La modelo y actriz Agustina Córdova, en la dulce espera junto a su nueva pareja: “Va a ser una experiencia muy distinta”
Su primer hijo, Andes, nació en pandemia; la protagonista de la versión argentina de La niñera disfruta de la familia ensamblada que construyó con un empresario gastronómico y sueña con pasar por el altar
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Agustina Córdova está radiante transitando el sexto mes de su segundo embarazo. Luz llegará al mundo en la última semana de enero próximo, la misma fecha de parto de su hermano mayor, Andes (4). Y para la actriz, que además de profesora de yoga es astróloga, los planetas tienen algo que ver en el asunto.
En una charla con LA NACIÓN, Córdova contó cómo vive este embarazo tan distinto al primero, que fue transitado en pandemia. También cuenta la historia de amor con Tomás Arizaga, un empresario gastronómico a quien conoció hace dos años en Punta del Este, y adelanta que ya con la nena en brazos empezará a organizar su boda. “Tengo fecha de parto para el 24 de enero aproximadamente. Es mi segunda vez con panza en verano, porque Andes tenía la misma fecha probable de parto; no sé si es casualidad porque mi ascendente es Acuario y algo debo tener que aprender”, detalla entre risas.
-¿Fue una beba buscada o los sorprendió?
-No estuvimos mucho tiempo buscando. Todo fue bastante rápido cuando abrí la posibilidad de ser madre. Queríamos un hijo, pero sucedió súper rápido, como la Luz (risas). Sufrí los malestares propios de los primeros tres meses, con vómitos, náuseas y las hormonas revolucionadas, algo que no me había sucedido con Andes. Pasado eso, tengo un embarazo hermoso que estoy disfrutando muchísimo.
-Tu primer hijo, Andes Bustamante, nació al inicio de la pandemia, poco antes de la cuarentena. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Mi hijo nació en un contexto social y mundial diferente; había precedentes de pandemia, pero era muy remoto. Le escribí una carta a Andes para que cuando sea grande entienda el contexto en el que llegó al mundo. No fue todo color de rosas, me tuve que encerrar cuando una mujer en un puerperio necesita de otras mujeres. Y tener a mi familia lejos fue durísimo; mi mamá pudo conocerlo cuando tenía 8 meses y fue muy triste toda esa parte pese a que estaba viviendo el momento más feliz de mi vida. Cuando pasó lo peor, entré en otras cuarentenas que nunca terminaban (risas); fue un contexto difícil, pero hice lo mejor que podía con las herramientas que tenía, sin ayuda. Esta vez será otra la experiencia y la merezco porque quienes fuimos madres en pandemia tenemos un sabor lindo y amargo a la vez.
-Los primeros años de tu hijo los viviste en tu ciudad natal, Mendoza. ¿Por qué te fuiste y por qué volviste?
-Soy mendocina y al año y medio de Andes nos fuimos a vivir allá. En ese momento tuve contención porque en allá está toda mi familia y la historia fue otra, vivimos en la naturaleza con otra asistencia y amor. La de Luz va a ser otra historia diferente, y yo como madre voy a poder experimentar otras cosas. A pesar de que me vine por primera vez a Buenos Aires a los 17 años, me cuesta vivir lejos de la naturaleza, y pronto nos vamos a mudar a una casa un poco más grande. Y los fines de semana vamos a Lobos y ahí vuelvo a respirar. Nos volvimos porque el papá de Andes ya estaba otra vez en Buenos Aires y se hacía difícil la logística. Y mi trabajo también está acá. Fue hermoso volver a mi casa en Mendoza, con mi familia. Fue una gran decisión mudarnos, lo disfruté mucho aunque el proyecto de familia no funcionó.
-¿Te mudás antes del parto?
-Sí, en unos días. Necesitamos más espacio.
-Un fin de año movido...
-¡Si! Y es mi segunda vez mudándome embarazada.
-¿Qué dice Andes de su hermanita?
-Está súper enamorado de la situación. Me enteré de que era nena porque Andes me lo dijo. A la semana de saber que estaba embarazada, él me dijo que había tenido un sueño, que tenía un bebé en la panza y era una niña. Increíble porque no lo sabía nadie, ni siquiera nosotros.
-¡Qué intuitivo!
-Es muy intuitivo. Tiene cosas mágicas mi hijo. Estamos todos muy enamorados con la llegada de Luz y lo transitamos hermosamente como pareja. Es una familia ensamblada porque está mi hijo, y funciona todo muy bien. Tomás no tiene otros hijos y está como loco de amor.
-¿Cómo nació tu historia de amor con Tomás?
-Nos conocimos hace dos años en una fiesta en Punta del Este, pero no pasó nada porque cada uno estaba transitando su separación. Tenemos amigos en común y a los meses nos reencontramos y recién ahí sí empezó nuestra historia de amor, cuando yo todavía vivía en Mendoza y él en Buenos Aires, así que los primeros meses fueron a la distancia. Después me mudé a Buenos Aires.
-¿Hay planes de boda?
-Es la idea, pero no nos dio el tiempo (risas). Nos fuimos a vivir juntos y al poquito tiempo llegó Luz. Tenemos ganas de celebrar nuestro amor, pero no creo que sea inmediato. Hay ganas de compartir con amigos y familia. Y Tomás se quiere casar en Mendoza, que es donde empezó nuestra historia.
-¿Tenés proyectos laborales o los primeros meses van a estar dedicados a la familia?
-No estoy pensando en nada inmediato porque quiero dedicarme a Luz y a Andes. De todos modos, hay proyectos en el tintero y siempre tengo mi espacio, @universodiksha, que funciona desde hace algunos años. Soy profesora de yoga, astróloga y hago meditaciones colectivas mensuales. Es mi terapia. Es algo que está hace mucho tiempo en mi vida y que viene de mi mamá y mi abuela; crecí en ese contexto, mi mamá es profesora de yoga y es coach, y nos formamos juntas en India muchas veces, aunque cada una hizo su recorrido. La que empezó todo fue mi abuela, y sigue porque Andes juega haciendo posturas de yoga o canta mantras. Es un universo que incorporó desde la panza.
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