Para celebrar sus 50 años de casados, sus hijos Martín, Julieta, Sebastián, Emanuel, Luis y Rosario los agasajaron con una divertida fiesta para ochenta invitados en el hotel Faena
Ellos aseguran que no hay fórmula (“Si la tuviera, la escribiría y sería un best seller”, bromeó Ramón “Palito” Ortega durante la fiesta que le regalaron sus hijos para celebrar las bodas de oro), pero el amor del rey del Club del Clan y Evangelina Salazar merece un cuadro destacado en la historia del showbiz local. Su casamiento fue el primero televisado de Argentina y desde entonces, cada capítulo de sus vidas es noticia. Supieron capitalizar los buenos momentos que vivieron juntos y entendieron que debían atravesar las tormentas –siempre de a dos y poniendo lo mejor de cada uno– para llegar a buen puerto. Por eso, la del sábado 1 no fue una noche más para los protagonistas de la fiesta y sus invitados: hubo alegría, momentos únicos, buena comida, champagne y, como no podía ser de otra manera, mucha música. Martín, Julieta , Sebastián , Emanuel , Luis y Rosario fueron quienes se encargaron de todo para que la celebración fuera realmente inolvidable. Después de la recepción que incluyó paté de ciervo, roll de salmón ahumado con manzanas verdes e hinojos, langostinos con salsa de mango y bocados de cordero y cebollas caramelizadas –entre otras delicias a cargo de la chef del hotel Faena, Marina Carluccio–, los presentes se ubicaron en los livings con mesas especialmente decoradas con liliums y lisianthus para disfrutar de la comida.
UN ESCENARIO, MUCHAS EMOCIONES
Palito “capitaneó” la noche como un verdadero showman. Primero hizo subir al escenario a Evangelina y le agradeció la alegría y los años que llevan juntos. Después desplegó su encanto con sus grandes éxitos, mientras detrás de él se proyectaban fotos de la pareja, desde su casamiento celebrado el 2 de marzo de 1967 en la abadía de San Benito de Palermo hasta la actualidad. Los músicos invitados –Juanse, Nito Mestre, Iván Noble (ex marido de Julieta), Celeste Carballo y David Lebón– también pusieron su arte sobre las tablas. Junto a Cacho Castaña, Palito hizo a una versión de “Sabor a nada” que emocionó a todos. La herencia musical se hizo presente con Rosario Ortega, Benito –el hijo de Julieta Ortega e Iván Noble– que tocó la batería y Dante –el mayor de los herederos de Sebastián Ortega–, que cerró cantando temas de Ed Sheeran.
Palito y Evangelina, quienes hace un mes renovaron sus votos frente al papa Francisco en el Vaticano, no quisieron regalos. En cambio, pusieron una urna para que los invitados donaran plata al hogar de la parroquia Cristo Obrero de la Villa 31, donde está enterrado el padre Mugica, para colaborar en su lucha contra el paco.
La torta y el brindis dieron paso al baile, que duró hasta la madrugada. Nadie quería irse, todos tenían claro que estaban viviendo una “velada de oro” única e irrepetible.
- Texto: Sebastián Fernández Zini
- Fotos: Álbum privado de Palito y Evangelina y Juan Ignacio Roncoroni
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