El joven, fruto de la relación del protagonista de El padrino con la actriz Anna Kashfi, tuvo una vida muy dura y una sucesión de episodios lo condujo a cometer un crimen que afectó de manera dramática a su hermana, la modelo Tarita Cheyenne Brando
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Christian Brando se encontró, desde pequeño, en el medio de una puja entre sus padres que le ocasionaría un gran daño en su vida adulta. Cuando nació el 11 de mayo de 1958, su papá, Marlon Brando, y su madre, la también actriz Anna Kashfi, estaban atravesando un momento crucial en su relación, que se había oficializado un año antes. Las constantes peleas e infidelidades derivaron en un esperado desenlace: la firma de los papeles de divorcio en 1959. La ruptura le puso punto final a la relación sentimental, pero fue tan solo el comienzo de una disputa por la custodia de su hijo que tuvo ribetes dramáticos para el pequeño Christian y que duró nada menos que 16 años.
En primera instancia, Kashfi, quien prefería llamar a su hijo Devi, recibió la custodia, pero el panorama cambiaría cinco años después cuando un juez no la consideró apta para criar al niño debido a su “temperamento incontrolable” y a su adicción al alcohol y a las drogas. Así, Christian experimentaba el primer drástico cambio de su vida cuando, de un momento a otro, pasó a vivir con su padre, quien se ausentaba frecuentemente del hogar.
De acuerdo a testimonios recogidos por la publicación Los Angeles Times, Christian fue criado por niñeras en la mansión que tenía Brando en Ojai, California. En 1971, mientras el actor se encontraba filmando Último tango en París, Kashfi entró en desesperación y fue a buscar a su hijo, a pesar de que legalmente tenía una prohibición para estar en contacto con él. La mujer, para no despertar sospechas, lo llevó a una comunidad hippie, donde solicitó que Christian sea resguardado a cambio de una importante suma de dinero. A medida que pasaba el tiempo y al percibir que Kashfi no iba a cumplir con el acuerdo, integrantes de dicha comunidad secuestraron al pequeño. Marlon Brando contrató con celeridad a un detective privado, que lo encontró en Baja California, severamente enfermo.
"Anna era una de las personas más crueles que conocí en toda mi vida"
Marlon Brando, sobre Anna Kashfi, la madre de su hijo Christian
Al ser internado, se lo diagnosticó con una bronquitis severa que tuvo en vilo a su padre. Su mamá, en tanto, fue detenida en la frontera entre México y los Estados Unidos. “Ella era una persona cruel y completamente infeliz”, declaró Brando sobre su primera esposa, en diálogo con The Washington Post. “La mayoría de los individuos tenemos aspectos buenos y malos, pero la mamá de Christian era un ser que irradiaba negatividad, una de las personas más crueles que conocí en toda mi vida”, remarcó el actor, quien tras el divorcio con Kashfi, se casó primero con la actriz mexicana Movita Castaneda, y luego con Tarita Teriipaia, en 1962. De esa relación nacieron dos hijos, Simon y Tarita Cheyenne. Christian Brando, quien empezó a desarrollar un comportamiento autodestructivo tras el trauma de su secuestro, se volvió inseparable de Cheyenne, con quien tenía un vínculo aparentemente indestructible.
Una adolescencia triste y descontrolada
Como pasaba gran parte de sus días en soledad, Christian comenzó a canalizar los angustiantes episodios vividos a tan temprana edad consumiendo drogas de toda clase. Luego, cuando quiso seguir los pasos de su padre en la actuación, no pudo sostener ese deseo y realizó trabajos completamente distanciados del de Marlon, quien contó que su hijo tenía “un importante desorden emocional”. Tiempo después, Christian reflexionaría sobre su juventud y haría una confesión desoladora sobre el clima en la casa de su papá, con quien vivía parte de su tiempo, cuando no se encontraba en su cabaña remota donde le gustaba pasar jornadas prolongadas.
“La familia vivía cambiando de forma. Un día me sentaba en la mesa y tenía que preguntar: ‘¿Y vos quién sos?’”, contó, respecto de los matrimonios de su padre, sus vínculos con otras mujeres, y los hermanos a los que iba a conociendo por compartir el mismo techo en la casa de Hollywood Hills. Si bien el joven se sentía desconcertado, encontró en Cheyenne a su confidente, una joven que compartía su misma vulnerabilidad, y quien inicialmente había sido víctima de la indiferencia absoluta de su padre, que no quería que conociera a su hermano. Cuando esto cambió, la joven modelo y Christian se volvieron inseparables.
Un día, Cheyenne, quien se encontraba visiblemente afectada por algo que no podía poner en palabras, le confió a Christian lo que le estaba sucediendo. En 1987, había empezado un noviazgo con Dag Drollet, el hijo de un gran amigo de Marlon. Dos años después, la joven anunció que estaba esperando su primer hijo, y Brando le ofreció su residencia de Mulholland Dr. para transitar el embarazo. Sin embargo, el día que le pidió a su hermano discreción, todo cambió. Cheyenne le confió a Christian que Dag la agredía físicamente, y que temía por su vida. La preocupación de su hermano lo condujo a confrontar a Dollet, una decisión que terminó en una tragedia.
El asesinato que tuvo un efecto dominó en su familia
Semanas antes de que Christian enfrentara a su cuñado, trascendió que Dag había querido terminar su relación con Cheyenne a pedido de su padre, quien le dijo: “Acaba con esa relación porque, de lo contrario, ambos van a terminar muertos, o se van a quitar la vida, como sea, ambos pueden llegar a morir porque sus dificultades son muy grandes”. Según reportes de la época, Dollet acusaba a su pareja de ser una persona “inestable y desequilibrada” mientras que ella aseguraba que él la golpeaba. En ese contexto, Christian tomó un arma y confrontó a su cuñado en el living de la casa de su padre, donde todos se encontraban viviendo. “No quería matarlo, solo quería asustarlo”, declararía tiempo después sobre lo sucedido el 16 de mayo de 1990.
Cuando Drollet vio el arma, entró en pánico e intentó sacársela de las manos, esta se disparó y Dag murió en el acto. “Me senté ahí y miré cómo se le iba la vida a este hombre”, confesó Christian de manera escalofriante. Luego llegó el juicio en el que se declaró culpable de homicidio y fue condenado a 10 años de prisión, de los cuales cumplió cinco. En ese momento, los medios asediaban a la familia y en las tapas de revistas se podían leer titulares del estilo “Muerte en la casa de Brando”, además de que hubo trascendidos que vinculaban al actor de El padrino con el hecho, al punto tal de nombrarlo como figura cómplice.
Durante el juicio, la salud mental de Cheyenne empeoró y no pudo salir de testigo. La joven ingresó a diversas clínicas psiquiátricas, perdió la custodia de su hijo, y fue diagnosticada con esquizofrenia. El asesinato de su pareja a manos de su hermano cambió por completo su vida, e incluso llegó a decir que creía que su padre había sido cómplice. En 1995, en la casa de su madre en Tahití, Cheyenne se quitó la vida, un año antes de que Christian fuera liberado. Tras su excarcelación, el hombre habló de su hermana al enterarse de las acusaciones que había hecho contra su padre y confesó sentirse como “un idiota por haber creído en ella”.
Christian puso en duda lo que le había confiado su hermana y el padre de Dag también habló con la prensa al respecto. “Mi hijo nunca le pegó a Cheyenne: ella siempre lo estaba golpeando, arrojándole cosas, entraba en ataques de ira”, aseguró, si bien nunca se supo la verdad sobre lo que atravesaba esa pareja.
Los últimos años de Christian, signados por la violencia
En 2004, Christian se casó con Deborah Presley, quien lo denunció por violencia doméstica. Brando estuvo tres años en libertad condicional y debió ingresar a un centro de rehabilitación y a un programa sobre la concientización “del abuso matrimonial”. En los últimos años de su vida, el hombre pasó su tiempo en mediaciones, en clínicas para tratar sus adicciones, y arrepentido por haber defendido a su fallecida hermana. “Fallé como padre”, fueron las palabras de Marlon para hablar de Christian, quien murió, a los 49 años, el 26 de enero de 2008 por complicaciones derivadas de una neumonía.
“A su manera torpe, estúpida y egoísta, Marlon quería lo mejor para sus hijos”, aseguró uno de sus biógrafos, Peter Manso. El actor, por su parte, aseguró que “fue una lucha” la preservación de su sanidad mental. “Vivimos en mundo lleno de falsedad y costó mucho que mi psiquis no sucumbiera a lo que genera el éxito, tuve que pelear para no sacar los pies de la tierra y criar a mis hijos”, expresó el actor que tuvo una vida marcada por la tragedia y un final tan solitario como los de Christian y Cheyenne.
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