La conductora se ausentó de su programa en algunas oportunidades como consecuencia de dolencias de diverso tenor; el reemplazo de Marcela Tinayre, el augurio de Delia Garcés y la resiliencia de la conductora
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Esta tarde, en el sanatorio Mater Dei, Mirtha Legrand será sometida a una intervención programada a través de la cual le colocarán un marcapasos. Si bien se trata de un procedimiento relativamente sencillo y, en algunos casos, con internación de unas pocas horas, lo cierto es que, en el caso de la diva, se extremarán los recaudos por tratarse de una persona de 96 años.
“Me preparo con buen humor, no me duele nada, estoy perfecta”, dijo la conductora el pasado sábado cuando fue abordada por los cronistas televisivos en el ingreso al Multiteatro, adonde asistió para ver la función de la obra Toc Toc. “Puedo no hacerlo, pero por seguridad, lo hago”, sostuvo en torno al procedimiento que fue sugerido por su cuerpo médico personal.
Esa misma noche, también reconoció que no sabe cuándo regresará a la televisión. Si bien la colocación del marcapasos, que ordenará su ritmo cardíaco, requiere de algunos días de cuidados y cierta calma, lo cierto es que la vuelta de su programa no se demora por esa razón sino porque se encuentra aún en proceso de negociación. En los últimos días, trascendió que la pantalla de América sería la que cobijaría nuevamente a La Noche de Mirtha, aunque no se descarta que Nacho Viale, productor del ciclo, termine cerrando con eltrece. El hermetismo reina en las partes involucradas. Incluso, Marcelo Tinelli, a cargo de la gerencia artística de América, prefiere no adelantarse con los anuncios, aunque desea tener a una figura de la envergadura de La Chiqui en el canal.
La salud de Mirtha no sólo no es impedimento para la regreso de los programas sino que es sabido que la diva necesita de la actividad para conservar su activa longevidad. A lo largo de su carrera, han sido muy pocas las oportunidades en las que debió ausentarse por alguna indisposición, más allá de algún duelo que le tocó transitar en el aire.
Salud de fierro
Desde el 3 de junio de 1968, fecha en la que Legrand debutó con Almorzando con las estrellas, antecedente de Almorzando con Mirtha Legrand, sus ausencias por cuestiones de salud se pueden contar con los dedos de una mano.
En 1999, el ciclo transitaba un momento de muy buena audiencia. Fue en aquellos tiempos en Canal 9 Libertad cuando la diva mutó en algo más que una presentadora de televisión cordial y amena con sus invitados para convertirse en una comunicadora que hincaba el diente en temas de actualidad política sin concesiones.
Aquella temporada de 1999 se acercaba a su fin sin sobresaltos. Como cada año, la escenografía de los almuerzos había sido adornada con una decoración navideña, anticipándose a las celebraciones del mes de diciembre. Sin embargo, una gripe fortísima pudo con la diva, quien debió faltar a su trabajo, algo que siempre detestó. El 13 de diciembre de aquel año, la producción, aún liderada por Carlos Rottemberg, y el dueño del canal, Alejandro Romay, pensaron que un “efecto sorpresa” causaría más impacto y mantendría el rating. Una buena salida decorosa en lugar de repetir un programa emitido con anterioridad. Así fue como se decidió, con la anuencia de Mirtha Legrand, que su hija Marcela Tinayre fuera su reemplazante momentánea. Tinayre conocía esa pantalla ya que había conducido el ciclo Utilísima.
“Estoy encantada de la vida”, dijo la madre de Juana y Nacho Viale, quien luego reconoció que “en este caso soy hija, no soy Marcela Tinayre”, dejando en claro que se trataba de un “toro”, como se dice en el teatro cuando se sale a escena de improviso y sin ensayos, basado en el amor a su mamá. En el primer bloque, antes del ingreso de los invitados, Tinayre conversó telefónicamente con Mirtha llevándole tranquilidad a la audiencia sobre su estado de salud.
Tinayre no condujo nada mal, lo cual hizo pensar que sería la sucesora natural de la reina madre de la televisión, algo que no sucedió, ya que el programa, años después, quedó en manos de Juana Viale.
Resbalón y caída
En julio de 2014, Mirtha sufrió uno de los percances físicos más duros de su vida. Durante una lluviosa y fría tarde de sábado, la diva se resbaló en la cochera del edificio donde vive, cayendo pesadamente sobre el piso de cemento que se encontraba mojado.
A pesar que, fiel a su profesionalismo, deseaba hacer en vivo La Noche de Mirtha por eltrece, lo cierto es que la gravedad de la situación llevó a su asistente Elvira a llamar rápidamente a la familia de la conductora y a su médico de cabecera. En minutos, la diva fue internada en el sanatorio Mater Dei, a pocas cuadras de su domicilio, donde se constató que la caída le había provocado fractura de tibia y peroné. Esa misma noche, fue operada, quedando algunos días internada.
Dado el tipo de lesión, debió inmovilizar su pierna durante un mes, utilizando un bota walker en su pierna y trasladándose en silla de ruedas. Coqueta a ultranza, cuando le dieron el alta médica, salió del centro médico de madrugada y camuflada en la camioneta de Ignacio Viale, su exyerno.
La Chiqui faltó al programa durante dos fines de semana. Cuando volvió, se mostró radiante, como siempre, pero evitó desplazarse al aire, abriendo el programa ya sentada en su escritorio. Su relato sobre los días de internación fue muy simpático y lleno de humor.
Un susto y una nueva operación
Pocos saben qué es una brida abdominal, una dolencia que se “popularizó” en mayo de 2019 cuando se informó que Mirtha había sido internada, nuevamente en el sanatorio Mater Dei, para tratar esta curiosa dolencia.
En el parte del centro médico, firmado el 13 de mayo, se explicó que a las 23 había finalizado la intervención quirúrgica y que la conductora se encontraba en la sala de cuidados intensivos. En cuarenta y ocho horas, regresó a su hogar y continuó con su vida cotidiana con absoluta normalidad. En esta oportunidad, Mirtha se ausentó de su trabajo muy pocos días y volvió a ser reemplazada por Marcela Tinayre como había sucedido veinte años atrás.
“Obstrucción coronaria”
Si las anteriores internaciones de Legrand generaron inquietud en su núcleo familiar y social y en la opinión pública, lo acontecido en septiembre de 2021 fue, seguramente, la circunstancia más traumática que le tocó transitar. “Obstrucción coronaria” fue la definición médica sobre la dolencia que, esta vez, afectaba a la diva y que dialoga con su actual cuadro. La internación se realizó con cierto apuro y la noticia trascendió en horas de la noche de aquel jueves 30 de septiembre.
En esta oportunidad, aún en plena pandemia del Covid, se filtraron imágenes de la diva internada conectada a la maquinaria que evaluaba su evolución cardíaca y con barbijo colocado. Aunque todo salió bien, podría decirse que, en un principio, el cuadro generó cierta preocupación. Mirtha ya había cumplido sus 94 años y una obstrucción cardíaca no era un tema menor.
Esta tarde, a las 19, a la diva le colocarán un marcapasos y, dado su buen estado de salud general, se espera que todo resulte de la mejor manera. “Sos fuerte como una catedral”, le dijo la recordada actriz Delia Garcés, cuando la visito en su programa, luego de la muerte de Daniel Tinayre. No se equivocaba. Hay Chiqui Legrand para rato.
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