El intérprete irlandés de 69 años perdió a Charlotte cuando ella tenía 41 años y aseguró que la unión familiar fue lo que le permitió salir adelante y no sucumbir a la depresión
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Por mucho tiempo, Pierce Brosnan habló de “la crueldad” de la vida y, por más tiempo aún, le costó salir de ese estado en el que no podía ver un futuro por fuera de la realidad angustiante que estaba atravesando. “Perdí a una persona con la que compartía mi cotidianidad, me sentía abrumado, no sabía qué hacer, no sabía cómo atravesar el duelo”, declaró el actor en una entrevista con la revista People cuando murió su primera esposa, Cassandra Harris, de cáncer de ovario. Como él mismo expresó, el despedir al primer gran amor de su vida fue un momento bisagra para un hombre que recién estaba comenzando a conocer todo lo que conlleva la palabra resiliencia.
Brosnan conoció a la actriz australiana cuando estaban terminando sus estudios universitarios y se preparaban para ingresar a una industria en la que querían demostrar su versatilidad como intérpretes. El amor instantáneo que sintió el actor lo sorprendió, tanto así que jamás esperó que sus sentimientos fueran recíprocos. “Era una mujer de una belleza increíble y nunca pensé que iba a poder pasar los 17 años de mi vida que estuve junto a ella”, expresó y añadió que nunca se puso como meta conquistarla sino simplemente conocerla y ver hacia dónde ese proceso los conducía. “Yo tan solo quería mirarla, disfrutar de su compañía, no hubo plan detrás, no hubo un cortejo”, manifestó Brosnan. Sin embargo, más allá de sus inseguridades, de su miedo a no ser correspondido, los encuentros que mantuvo con Harris fueron significativos para ambos y un día ella le confesó estar enamorada también.
Al poco tiempo, más precisamente en diciembre de 1980, contrajeron matrimonio y le dieron la bienvenida a su hijo, Sean, tres años más tarde. La boda implicó mucho más que oficializar el vínculo. Para Harris, era abrirle las puertas de su vida a un hombre que debía convivir con dos hijos de su relación anterior con Dermot Harris, Charlotte y Chris. A pesar de las dudas de la actriz, Brosnan disfrutaba de esa familia ensamblada y cuando falleció el padre de los hijos de su esposa, no tuvo que pensar el próximo paso. Sabía que quería adoptarlos legalmente y así fue. Pierce, Cassandra, Sean, Charlotte y Chris se instalaron en California, donde sus padres dieron sus primeros pasos en la actuación. Cuando ambos obtuvieron papeles importantes en la serie Remington Steele, la preocupación por la estabilidad económica se disipó y la familia vivía de manera armónica, con cada integrante cumpliendo sus respectivos deseos.
La vida de todos dio un vuelco en 1987 cuando Harris fue al médico por un control y al poco tiempo le diagnosticaron cáncer de ovario. La enfermedad contra la que también había luchado su madre avanzó rápidamente y la actriz murió el 28 de diciembre de 1991, con tan solo 43 años. Según contaría Brosnan años después, ese período en el que su esposa estuvo enferma no lo preparó como él imaginaba para los pormenores de un duelo que debió atravesar mientras contenía a sus tres hijos.
“Todo cambió de la noche a la mañana, la rutina dejó de ser la misma y la manera en la que veía la vida, también. Cuando lidiás con la muerte se despiertan muchas cosas, empieza a nacer ese miedo a otras pérdidas y vos mismo te enfrentás a tu propia mortalidad”. Además, el actor contó que el tratamiento que atravesó Cassandra fue muy duro, pero que el optimismo con el que se levantaba todas las mañanas lo llevó a contemplar la posibilidad de que su esposa ganara una batalla tan difícil. “Tenía una energía contagiosa, te hacía pensar en la vida de igual modo: siempre considerando el lado luminoso, por eso la pérdida fue tan terrible para todos y fue aún más doloroso para mí verla en los ojos de mis hijos, allí estaban las consecuencias de la partida de Cassandra”, manifestó el actor.
"En mi familia hubo tantos momentos de quiebre... Ahora voloro cada minuto que paso con mi esposa, mis hijos y mis nietos"
Pierce Brosnan
Esa forma de abordar la adversidad también condujo a Harris a considerar tratamientos alternativos. La actriz no estaba dispuesta a bajar los brazos. “Ella sentía que era lo que tenía que hacer, todos teníamos miedo, pero la apoyábamos en cada decisión”, recordó Brosnan y remarcó que, en ese momento, “era el más silencioso ante lo que pasaba” porque no quería alterar ni a su esposa ni a sus hijos. Cuando tenía momentos de soledad, en cambio, el panorama era otro. “Me sentía desesperanzado, se me mezclaba la bronca con la confusión ante lo que estábamos viviendo, y terminó siendo Cassandra quien me calmara a mí”, declaró.
Poco antes de morir, su esposa le pidió que no se preocupara: “Me dijo: ‘Tranquilo, es solo otra vida que se apaga’”. Tras la pérdida, encontró fortaleza en sus hijos. “Mi esposa me hizo mejor persona y mejor padre, estaba presente en cada paso que daba”, remarcó el actor, quien comenzó a abrirse paso en Hollywood y a consagrarse gracias al rol de James Bond. Veintidós años después de esa dura pérdida, la vida le puso otra adversidad en su camino cuando su hija Charlotte le comunicó que padecía la misma enfermedad que su madre.
Un segundo duelo que lo sumió en la depresión
En 1994, el actor se enamoró de la periodista Keely Shaye Smith, pero aguardaron hasta pasar por el altar. La pareja finalmente se casó en 2001 en Irlanda y tuvo dos hijos, Dylan y Paris. La familia, que había superado una pérdida dolorosa, se agrandaba día a día. Cuando Charlotte le contó que iba a ser abuelo -fue mamá de Isabella y Lucas-, Brosnan se emocionó y no pudo evitar pensar en lo que hubiese sentido Cassandra ante esa gran noticia.
Por lo tanto, el diagnóstico de cáncer que recibió Charlotte fue un golpe ante el cual los miembros de la familia no supieron cómo reaccionar, sobre todo por el contraste de situaciones. Cuando supo que estaba enferma, la mujer decidió casarse con el padre de sus hijos, Alex, una de sus cuentas pendientes. El 28 de junio de 2013, a sus 41 años, Charlotte murió a causa de la misma enfermedad que le había arrebatado a su abuela y a su mamá. “Luchó con la misma humanidad y dignidad que su madre, nuestros corazones están con nuestra querida niña”, expresó en ese entonces Brosnan en un comunicado desgarrador en el que informaba la triste noticia.
La muerte de Charlotte lo sumió en una depresión que preocupó a su esposa y al resto de sus hijos. Según testimonios de sus hermanos, la mujer era “la persona que le aportaba luminosidad, risas, y personalidad avasallante a la familia”. Como consecuencia, su ausencia los afectó profundamente. Una amiga del actor, Nancy Ellison, le contó a la revista People que el actor no podía dejar de llorar al recordar lo más importante que lo unía a su hija. “Pierce me escribió un día para decirme que la memoria más intensa que tenía de Charlotte era su capacidad para hacerla reír en cualquier situación y que estaba devastado por no poder hacerla reír nuevamente”.
Asimismo, el entorno familiar manifestó lo duro que fue contener a los hijos de Charlotte. “Ella los adoraba, todo el mundo le preguntaba si no quería ser actriz como sus padres, pero ella siempre se negaba, lo único que le importaba era estar en casa con su familia, con sus hijos, era una madre devota que pasaba todo el tiempo con ellos”, contó una amiga. En ese proceso de duelo, Brosnan fue acompañado por sus hijos y su esposa para salir adelante, estar con sus nietos y, nuevamente, intentar incorporar los consejos de su primera esposa, quien nunca lo dejaba claudicar. De a poco fue saliendo adelante, con los altibajos emocionales propios de la situación. En junio de 2020, a siete años de la muerte de su hija, el actor compartió una imagen en su cuenta de Instagram acompañada con las siguientes palabras: “Acá te estoy mirando, nena. En mis recuerdos, Charlotte”.
De esta forma, la frase con la que recordó a Cassandra cuando su primera esposa fallecía en sus brazos luego se trasladó a su hija, quien batalló con el mismo optimismo que su mamá. “Ella me ha hecho el hombre que soy, el actor que soy, y el padre que soy. Va a estar siempre conmigo. Fue una bendición haber conocido a una persona como ella”, manifestaba Brosnan. El mismo legado le dejó su hija, quien le enseñó a mirar la vida con optimismo, si bien siempre reconoce que los recuerdos de Charlotte se le aparecen todo el tiempo y lo llenan “de melancolía”, como detalló en una ocasión con mucha candidez.
“El ser testigo de cómo una persona que amás es carcomida por una enfermedad tan insidiosa es algo que no te abandona. Primero, sostuve la mano de mi esposa, y luego la de mi hija; me sentí tan aislado después que me mantuve en pie no solo porque sabía que debía hacerlo sino porque tenía que valorar a mi familia, y eso es lo que hago siempre con mi mujer, mis hijos, mis nietos: somos una familia muy unida también por las fracturas que se generaron, por esas pérdidas que sufrimos”, subrayó el actor que, en lo que es un ejercicio cotidiano, busca la entereza para seguir mirando hacia adelante, aunque a veces le cueste. “No miro el vaso mitad lleno. La oscuridad, la melancolía de perro irlandés viejo se sienta cerca mío cada tanto”, se sinceró.
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