Las noches de tango, teatro y empanadas de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler

Hay parejas que provocan una atracción obsesiva en el gran público y sin dudas la pareja que forman un premio Nobel y la socialité que en el pasado conquistó el corazón de Julio Iglesias es una de ellas. Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler se flecharon el uno al otro y demostraron que no hay edad para el amor: él asegura que conoció la felicidad recién ahora, a los 80, junto a ella. Por eso su llegada a la Argentina no pasó para nada desapercibida. El premio Nobel de Literatura venía a presentar su último libro, Cinco esquinas, en la Feria Internacional del Libro que tuvo lugar como todos los años en La Rural. Mientras su visita significaba además una especie de revancha luego de que la última vez que estuvo en el país, en 2011, fuera cuestionado por los intelectuales kirchneristas, que repudiaron su presencia en la apertura de la Feria del Libro, los ojos de muchos argentinos se concentraron en seguir los pasos del romance del momento.

Según publica la revista ¡Hola!, Vargas Llosa viajó desde Chile y ella desde Madrid, y se encontraron en el Palacio Duhau-Park Hyatt. Durante su estadía estuvieron acompañados por el hijo del escritor, el ensayista Álvaro Vargas Llosa (50), y su mujer, Susana Abad. Con ellos, y en plan secreto, volaron a Misiones por el fin de semana para admirar las cataratas del Iguazú. Volvieron a Buenos Aires y se refugiaron en el hotel. Por supuesto, la primera salida que organizaron fue asistir a un show de tango y folclore, en Gala Tango, en el barrio de San Telmo. Allí, no sólo se emocionaron con el repertorio autóctono interpretado por una orquesta de piano, bandoneón, dos violines, un contrabajo y dos cantantes, sino que además se animaron a bailar. "Fue un show fantástico, la puesta en escena del tango me pareció maravilloso", dijo Isabel.

Además, probaron comida bien argentina: el escritor pidió unas empanadas de carne que completó con un bife de chorizo y un flan; ella prefirió el carpaccio de salmón de entrada, para después probar un lomo a las brasas y de postre, peras al Malbec.

Ninguno de los dos quiso perderse la carne argentina, plato que después tendrían ocasión de volver a degustar en otros agasajos. Asistieron a la cena de la Fundación Libertad con el presidente Mauricio Macri y Juliana Awada como anfitriones, fueron a ver la obra Franciscus invitados por Norma Aleandro e Isabel hizo compras por avenida Alvear. Vargas Llosa también tuvo un almuerzo privado con el presidente en la quinta de Olivos antes de partir.

Una semana a puro amor porteño que concluyó con una incógnita: ¿la boda es inminente?

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