La misteriosa vida de John Deacon, el bajista fundamental de Queen
"Pensaba que iba a estar en una banda, cinco, diez años a lo sumo. No puedo pensar en un futuro sin el grupo, sería aburrido", decía John Deacon, el bajista más famoso del mundo en los ochenta. El cuarto integrante de Queen , el último en entrar al grupo, el creador de éxitos de la banda, era una especie de arma secreta. Su bajo perfil, frente a las grandes personalidades de Freddie Mercury , Brian May y Roger Taylor, funcionaba como un elemento pacificador dentro de un grupo de egos tan creativos como explosivos.
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En otro tipo de banda su estilo hubiera pasado desapercibido. En Queen su forma de tocar el bajo, persistente en la construcción del groove y en su fraseo de las líneas melódicas, lo ubicó en el puesto 32 de los mejores bajistas de la historia del rock según la Rolling Stone. Mientras que su personalidad sin estridencias y su interés por la música pop sumó al grupo un equilibrio necesario al sonido general de la banda, que se paraba sobre el temperamento vocal de Freddie Mercury y la pared de sonido rockera que armaban Roger Taylor en la batería y Brian May en la guitarra.
Deacon siempre fue el muchacho tímido de pocas palabras, que nació y creció en Leicestershire, ciudad de nobles y reyes donde está la tumba de Ricardo III. El destino parecía signado para este hijo de un corredor de seguros, quien lo incentivó en la música. Su muerte temprana cuando tenía once años, al igual que la de Freddie Mercury quien lo impulsó a componer canciones dentro de Queen, de alguna manera marcaron su vida y acentuaron su personalidad apocada.
La música ayudaría a que su autoestima creciera durante la adolescencia. A los 14 años fundó su primera banda en Leicestershire, donde empezó tocando la guitarra. El bajo recién lo acompañaría a partir de una serie de proyectos fallidos antes de ingresar a Queen en 1971, donde se potenciaría su costado "nerd" -estudió ingeniería electrónica- creando equipos como el Deacy Amp que usaría Brian May para el sonido de sus guitarras.
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Su avidez tecnológica por lo experimental fue su manera de integrarse a un grupo donde se sintió como un extraño durante muchos años hasta que encontró su propio lugar, como arreglador y compositor, contrastando con las excentricidades de sus compañeros que empezaban a disfrutar la vida de rockstar, sobre todo a partir del éxito de "Rapsodia Bohemia" en 1975, que marcó un antes y un después de la banda.
"Roger (Taylor) está muy en la tradición del exitoso músico de rock and roll. Quiere las cosas que lo acompañan, y es lo que realmente quería ser. Soy algo opuesto a eso. Nunca fue mi ardiente ambición estar en una banda exitosa", contaba Deacon, en una de las pocas entrevistas que concedió en su vida a la revista Rolling Stone, en su histórica visita a la Argentina en 1981.
A diferencia de Brian May y Roger Taylor, los dos miembros originales de Queen, que impulsan toda clase de proyectos alrededor de la marca del grupo, el bajista prefirió convertirse en un plebeyo, aunque mantiene el estatus económico de la nobleza. En 1997, se alejó definitivamente de los escenarios, los estudios de grabación y de sus excompañeros musicales.
Brian May suele repetir que no tiene contacto con Deacon desde hace más de una década. Por su parte, Roger Taylor agrega: "Está completamente retirado de cualquier tipo de contacto social. Creo que es un poco frágil y simplemente no quería saber nada sobre hablar con la gente en el negocio de la música, o lo que sea. Respetamos eso".
Ambos integrantes en actividad siguen aclarando que aunque no contesta sus llamados sigue recibiendo los cheques por las regalías de los proyectos relacionados al grupo con el que estuvo unido por doce álbums: el último disco, donde Deacon aparece en los créditos es Made in heaven de 1995, creado a partir de las voces que había dejado registradas Freddie Mercury en los estudios de grabación de Montreux, Suiza. Allí habían grabado el último álbum estrenado en vida del vocalista, Innuendo (1991), que finalizaba con la profética "The show most go on".
Pero el bajista no pudo continuar con el show, aunque sigue teniendo acciones en Queen Productions Limited y recibe las regalías correspondientes por todo lo que produce el grupo. "Tenemos su bendición para todo lo que hagamos", repitió el baterista.
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A los 67 años, Deacon vive una vida de aislamiento casi monástico en una casa en el sur de Londres, la misma que se compró con las primeras regalías de éxitos fuertes como "You’re my best friend", incluido en el emblemático álbum A nigth at the Opera (1975) y "Spread your wings" de News of the world (1977), que inauguraría una serie de contribuciones fundamentales para el grupo como los singles "Another one bites the dust" para The Game de 1980 y "I want to break free" en The Works (1984). Además de sus composiciones en coautoría con su amigo Freddie Mercury en "Friends will be friends" y su aporte para "The miracle".
La última vez que se vio a Deacon con Queen fue en 1997 cuando participó del single "No-One But You" y de un concierto benéfico junto a Elton John. Desde ese momento el bajista desapareció. Apenas se lo vio en una de las funciones del musical We will rock you, pero no apareció para el estreno de la película Bohemian Rhapsody, protagonizada por Rami Malek que recibió un Oscar por su interpretación de Freddie Mercury.
Lejos de la música Deacon lleva una rutina normal con la misma mujer con la que se casó en 1976 y sus seis hijos. La excepción fue cuando en 2002 protagonizó la tapa de la prensa amarilla británica, a raíz de un romance clandestino con una bailarina de streap tease. Tras el escándalo mediático, las salidas esporádicas a un bar de la esquina de su casa se terminaron.
En algún momento, los músicos de Queen dijeron que Deacon sufría de depresión y tenía problemas con el alcoholismo desde los tiempos de las bacanales y festines orgiásticos que tenía la banda cuando estaba en su pico de popularidad en la década del ochenta.
Eran los tiempos en que Queen disfrutaba de los hits del bajista capaz de hacer una canción funk disco como "Another one bites the dust", que los llevó al número uno en los Estados Unidos. "Con The Game, fue idea de Freddie que, en lugar de discutir sobre qué canciones incluir en el álbum, lo dividiríamos: Freddie y Brian tendrían tres canciones cada uno, y Roger y yo tendríamos dos. Pero tuvimos discusiones sobre si 'Another one bites the dust' debería ser un single. Al final, comenzó a atraer mucha la atención en las estaciones negras y en las discotecas, por lo que la compañía discográfica quería que lo publicáramos. Pero nunca hubiera sido elegido como un single por el grupo en su conjunto", confesó Deacon a la Rolling Stone en los ochenta.
La línea de bajo de Deacon en esa canción (que convenció al propio Michael Jackson ) es legendaria. La misma contribución creativa aparecería en otro clásico de Queen con el tiempo. Deacon armó en su bajo el recordado leit motiv del comienzo de la canción "Under pressure", que la banda grabó con David Bowie para el disco Hot Space. Esas líneas simples y rítmicas en su bajo, son inolvidables en el mundo del pop del siglo XX.
Ahora, el hombre calvo que se resguarda en el anonimato de una vida suburbana en el sur de Londres y con una fortuna que se calcula en cien millones de libras, pasa sus días envuelto en una atmósfera casera, muy lejos de los tiempos de gloria, cuando con Queen conquistaba el mundo.
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