y le sugirió cambiar su nombre verdadero, Eilleen, por Shania, que significa "en mi camino" en el idioma ojibwa. Esas canciones convencieron a una discográfica, que le editó una placa debut, que no vendió muy bien, pero preparó el camino para The Woman in Me, de 1995, que ganó el premio Grammy a mejor disco de country y a Come on Over de 1997, que fue una explosión gracias a You're still the one, From this moment on, Man! I feel like a woman y That don't impress me much.
El productor de esa placa, Robert Lange, se convirtió en su tutor y, pronto, en su pareja. Se casaron y tuvieron un hijo, pero en 2008 anunciaron su separación, cuando él fue descubierto teniendo un affaire con la mejor amiga de Twain.
El divorcio recién llegaría dos años después, en medio de una gran controversia. De hecho, en 2009 Twain publicó una carta diciendo que su situación personal le impedía componer y cantar. Pero por años no dijo nada más y muchos asumieron que había abandonado la industria para vivir su nuevo amor, con el empresario suizo Frédéric Thiébaud quien, a su vez, era el ex esposo de la amiga que la había traicionado.
Sin embargo, no fue este escándalo el motivo de su alejamiento, sino que había sido diagnosticada con una rara forma de disfonía, un desorden en las cuerdas vocales que le impedía no sólo cantar sino, incluso, hablar. Durante años hizo diferentes terapias y tratamientos, pero terminó sometiéndose a una operación que mejoró su condición pero la cambió para siempre.
"¿Me reconocés? ¿sueno como yo misma o como otra persona? Soy una cantante distinta ahora. Incluso mi voz al hablar es otra. Me costó mucho acostumbrarme a eso y es uno de los obstáculos de mi vida con el que tuve que aprender a lidiar", le dijo este año a Rolling Stone. Allí, también reveló que está convencida de que su dolencia fue a causa del estrés que le generó su divorcio.
Con nueva voz, Twain está lista para volver al ruedo. Hace algunos meses sacó su primer videoclip en quince años y tiene nueva placa, en la que toca temas más oscuros que los que la hicieron famosas. "Es un álbum más melancólico y mucho más oscuro. Pero componer canciones me ayudó a reconciliarme con muchas cosas que me sucedieron a nivel emocional”, reconoció.
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